Jugaban pelota en un solar cercano a la casa del adolescente Abel Tarragó, en Banes cuando llegó Ramón Pérez y dio la noticia de que por el Canal 2, en voz de Manolo de la Reguera, anunciaron que quienes quisieran organizar ligas de béisbol infantil podían escribirle a Napoléon Reyes, expelotero de los circuitos amateurs y profesionales, al Estadio del Cerro.
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