El engaño

  • Hits: 9165

mentira4

 

“Pobre, pero con honra” decían personas honestas, incapaces de engañar a nadie, ni con el pétalo de una rosa.

 

El engaño, en escalada ascendente, apunta a una conducta que debe preocupar mucho más, en todos los niveles, incluso superior a su contexto lingüístico: como meramente práctico o que resulta simple, como complicado.

 

La mitomanía es un trastorno psicológico de la conducta que lleva a una persona a mentir compulsivamente, pero es otra calificación estar entre estafadores cotidianos, sin escrúpulos de darte “gatos por liebre”, en compras y ventas de productos adulterados sin ningún tipo de miramientos, ni establecimientos.

 

Hay cada vez más ingeniosidad, con incremento intensivo durante los últimos tiempos, en la ya llamada “industria” de las adulteraciones, que hasta transforman a “mentir” en más allá de un verbo, en busca de la próxima víctima.

 

La libra “llora” a sus 16 onzas de siempre, carne fresca del día añejada, bebidas en el festín del “bautizo”, sencillamente es el próspero negocio de vivir estafando a otros y luego dormir en calma toda la noche.

 

Mientras el estafado no quiere denunciar para no perjudicar el puesto de trabajo de nadie. Solo pretende hacer un ultimátum ante las irregularidades, pero al final cae de nuevo, entre otras “víctimas”.

 

No podemos cultivar la enfermedad de convertirnos en “lobos” unos a los otros, con el cuento de que hay que “luchar” o ¨inventar¨ porque el salario no te da y hacer crónica la estafa y el abuso para “sobrevivir” cada vez mejor.

 

Entonces llegan los pescados que jamás vieron el mar, café no solo con su colega el chícharo, pasticas que ni sintieron el maní, Havana club que no saben dónde está la fabrica… en fin pesos del "alma que te arrancan sin piedad”.

 

Realmente la situación podría ser menos complicada sin esas “buenas personas” que, incluso, a veces traen hasta una farmacia en la mochila.

 

Dicen que la primera vez que te engañan, será culpa del timador; pero la segunda es tuya, pero lamentablemente la necesidad crece y, olvidas al amanecer el “golpe” y, lanzas el sueño: “ya no nos engañarán más”, pero agárrate “que te vuelven a llevar la escalera” ...

 

El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino que fomentan un ambiente de desconfianza social en todos, que hasta dudas si el agua es todavía H2O, porque seguimos y volvemos a tropezar con la misma piedra, incluso muchas no se cuantas veces más.

 

Hay un dicho de los abuelos que: “Engañar a los demás es un defecto relativamente vano”. Entre todos urge encontrar la cura a esta “epidemia”, porque no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo. No obstante escuchas el pregón: “Se acabó el abuso…”

 

Podemos reflexionar con estos conceptos geniales para una buena conciencia. Tolstoi, escritor y reformador ruso: “en este mundo todo está permitido, menos perjudicar al otro”. Malcolm X, defensor de los derechos de los afroestadounidenses: “Yo tengo más respeto para un hombre que me permite conocer cuál es su posición, incluso si está equivocado. Que el otro que viene como un ángel, pero que resulta ser un demonio.”, mientras para el Khaled Hosseini, escritor afgano-estadounidense: “La peor forma de injusticia es la justicia simulada.”

 Hilda Pupo Salazar
Author: Hilda Pupo Salazar
MÁS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

Escribir un comentario