La familia antillana de maestros

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maestra antillaFoto: Luis Mario Rodríguez Suñol
 
En el municipio holguinero de Antilla la gente hereda apellidos pintorescos. Puedes ser de los Arcalla o de los Blett. Incluso de los Maresma. Tal vez de los Hasty, descendientes del pirata que fundó este pueblo de pescadores. Pero si de una familia se habla en Antilla es de los Varela.

Hasta donde ellos saben, no hay lazos consanguíneos con quien “nos enseñó primero en pensar”. El parentesco con el simbólico apellido llega por línea magisterial, una pasión escrita en el ADN de la estirpe Varela, responsable de la educación de generaciones de antillanos.

Arelis Luisa es heredera de la tradición docente. Tiene 68 años y hoy labora como asesora del Trabajo Científico de la Dirección Municipal de Educación. Y también como metodóloga de la Organización de Pioneros José Martí. Y si falta el de organización escolar ella va y lo hace para sentirse útil, mover las neuronas y tener la adrenalina en el cuerpo para poder vivir.

Arelis Luisa tiene casi medio siglo dedicado a la Educación, pero aún recuerda la primera vez que entró a un aula. Al egresar de la Universidad de Santiago de Cuba, inició con un grupo de séptimo grado de la escuela Cándido Grass, donde todos los alumnos eran mayores que ella.

“Los muchachos se portaban malísimamente mal, pero cuando yo entraba, aquello era una maravilla. Se portaban bien, no por mi maestría pedagógica, sino por admirar a la joven profesora. Me decían cosas bajito, pero yo saludaba, preguntaba por los familiares enfermos y motivaba mi clase.

“Un día me dice el director que iban a expulsar a un alumno mío, de aquellos que susurraban. No podía entender el motivo de la decisión y quise ayudarlo. Le dije: ‘Si yo cometo una violación, me prometes que vas a ser algo con tu vida’.

Él no creía que lo iba a ayudar y me juró que cumpliría esta promesa. Le llené su expediente como un traslado, no le puse nada de la expulsión y se fue al municipio de Mayarí, donde tenía familia.

“Unos años después, yo estaba muy grave. Tenía un embarazo ectópico, pero aún nadie sabía lo que me pasaba. Estaba ingresada en el Hospital Nicaragua. En esos días había mucho revuelo y tiraban agua por donde quiera, porque venía el Director Municipal de Salud.

“Llevaba un mes y pico en aquella tragedia. Todo me dolía, pero siento que me tocan la cama y me dicen: ‘¿Usted no se acuerda de mí?’. La verdad no tenía idea, pero cuando me contó que gracias a mí él se había hecho médico y que era el director de Salud en el municipio de Banes, me saltaron las lágrimas”.

“Con ese acto me convencí de cuán hermosa es la educación y cómo cada alumno, con sus individualidades, necesita del maestro para crecer. Desde ese momento me consagré aún más al magisterio”.

Arelis Luisa es Licenciada en Geografía, pero en educación ha sido de todo. Fue directora del único círculo infantil de Antilla por 10 años. Ocho de ellos, con la ayuda de sus trabajadores, lo convirtió en Colectivo Vanguardia Nacional. También dirigió las dos secundarias antillanas. Y si algo la enorgullece fue trabajar en el Curso de Superación Integral para Jóvenes, mediante el cual rescataron a un grupo de muchachos que hoy son profesionales.

La raíz del magisterio en la familia Varela no se ha encontrado todavía, aunque Arelis Luisa ha tratado de investigar. Ella provino de una familia de trabajadores. Su papá empezó a trabajar a los cuatro años y su mamá fue ama de casa. “Dicen que mi abuela materna trabajó en una escuela pública, pero ella nunca nos contó nada de eso. Solo sabíamos que quería mucho a los niños. Mi bisabuelo procedía de España. Allá tenía dos hermanas que eran maestras. Quizás haya surgido de ahí la tradición.

“Con los años, varios descendientes de la familia originaria de mi mamá y mi papá comenzaron a trabajar en Educación. Tengo una sobrina que es profesora de Marxismo en la Universidad de Holguín, un sobrino que labora en la Universidad de La Habana en la CUJAE y mi prima es la directora municipal de Educación en Guáimaro, Camagüey.

