Pesadilla y condena
- Por Calixto González Betancourt
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A veces me parece que estoy viviendo una pesadilla, y quisiera despertar. Seguramente eso les sucede a muchas personas. Como dije el pasado año, cuando comenzó este calvario: “Las pandemias me parecían algo de ficción, o de siglos pasados, de filmes y novelas”. Luego de aceptada la realidad, nunca imaginé que llegaríamos a este punto, en que perderíamos a tantos seres humanos.
No pasa mucho tiempo, cada día, sin conocer la muerte de alguien conocido, de personalidades y de cubanos en general, que tienen a tantas familias sumidas en el dolor. He perdido a amigas y amigos y otros están hospitalizados.
Pero no queda otra que cuidarnos, cada vez con más rigurosidad, y con la esperanza puesta en los resultados de las vacunas.
En medio de esta situación, está el alivio y podríamos decir el beneficio, de vivir en un país que tiene una Revolución generosa, que el estado y sus autoridades no cesan en la lucha para combatir este mal, que es la COVID- 19, con sus distintos tipos de cepas.
De tener a ese heroico ejército de la salud, de médicos, enfermeras, enfermeros y otros, que no descansan tratando de salvar vidas, a veces sin los recursos necesarios.
Es cierto que en ese sector no todo está bien, pues hay mecanismos que a veces no funcionan con eficiencia, falta agilidad, hay lentitud en el actuar, entonces está la crítica justa y oportuna, pero nada empaña el esfuerzo, empeño y dedicación de la mayoría del personal de la salud.
Por eso mi desprecio y condena a todos aquellos que se aprovechan de nuestra situación, para hacer-o tratar- de hacer daño, de negar lo que necesitamos, de calumniar, difamar, manipular, de negar o desconocer el brutal bloqueo de que somos objeto, llámese en primer lugar las autoridades de Estados Unidos y sus agencias; la mafia de Miami, los renegados y resentidos que andan por el mundo y los que tenemos aquí dentro; a esos que solo ven manchas…En fin, desprecio para aquellos, que ahora son más oportunistas y para los perversos que piden invasión, que significa destrucción y muertes.
Pero somos inmensamente mayoría los buenos cubanos, los patriotas, revolucionarios, martianos y fidelistas, lo que significa que venceremos esta gigantesca prueba epidemiológica y contra los enemigos, como lo logramos otras veces.
Acabaremos con la pesadilla de la pandemia y también derrotaremos a los que quieren quitarnos esta Revolución. Resolveremos nosotros nuestras dificultades, arreglaremos lo que debe arreglarse, es decir, perfeccionaremos nuestro Socialismo, pero nunca hacia atrás.
