VII Pleno del Comité Central: desatar las fuerzas espirituales
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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Cada vez es más importante fortalecer la unidad del pueblo en torno a su Partido, ante los impactos de la política de acoso, real guerra económica y lo decisivo de la creación de riquezas, así como de consolidar la conciencia revolucionaria.
Lo anterior justamente constituye parte de la esencia en los análisis críticos sobre los problemas y aspiraciones de la nación, ligados a las preocupaciones y desafíos que enfrenta el pueblo, según los debates, durante dos días, del VII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.
En medio de un desafiante contexto sus participantes discutieron acuciantes problemas de la realidad económica, política, social del país y ningún tema fue ajeno apegados a las necesidades y realidades que vive el pueblo, en la vida tan difícil, actualmente, de los cubanos, cuando cada día no se ceja en el empeño de sortear las adversidades.
Todo evidencia, una vez más, que, si en cada escenario aportamos ideas y nos integramos en el hacer, sería mucho más lo que pudiéramos tener, de ahí la aseveración de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer secretario del Comité Central: “Desarrollemos las fuerzas productivas, y también las fuerzas espirituales de la Revolución… y por ahí van los caminos de fortalecer el orgullo de ser cubanas y cubanos”.
Por eso menciona a Fidel y a Raúl y a la escuela-aprendida de ellos- en la “corrección oportuna, cambiar todo lo que debía ser cambiado”, e hizo referencia al año 2005, cuando el Comandante en Jefe advierte, desde el Aula Magna de la Universidad de La Habana, “que la Revolución podía autodestruirse”.
Asegura: “Sus ideas sobre la importancia de la rectificación constante dentro del proceso revolucionario, han trascendido en el tiempo”. Y en tal sentido destacó el valor de la “observancia crítica”, por parte de los revolucionarios, en relación con las causas que pudiesen atentar contra un proceso emancipador siempre amenazado”.
Díaz-Canel habló de “corregir todo lo que se aparte del espíritu de la Revolución; y de saber crear soluciones nuevas para todos los problemas”.
Al destacarse la espiritualidad revolucionaria se concluye siempre en el ejemplo personal, integridad, incorruptibilidad, sentido del honor, de la dignidad nacional, conciencia y espíritu revolucionario sobre lo mejor de los valores morales.
Recordemos a Fidel: “(…) No solo sobre la base de la abundancia de riquezas se puede hablar de conciencia comunista, ni nadie puede esperar por eso. … el desarrollo de la sociedad comunista es algo en que el crecimiento de las riquezas y de la base material tiene que ir aparejado con la conciencia, porque puede ocurrir, incluso, que crezcan las riquezas y bajen las conciencias … y tengo la convicción de que no es solo la riqueza y el desarrollo de la base material lo que va a crear una conciencia, ni mucho menos … hay experiencias de países revolucionarios donde la riqueza avanzó más que la conciencia y después, vienen, incluso, problemas de contrarrevoluciones…
La moral revolucionaria requiere de su mayor robustez para hacer más y mejor, centrarse en el municipio, generalizar, de una vez, las buenas experiencias y fortalecer todas las estructuras de la sociedad.
El trabajo para la formación política requiere de la máxima eficiencia que aporta científicamente el Marxismo, con una eficaz cultura del debate desde enfoques dialécticos para que la conciencia revolucionaria sea una manera de pensar y actuar en cualquier circunstancia de la práctica cotidiana.
Este Pleno alertó sobre el daño subjetivo, la necesidad de robustecer la credibilidad, la importancia del mayor control popular efectivo, con la máxima participación para que la gobernanza fluya, en el país, de abajo para arriba, con mayor sentido de pertenencia, de compromiso social y revolucionario para la reafirmación política de ir a los problemas y terminar de resolverlos.
Para que la labor política fortalezca la ideología socialista, al general, constantemente, sentimientos y emociones para desatar las fuerzas productivas y también las fuerzas espirituales de la Revolución, con un Partido alineado con las urgencias y prioridades de su pueblo.
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Comentarios
Cuando me convenzan es un disparate, lo revisaré.
Gracias.
GONZALO RUBIO MEJÍAS