Con alma de cubana
- Por Dayanis Pupo / estudiante de periodismo
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Arelis Marrero (D), miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Yunia Pérez Hernández (C), vicegobernadora de Holguín, entregan el Escudo de Holguín a Gail Walker (I), directora ejecutiva de la Fundación Interreligiosa por la Organización Comunitaria (IFCO). Fotos: Juan Pablo CarrerasDefender la justicia y cortar las semillas de odio, más que un deber, es una gratificación para esta norteamericana. A la Walker la conocimos "sin cáscara", como decimos por acá. Desde temprano, en la mañana del lunes de esta semana, muchos aguardaban expectantes su llegada a Holguín, como parte de la XXXIII Caravana Pastores por la Paz.
El nerviosismo crecía en mí por minuto, tenía una alta encomienda: conversar con ella para una entrevista. Tras su arribo debía hacerme paso entre la gente y pedirle: "por favor, ¿puede usted contestarme unas preguntas?"
Era encontrar el momento y el espacio adecuado, sin que fuéramos inoportunos al suceso principal, que era prodigar la bienvenida, como merecían, los 30 amigos, que venían con ayuda solidaria procedentes de distintos lugares de los Estados Unidos.
No llegaba el mediodía cuando por fin el aviso de que el grupo estaba en Holguín y, con él, su líder al frente. Cual capitana de navío ella condujo a su tropa, no se hizo esperar. Estaba tan ansiosa como nosotros y su felicidad contagiaba más allá de los ojos. Besó y abrazó a los presentes y dio gracias a Dios por la oportunidad de estar nuevamente en Cuba.
Respiré aliviada, "es de las mías", dije para mis adentros, "tiene alma de cubana", no me equivoqué en lo absoluto.
Arelis Marrero (D), miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Yunia Pérez Hernández (C), vicegobernadora de Holguín, ofrecen la bienvenida a Gail Walker (I), directora ejecutiva de la Fundación Interreligiosa por la Organización Comunitaria (IFCO).
Gail Walker, directora Ejecutiva de la Fundación Interreligiosa por la Organización Comunitaria (IFCO) y heredera de la labor humanista de su padre, el reverendo Lucius Walker, quien en 1992 fundara la Caravana de Amistad Estados Unidos-Cuba, Pastores por la Paz, no anda con remilgos a la hora de decir unas cuantas verdades, a todo aquel que hable en contra de Cuba, que como bien dice: "conocemos y hemos visto mucho con nuestros propios ojos en todos estos años, por eso la defendemos con toda la firmeza”.
El arco de su bondad la ha traído a la Isla, en reiteradas ocasiones, pero su historia en la lucha contra la política hostil del Gobierno norteamericano, como activista y cristiana tiene raíces mucho más profundas, genealógicas y sembradas en defensa de otras tierras...
“Ellos llamaban ¨terroristas¨ a los sandinistas y ¨héroes¨ a los contratistas de guerra. Aprendimos la verdad cuando atacaron un ferri con 200 personas a bordo, entre ellos nicaragüenses. Hubo dos fallecidos y 20 heridos, uno de ellos era mi padre. Él, como ciudadano norteamericano, activista y pastor de la Iglesia Bautista usó su voz para denunciar lo que estaba pasando.
Arelis Marrero (D), miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Yunia Pérez Hernández (segunda de derecha a izquierda), vicegobernadora de Holguín, entregan el Hacha de Holguín, a la XXXIII Caravana Pastores por la Paz.“A partir de esa agresión concibió la idea de conformar una delegación de Pastores por la Paz, como alternativa a esa política de odio de Reagan. Desde ese momento hemos estado organizando caravanas a varios países, entre ellos, Cuba".
Para esta soñadora del futuro los grandes pasos comienzan con pequeñas acciones: "defender la justicia, cortar las semillas de odio y unirnos en la causa es más que un deber, una gratificación".
Así lo hace saber a los que la escuchan, con su sonrisa amplia, su humor ocurrente, pero sobre todo con la sinceridad y la buena voluntad, que no solo la caracterizan a ella, sino a todas las personas que la acompañan en el hacer de su propósito.
"Con mi familia crecí en una Iglesia bautista, por lo cual desde pequeña me inculcaron el amor al prójimo. Pero el proyecto no está cerrado tan solo a nosotros, todos son bienvenidos, así no profesen ninguna religión, vinimos con la voluntad de ayudar al pueblo cubano", confiesa enfática.
Gail ha sido víctima del acoso de la contrarrevolución cubana y por parte de las autoridades de su país, en plan para frenar su proyecto de ayuda humanitaria. Recientemente, fue arrestada al intentar reunirse, pacíficamente, con el senador Robert Menéndez, para discutir sus crueles políticas contra Cuba, en específico la inclusión de la Isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
"Estamos en defensa de nuestra familia cubana", dijo en esa ocasión aun con las esposas apretándole las muñecas de ambas manos y mientras policías la conducían, ni ese hecho ni otras arbitrariedades afrontadas consiguen frenar a la Directora de Pastores por la Paz, en su lucha por lograr “los cambios necesarios”.
Afirma que en su país, cada vez, son más los que viven el sentir de Cuba en su corazón y eso la alienta, pues es un rayo de esperanza. “Los jóvenes norteamericanos aprecian la actitud de este pueblo, la solidaridad de su gente y se sienten impresionados por la forma en que el Gobierno cubano se preocupa por defender los intereses sociales, fundamentalmente, de la juventud. En cada viaje son muchos los que se acercan para pedirme venir acá, porque quieren conocerla y se sienten identificados por su historia". Alegremente comenta, con algunas palabras en español, por qué ama Cuba: “por ejemplo, por cada acción puesta en práctica a favor de la nación, de su gente, como el Nuevo Código de las Familias. Para mí es algo que va más allá de nuestra imaginación; además del proyecto social que con tanto esfuerzo han construido en Cuba por más de 60 años, es admirable.
Estoy emocionada por el hecho de estar aquí hoy en compañía de este pueblo, que siempre nos recibe con tanto cariño".
Como señalaran autoridades de la provincia al distinguirla con el Escudo de Holguín “ella representa la continuidad de la relación de afecto y mutuo respeto que existió previamente entre nuestro Comandante en Jefe Fidel y el reverendo Lucius Walker. En reconocimiento a su entrega el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel la condecoró con la “Medalla de la Amistad y ahora aquí, nosotros le entregamos uno de los más altos estímulos de la tierra del Mayor General Calixto García Íñiguez”.
De nada sirve engalanar con poesía lo que está más que dicho, y no solamente con palabras, las acciones están ahí, y lo dicen todo. Si tan solo tienes una sonrisa, entrégasela a alguien a quien ames, y si puedes llevarla en tu mochila y romper con ella las barreras que el amor aún no ha tocado ¡Adelante!
Gail, esta mujer de piel color de ébano, es muestra de todo eso y con ella los 30 caravanistas que la acompañan en esta nueva visita a Cuba, porque ellos responden a la orden de la empatía y el empeño de esta norteamericana con alma de cubana.
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