Beisbolitos, 18 años después

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beisbolitosAmén de resultados, esas instalaciones calan en pequeños, familias, escuelas, comunidades y profesores. Foto: Del autor

Dieciocho años atrás, de novato en estas páginas, me inquietaba ver cómo Holguín estaba a la zaga en cantidad de beisbolitos y calidad de los mismos. Por 2006, todavía estos terrenos “miniatura” necesitaban introducción y aclaraciones, para ir refiriéndose a su estado territorial.

Hoy, son populares a partir de transmisiones televisivas de partidos en Cuba de las Pequeñas Ligas, tanto de finales como de choques de exhibición paralelos a Juegos de Estrellas de Series Nacionales. Sin embargo, nuestra provincia poco ha avanzado en su construcción e incluso desapareció el del municipio de Rafael Freyre, que fue de los tres mejores acá.

Aún el de “Frank País” existe, y en Báguanos y "Calixto García" se erigieron en el camino. Pero en otras demarcaciones se juega en terrenos de softbol o de pelota de adultos. El municipio cabecera, por ejemplo, rescató a medias el “Fermín Laffita” (se le ubicó un graderío y recibió algunas mejoras), y el del Ateneo y el de la Plaza de la Revolución andan deteriorado por completo y estropeándose, respectivamente.

Los Sultanes holguineros, que llevan dos años consecutivos titulándose en las Pequeñas Ligas nuestras, participan de home club en el estadio Feliú Leyva, donde algunas veces la pelota sobrepasa a los jardineros –nada enseña a desempeñarse en rebotes contra el muro y disminuye tiros al cortador–, aplicándose reglas especiales para decretar extrabases. Además, el diamante es diferente y los niños (ojalá pronto sumen a niñas) fildean en hierba, faltándoles interacción encima de la mezcla de arena y arcilla.

“La grama en mal estado puede ocasionar traumas o lesiones a la hora de defender o deslizarse, tronchando la futura carrera de un jugador novel”, así se pronunciaban entrenadores en 2006 y mantienen como criterio, aludiendo a sedes holguineras que complejizan entrenamientos, competiciones y alegrías –las cuales jamás se desprenden del recuerdo.

Otra reflexión vigente es que, cuando categorías menores se activan en terrenos adaptados, se va en detrimento del pensamiento técnico-táctico y el factor motivacional, porque disgusta verse impedido de pisar la goma tras sacar la esférica más allá de los límites, tirar a la antesala y poner out a un corredor que quiso hacer triple un doble o ponchar desde un montículo a distancia y altura acordes.

Generalmente, provincias que poseen verdaderos beisbolitos gozan de bolas y strikes saludables: Granma, La Habana y Matanzas, y Villa Clara (estable en éxitos infantiles). Soy de quienes sienten admiración al observar el muy cuidado “Manuel Alarcón” –con sus torres de iluminación–, de Bayamo, y el “Natilla” Jiménez santaclareño, revitalizado recientemente y ambientado con personajes de dibujos animados cubanos.

Amén de resultados, esas instalaciones calan en pequeños, familias, escuelas, comunidades y profesores. Repercuten en lo espiritual, lo deportivo y la calidad de vida, reforzando el Patrimonio Cultural de la Nación. Sin complejos ha de buscarse información y asesoría en otras provincias o desde la Comisión Nacional, hacer uso de las nuevas tecnologías, pródigas en materiales internacionales sobre peculiaridades de dichas instalaciones y sus formas de mantenimiento, y tocar puertas solidarias de actores estatales o privados.

El 19 de noviembre venidero, Día de la Cultura Física y el Deporte, Holguín recibirá las celebraciones centrales del país, así que terminar de rehabilitar el “Fermín Laffita” (por el bienestar de niños y niñas, y el homenaje al Satélite Oriental) e impulsar la conservación y proyección de construcciones de otros, en medio de dificultades cotidianas, es también derecho del pueblo.

Nelson Rodríguez Roque
Author: Nelson Rodríguez Roque
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Licenciado en Estudios Socioculturales Periodista Deportivo y de temas Históricos y Políticos

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