José Martí: “Cuba al salvarse, salva”
- Por Hilda Pupo Salazar
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Los desencuentros entre Cuba y Estados Unidos no comenzaron en enero de 1959; sino previo a lograr la independencia de la colonia de España.
Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, en los 70 del siglo XIX y, con posterioridad, José Martí, tropiezan con incomprensiones y malas actitudes de las autoridades norteamericanas hacia los cubanos y sus ansias libertarias.
Tan tempranamente como en 1872, Carlos Manuel de Céspedes, en su condición de Presidente de la República en Armas, con el propósito de retirar la representación diplomática de Cuba en los Estados Unidos, escribía al representante cubano, licenciado Ramón Céspedes Barreiro:
“No era posible que por más tiempo soportaremos el desprecio con que nos trata el gobierno de los Estados Unidos, desprecio que iba en aumento mientras más sufridos nos mostrábamos nosotros. Bastante tiempo hemos hecho el papel del pordiosero a quien se niega repetidamente la limosna y en cuyos hocicos por último se cierra con insolencia la puerta...”
El recelo ante lo que podría esperarse del gobierno de Estados Unidos y la fe en el desprendimiento y la heroicidad manifestada por los cubanos desde la guerra iniciada el 10 de octubre de 1868, trasciende el tiempo y ya sin Martí presente físicamente, Antonio Maceo en misiva al coronel Federico Pérez Carbó y en lo que se conoce como una de sus reflexiones más contundente y célebre, expresó:
“De España jamás esperé nada; siempre nos ha despreciado, y sería indigno que pensase otra cosa: La libertad se conquista con el filo del machete, no se pide; mendigar derechos es propio de cobardes incapaces de ejercitarlos. Tampoco espero nada de los americanos; todo debemos fiarlo a nuestros esfuerzos; mejor es subir o caer sin su ayuda que contraer deudas de gratitud con un vecino tan poderoso.”
Ni Céspedes, Maceo y Martí resultaron ingenuos, en relación con las pretensiones de los EEUU hacia Cuba y presente mucho más evidentemente antes de entrar en beligerancia los cubanos en 1895, cuando los mambises casi vencían a la poderosa España de aquellos tiempos.
En el Volumen 22 de las Obras Completas del Apóstol, en la parte correspondiente a los fragmentos, en la página 256, Martí hace algunas valoraciones y recomendaciones, en cuanto a la situación de las relaciones de Estados Unidos con México, estas valoraciones se supone puedan estar dirigidas a su entrañable amigo Manuel Mercado, y dice:
“Lo veo a V. unificador en América: -juntando al país en nación, como paso previo la administración de la libertad! -defendiendo y salvando a México con cautela, y con la larga vista en el alma del Norte a que no se puede provocar, dándose prisa a hacer a México uno y respetable, antes de que le pueda caer encima el Norte. Y de esa obra es parte la revolución de Cuba. No sólo es santa por lo que es; sino que es un problema político, garantizar las Antillas… antes de que los E. U. condense en nación agresiva las fuerzas de miseria, rabia y desorden que encontrarán empleo en la tradición de dominarnos”.
José Martí, conocedor de las apetencias de los Estados Unidos, que en 1848, mediante el tratado conocido como de Guadalupe Hidalgo, habían arrebatado gran parte del territorio de México, no teme incitar al amigo para que salve a su país del peligro que ve cernirse sobre México.
En 1883, cuando el Héroe Nacional Cubano conoce de un proyectado Tratado Comercial entre Estados Unidos y México, que no solo puede afectar a México sino a otros pueblos de América, advierte:
“El tratado concierne a todos los pueblos de la América Latina que comercian con los Estados Unidos. No es el tratado en sí lo que atrae a tal grado la atención; es lo que viene tras él,”
Cuando Cuba fue despojada de las relaciones comerciales con EEUU, gobiernos que en aquél entonces eran lacayos de la administración estadounidense, se repartieron la cuota azucarera que EEUU compraba a Cuba y el comercio de otros productos, virando la espalda a Cuba con la excepción de México, hoy Cuba es parte inseparable de la comunidad Latinoamericana y Caribeña y más allá, comparte vínculos políticos y comerciales con países que han probado su amistad hacia Cuba, como Rusia, China, Vietnam.
Con la eliminación del Bloqueo, Cuba estaría en condiciones de igualdad con todos los pueblos del mundo en lo tocante al comercio y el tratamiento financiero; como expresara el Maestro: “Cuba no anda de pedigüeña por el mundo: anda de hermana, y obra con la autoridad de tal. Al salvarse, salva. Nuestra América no le fallará, porque ella no falla a América”.