Día aciago: 19 de Mayo de 1895

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José Marti Muerte1

Domingo, 19 de mayo de 1895. En el campamento de Vuelta Grande el general Bartolomé Masó, con más de 300 jinetes, y José Martí, con menos de 20 hombres, esperan al general Máximo Gómez, quien desde el día 17 anda tras el convoy español que salió de Palma Soriano.

El general Gómez llega a media mañana. Lo reciben con los honores militares debidos. Gómez le habla a las fuerzas de Masó; después discursa el general Masó. Luego viene la arenga de Martí, la cual enardece; él dice: “Por la causa de Cuba, dejaré que me claven en la cruz”.(1)

Allí están los holguineros Teodosio Rodríguez Osorio y sus tres hijos: José, Teodosio y Rafael Rodríguez Peña, quienes salieron al encuentro de Martí y le acompañan desde más allá de Bío.

Augusto Feria, el secretario que copia con Garriga las Instrucciones Generales a los jefes y oficiales, y Plutarco Artigas, quien con grasa de puerco y una hoja de tomate le cura el nacío al Maestro, y Pedro, el hijo de Plutarco. Todos unidos en Altagracia, Holguín, el día 9 de este mes.

“Luego de almorzar en la casa de la finca, se asegura –aunque resulta dudoso- que Martí comenzó a dictar a Plutarco Artigas una cuartilla sobre una nueva Constitución del Gobierno Revolucionario”. (2)

De pronto se escucha la orden de Gómez: “¡A caballo!” Ordena a Masó que con su tropa siga a la zaga. El teniente Álvarez, de las fuerzas de Masó había llegado a toda carrera con la noticia de que habían escuchado disparos en dirección a Dos Ríos.

Las lluvias diluvianas de mayo habían amainado. Ese día, a esa hora, no llovía. La primera arremetida contra el enemigo. Se afloja el empuje y el enemigo se hace fuerte con nutridísimo fuego. Gómez instruye a Martí que vuelva a retaguardia. ¿Cómo lo iba a aceptar? Venir a Cuba era para pelear. ¿No había expresado poco antes su disposición de morir por Cuba?

“En la mano solo llevaba, aquel mediodía, su revólver Colt con empuñadura de chapas de nácar, regalo de Panchito Gómez Toro. Estaban a unos 50 metros a la derecha delante del general en jefe de las armas cubanas cuando, sin saberlo, presentaron un blanco excelente a la avanzada española, que estaba envuelta por los yerbazales… Al pasar entre un dagame seco y un fustete corpulento caído, los disparos de los emboscados dieron en el cuerpo del Maestro, la luz cenital lo bañó, soltó las bridas del corcel, y su cuerpo aflojado fue a yacer sobre la amada tierra cubana. De su revólver, atado al cuello por un cordón no faltaba ni un cartucho. Había acontecido la catástrofe de Dos Ríos”. (3) José Martí ha muerto.
 
Notas:
1.- Enrique Loynaz del Castillo. Memorias de la guerra. Editorial de Ciencias Sociales. La Habana, 1989. P. 167
2.- Rolando Rodríguez. Dos Ríos: a caballo y con el sol de frente. Editorial Capiro. Santa Clara, 2013. P. 74
3.- Ibídem, p. 79
 

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Comentarios  

# Leo GC 19-05-2020 11:19
Buen articulo... pero aciago creo que es con c, no con s
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