El humor: un bálsamo auténticamente cubano
- Por Claudia Patricia Domínguez
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El humor es inherente a la personalidad y temperamento del cubano. ¿Quién no ha escuchado la típica frase de que somos los únicos capaces de reír de nuestras propias desgracias? Sinceramente no creo que la expresión sea completamente justa -aunque claro está- nadie se atrevería a dudar de la capacidad que tienen los hijos de esta tierra de “tirar pá´lante” por muy difícil que se vislumbre el camino.
Y es que para los cubanos reír es casi tan importante como respirar. En la búsqueda de soluciones creativas, irónicas e incluso disparatadas tenemos más de una maestría y hasta doctorado -y no lo digo yo- quedaron guardadas para la posteridad en las muchas “recetas culinarias” y “alternativas” para calzado y ropa interior que fueron auténticos gritos de la moda en la década del 90 durante el Periodo Especial.
Sin embargo, esta característica que nos diferencia de otros temperamentos más rígidos y conservadores como el de “los europeos” tiene entre sus cualidades el servir de bálsamo para la salud del ser humano ya que cuando sonreímos son 12 los músculos que se ponen en funcionamiento entre ellos músculos faciales, del pecho, del abdomen y del diafragma mientras que con una carcajada se activan 400 músculos incluyendo algunos del estomago que solo se ejercitan a través de la risa.
Con esta acción el cerebro emite una información necesaria para activar la segregación de endorfinas, específicamente las encefalinas. Estas sustancias que poseen propiedades similares a las de la morfina tienen la capacidad de aliviar el dolor, e incluso de enviar mensajes desde el cerebro hasta los lifoncitos y otras células para combatir los virus y las bacterias.
No por gusto desde hace ya varios años se creó en Cuba el “Grupo de payasos terapéuticos”, en el cual artistas, psicólogos, enfermeros y médicos de diversas especialidades se unen para intercambiar a través de juegos de participación, música y cuentos con niños y adultos que se enfrentan a largas estadías hospitalarias por la complejidad de sus padecimientos.
Si algo positivo debemos destacar de este 2020 más allá de las nefastas consecuencias para el mundo de la pandemia de la Covid 19 es que este tiempo de aislamiento físico y social no ha podido truncar nuestro sentido del humor, el cual ha ganado terreno en las redes sociales a través de los populares “memes”.
Son cada vez más los usuarios que gustan de compartir y replicar en las plataformas digitales estos mensajes que de forma consistente y atractiva promueven valores y estados de opinión más allá del mero entretenimiento aprovechando los múltiples canales que les ofrece la red de redes.
Resulta interesante que el término que los identifica fue acuñado mucho antes de la llegada de Internet por el biólogo británico Richard Dawkins, quien lo introduce por primera vez en el año 1976 en su libro “El gen egoista”, referido a las teorías de difusión cultural.
En el texto Dawkins se refiere a los memes como una unidad mínima de información cultural que es trasmitida de sujeto a sujeto y de generación en generación, bien por enseñanza, imitación o asimilación que abarcan desde ideas hasta expresiones verbales, gestos, teorías, opiniones y toda clase de valores y bienes simbólicos que compiten entre sí para trasmitirse e integrarse como parte de la cultura consolidada.
Estos contenidos que suelen caracterizarse por el alto sentido del humor y el uso de la ironía pueden clasificarse en memes reflexivos a través de frases inspiradoras, sociales cuando hacen alusión a temas económicos y políticos fundamentalmente y de situación dado en la representación de una circunstancia determinada que se presenta con cierta frecuencia en la vida diaria.
Este último fue el caso de los muchos memes que durante meses acompañaron al público cubano que disfrutaba de la telenovela “El rostro de los días” ya que después de cada capítulo el imaginario popular inmortalizaba a través de ellos una situación propia de la propuesta televisiva o aprovechaba una expresión o gesto de los actores para poner en la palestra otros problemas de la cotidianidad como las largas colas para comprar pollo y otros menesteres hogareños.
Más recientemente el tema es la unificación monetaria en Cuba y los necesarios cambios que trae consigo la medida, y ello habla de un pueblo que tiene en el humor la principal vía de ventilar sus problemas, pero no con la intención de ridiculizarlos sino por esa costumbre que tenemos los cubanos de involucrarnos en todos los temas que nos compete con la firme convicción de creer tener la solución para ello y que demuestran el hecho de que el humor es un bálsamo auténticamente cubano.