Tengo dos nietas que trabajan como maestras en la escuela primaria José Martí. Mi nuera es bibliotecaria y las tres estudian la Licenciatura en esa especialidad.

“Mi hija es Licenciada en Español Literatura, actualmente dirige la Escuela Municipal del Partido en el municipio. Mi yerno trabaja como profesor en la Universidad. Ellos y yo también trabajamos en la sede universitaria, pues acá en el municipio logramostener la Licenciatura en Educación Preescolar y en Educación Primaria.

“Mi hermana Olga ha sido el mejor referente para la familia. Consagró su vida a la educación. Aún enferma, su anhelo era dar clases, porque los niños la necesitaban. Tenía un carácter muy fuerte, pero gozaba de mucho prestigio y los niños se identificaban con ella.

“Para todos sus alumnos ella fue la máxima inspiración. El Director de Salud de La Habana, que es antillano, escribió en Facebook sobre su seño Olga y como toda su carrera se la debe a ella, porque le enseñó la consagración al estudio. Por la Asociación de Pedagogos la reconocimos como Gloria de la Educación Antillana”.

Con sus casi 50 cursos encima, Arelis Luisa cree que su labor aún no termina.

“Mi familia quisiera que yo estuviera en la casa viendo novelas, pero eso no puede ser. Me he aferrado a ayudar a todo el proceso educativo. En este momento la formación de los docentes y la superación es fundamental. Por eso, con tanto amor, sigo desde este nuevo puesto de trabajo para ayudar a todos aquellos que lo necesiten, porque la educación en Cuba es para todos.

“Mi máxima inspiración es Fidel. No se equivocó en nada, y menos cuando dijo que ‘Sin Educación, no hay Revolución posible’. Cuando era joven fui dirigente de la Unión de Estudiantes de Secundaria y de la Unión de Jóvenes Comunistas y tuve la posibilidad de estar junto a él en varias ocasiones.

“Una vez chocamos en el Palacio Presidencial, por estar donde no me correspondía. Enseguida vinieron sus guardaespaldas y él dijo: ‘no pasó nada’. Nos abrazamos, y ese abrazo fue la fuerza para dar lo mejor de mí.

“Son muchas motivaciones para seguir adelante con el magisterio. No es solo la historia de la familia y todas las personas que acogieron esta tarea. Es ver los alumnos convertidos en buenos profesionales. Es el apoyo incondicional a Fidel, mientras viva, porque mi compromiso es con él”.

Antilla tiene hijos con apellidos diversos. Puedes ser de los Jiménez, los Hidalgo o los Pagés. Puedes ser incluso tataranieto del pirata William Hasty. Pero si algo los ubica en una genealogía común, es la educación que recibieron, directa o indirectamente, de la Familia Varela.
 
Rosana Rivero Ricardo
Author: Rosana Rivero Ricardo
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Rosana Rivero Ricardo. Periodista 25 horas al día. Amante de las lenguas... extranjeras, por supuesto. Escribo de todo, porque “la cultura no tiene momento fijo

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Comentarios  

# Arlene 19-12-2018 11:35
Mi profe Arelis! Le debo tanto!! Wow! Que homenaje tan lindo Rossy! Gracias!
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# Rosana Rivero 21-12-2018 12:18
Sí que tenía bien cerca a una de sus pupilas y no lo sabía. Un abrazo.
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# Marisela Chaveco Basco 19-12-2018 14:21
Muy merecido homenaje, ejemplo para todos los antillanos y los que no somos de aqui pero conocemos su historia, en especial a su hermana Olga de quien tengo el agradecimiento tan grande por el amor y dedicacion en la educacion de mi hijo. Honor a quien Honor merece. Felicidades Familia VARELA
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# Marisela Chaveco Basco 19-12-2018 14:31
HONOR A QUIEN HONOR MERECE.

FELICIDADES ARELIS VARELA Y GRATITUD Y RESPETO A ESA OTRA GRANDE DE LA EDUCACION NUESTRA OLGA VARELA.
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# Ulda Maresma Torres 22-12-2018 15:08
Aunque no tuve la dicha de ser discípula de éstas dos grandes maestras antillanas, doy fe del magisterio que profesan.
Merecido homenaje a los Varela.Ojalá los descendientes continúen la tradición.Muchas felicidades.
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