Amor verdadero

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Holguín crónica 1Foto: Carlos Rafael

Hay lugares que llenan el alma de recuerdos inolvidables con sabor a miel, y de personas que te conquistan con los pasos silenciosos del amor.

Es imposible no amar el cielo azul, el aire que se siente en el pecho como la sonrisa de un niño y la tierra cubierta de luz, historia y el ADN de un pueblo gigante en el corazón y el pensamiento.

Con su verdor y hermosura, la Ciudad Cubana de los Parques corona la vida de momentos felices, como los fines de año, las Romerías de Mayo, los días soleados en la Loma de la Cruz, la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, las miradas dulces y fugaces del primer amor y las caricias que encienden los labios.

Holguín crónica 2Foto: William Parrao

Esa magia la tiene hechizada; pues sus ajedrezadas calles, sus llanuras coronadas en cruz, y sus parques, corredores y patios interiores, de una belleza exquisita, llenan de paz el alma y traen a la memoria las grandes ciudades de la antigüedad.

Alrededor del parque Calixto García se encuentran, como planetas en las órbitas del sol, la Periquera, con su leyenda de pasiones prohibidas, la Casa de la Trova que late al ritmo de la música y el Teatro Eddy Suñol con su juego de máscaras.

El Mirador de Mayabe también resplandece, a varios kilómetros de allí, permitiendo apreciar, con todos sus matices y colores, la naturaleza de una de las urbes más bellas de Cuba.

Nuestra Mesopotamia brilla con luz propia y está bañada además, por los ríos Jigüe y Marañón, que sometidos por los caprichos de los seres humanos, golpean paredes, inundan casas y vuelven con temor a su cauce natural.

Al llenar la vida de momentos felices y ser “el valle de las delicias”, se sitúa en uno de los puntos más elevados del corazón de los holguineros, que siembran sonrisas donde hay lágrimas, hacen realidad sus sueños bajo viento y marea y florecen con los retoños de la esperanza, aún en medio de la tormenta. Eso se llama amor verdadero.

Holguín crónica 3Foto: Carlos Rafael

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