Militante de corazón
- Por Jorge Fernández Pérez
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“La clave está en saber organizarse” asegura mientras revisa por última vez su agenda, para confirmar los pendientes del día. No tiene mucho tiempo libre, pero se las ingenia para cumplir con sus responsabilidades y compartir con su familia.
Es amante de la música, y los géneros que escucha varían según su estado de ánimo: pueden ir desde una balada romántica, hasta un contagioso ritmo bailable. Confiesa que se ha alejado de la lectura, pues las 24 horas del día suelen pasar a toda prisa por sus relojes, aunque no descarta recuperar ese hábito.
Socializar con la masa juvenil a la que representa como secretaria del Comité de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), de la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín, hace a Saymara Estupiñán Tamayo un rostro bastante conocido en la institución de altos estudios, a la que define como su segunda casa.
La Federación Estudiantil Universitaria fue una escuela para aprender a dirigir en la Educación Superior, aunque rememora que sus inicios al frente de las masas fueron en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), específicamente, en el CDR infantil de su cuadra.
La licenciada en Rehabilitación y Salud, combina su trabajo en el policlínico Mario Gutiérrez Ardaya con sus funciones como dirigente juvenil. Muchos no tienen idea de cómo lo logra, pero ella reconoce que es, en gran parte, gracias al apoyo de su centro laboral.
“Una vez graduada me proponen asumir la actual responsabilidad que ocupo. Dirijo un comité UJC, con 4 comités primarios, un comité de base de trabajadores y 155 de estudiantes, en total son más de mil personas. Estoy siempre de un lugar a otro.
“Tengo un estrecho vínculo con todos mis directivos, tanto de la Universidad como del policlínico. La organización es muy dinámica, y muchas veces surgen actividades imprevistas, pero siempre busco la forma de cumplir con la cantidad de horas establecidas en la sala de rehabilitación, pues ser responsable con mi trabajo es fundamental”.
¿Cuánto te aporta la UJC?
“Es mi todo. Siento que, haciendo bien las cosas, involucrando y sumando a los jóvenes, podemos aportar muchísimo al desarrollo de nuestro país. Los tiempos cambian y no negamos las dificultades, pero es nuestro deber demostrar que la UJC es el reflejo de las nuevas generaciones de cubanos.
“Siempre digo que los militantes debemos serlo de corazón, de lo contrario no vemos los frutos de nuestras acciones ni logramos ser todo lo transformadores que aspiramos. Es esencial el amor a la Patria y el conocimiento de la historia.
“Si bien la UJC no es una organización masiva, tiene las puertas abiertas para todo el que sienta verdadero compromiso y agradecimiento por la obra revolucionaria que hoy disfrutamos.
“No son tiempos de burocratizar el acceso a un núcleo juvenil como el nuestro. En el caso de mi Universidad, prefiero reflexionar con los estudiantes: ellos salen cada día a dar lo mejor por el bienestar de los demás, demostraron su apoyo en la etapa de COVID- 19, participan en tareas de impacto social, ¿acaso con sus acciones no cumplen con lo que se espera de un militante comunista? Solo necesitan la preparación, y eso queda de nuestra parte”.
¿La juventud está perdida?
“No lo creo. Siento que la juventud necesita más atención y acompañamiento. Existe un vínculo muy sólido con los factores inmediatos, pero es necesario concientizar, en ese sentido, a las entidades ajenas a la Universidad.
“A veces queremos llevar a cabo diferentes iniciativas y se obstaculizan por la falta de receptividad de algunos que no ven la importancia del trabajo con la juventud. Conocer nuestras aspiraciones y pensamientos es importante, pues somos la continuidad del proceso revolucionario. Soñamos constantemente y, con un poco de respaldo, podemos lograr todo lo que nos propongamos, con resultados increíbles”.
¿Cómo mantenerse jóvenes a los 61 años?
“Mantener activa la UJC es, sin dudas, mantener la esencia de la Patria. A diario demostramos nuestra vigencia, desde diferentes escenarios. Somos guía política de otras organizaciones y la cantera principal del Partido Comunista de Cuba.
“Debemos transformarnos desde adentro, cada uno desde su pedacito. Hay que pensar en nuestras principales deficiencias, para poder corregirlas. Quizá se han perdido iniciativas positivas, o debemos modificar algunas de nuestras acciones, pero solo a nosotros nos corresponde remediarlo.
“¿Cómo podemos ser mejores? Esa debe ser la pregunta que nos acompañe constantemente”.
Una mejor juventud…
“La mejor juventud demandada por nuestra Isla, promete constituir un referente para el mundo.Tiene que ser responsable, humanista y, sobre todo, sentir un infinito amor por Cuba. El dinamismo, entusiasmo y compromiso que nos caracterizan, son fundamentales para seguir sumando victorias. Nuestros éxitos también son los del país.
“Los jóvenes han sido protagonistas históricos de los principales procesos de la nación, y todavía ocupamos ese lugar privilegiado. Hemos crecido, evolucionamos a la par de los tiempos, y no dudamos en superar los obstáculos que se nos presenten.
“La motivación nunca puede decaer. Hay mucho por dar, y nosotros, como digno relevo, somos los encargados de construir el país al que aspiramos”.
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