Unidad para cerrar filas

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Es el momento de la mayor unidad para cerrar filas, como llama la dirección del país, conscientes que: "La corrupción es equivalente a la contrarrevolución”, como advierte Raúl Castro Ruz.

 Todos sabemos de las necesidades de cada día y lo duro que está la vida en Cuba por la crisis económica mundial, recrudecida por un bloqueo sin límites, ni escrúpulos, todo lo cual alientan conductas delictivas y comportamientos violentos que estimulan el Gobierno de los Estados Unidos y sectores extremistas de la contrarrevolución.

El pasado primero de enero, el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución, en Santiago de Cuba sentencia: “La unidad formada por el Partido, el Gobierno, las organizaciones de masas y todo nuestro pueblo y como parte de este los combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior, es el escudo contra el que se estrellarán, una vez más, todos los planes subversivos del enemigo, que incluyen desde el uso sistemático de la mentira hasta el terrorismo”.

Los daños de la corrupción, en todos sus laberintos, requieren un constante estudio de las ciencias sociales para analizar los fallos en la formación de valores, deterioro de la llamada propiedad social que, en estos casos, nadie vela ni cuida y la aplicación de las leyes objetivas y subjetivas del marxismo, ajustadas a nuestras realidades.

El honesto, patriota, revolucionario, ni quienes proclaman “yo soy Fidel” o “seremos como el Che” con absoluto decoro jamás cogen nada que no les pertenecen, ni participan en hechos corruptos, solo el doble moral es capaz de hacerlo hasta con una sonrisa en el rostro en su evolución extremista, como buen oportunista.

Por eso se requiere, además de cerrar filas, llegar a las raíces de lo qué distorsiona hoy en Cuba la formación de valores desde la familia, escuela, sociedad y el desempeño de nuestras organizaciones, porque para rectificar tendencias negativas y errores requerimos también en las actuales condiciones ciencia, tecnología e innovación.

Es revisar entre todos, con la clara responsabilidad de cada quien, la exigencia, preparación, conciencia, subjetividad, rigor, responsabilidad tanto de los decisores como de los colectivos, con una total entrega revolucionaria de porqué se está, incondicionalmente, al servicio del pueblo cubano.

Y eso se logra con una formación continua de revolucionarios, con preparación para el cargo, cultura del detalle, desde los importantes valores éticos- morales, hábitos para la continua superación, voluntad de pensar con creatividad, lógica consistente, flexibilidad, aplicación constante de la crítica, autocrítica y la absoluta responsabilidad que somos los dueños de los recursos que el Estado asigna a cada empresa, entidad, centro laboral, estudiantil, y los propietarios de se dejan robar.

Desde la total integridad, con el uso de nuestras fortalezas se puede encarar la situación del delito, corrupción, ilegalidades, seguridad ciudadana e indisciplinas sociales de las más diversas situaciones.

En las confesiones de diferentes corruptos, casi todos afirman que dieron un primer paso para delinquir o violar en cualquiera de las manifestaciones y, como le fue viento en popa izaron todas las velas. Simple moraleja si no hay efectivos sistemas de trabajo, vigilancia, control, rigor y sentido de pertenencia, entonces el camino permite la maldad.

De ahí el actual llamado: “Ante la dimensión de estos desafíos, corresponde consolidar los sistemas de trabajo de órganos estatales y del Gobierno para la prevención y enfrentamiento a las referidas manifestaciones nocivas, cuando se impone reforzar la cohesión y cooperación entre las autoridades gubernamentales y organizaciones políticas y de masas mediante acciones integrales a nivel comunitario; y contribuir a eliminar las causas y condiciones que propician la reproducción de las conductas antisociales e ilícitas, que atentan contra el bienestar social y conquistas sagradas del pueblo cubano, la seguridad, el orden y la tranquilidad ciudadana”.

Raúl Castro Ruz en la Primera Sesión Ordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 7 de julio de 2013 afirma: “Es hora ya de que los colectivos obreros y campesinos, los estudiantes, jóvenes, maestros y profesores, nuestros intelectuales y artistas, periodistas, las entidades religiosas, las autoridades, los dirigentes y funcionarios a cada nivel, en resumen, todas las cubanas y cubanos dignos, que constituyen indudablemente la mayoría, hagan suyo el deber de cumplir y hacer cumplir lo que está establecido, tanto en las normas cívicas como en leyes, disposiciones y reglamentos”.

Fidel Castro Ruz alerta, desde el 6 de junio de 1971, en el acto por el aniversario X del Ministerio del Interior: la batalla contra las actividades antisociales y delictivas debe igualmente ser una batalla de todo el pueblo”. Seis años después, lo ratifica ante la Asamblea Nacional del Poder Popular: “Tenemos un enorme terreno: luchar sin tregua contra todo negligente, contra todo espíritu burocrático, contra toda indolencia, sin tregua, de la misma manera que luchamos y estamos luchando contra la delincuencia”.

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Rodobaldo Martínez Pérez
Author: Rodobaldo Martínez Pérez
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Máster en Comunicación Social, autor del blog Holguín Ahora.

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