Elvis, el hada madrina de Los Ángeles

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ELVIS 1Elvis Hernández junto a su sobrino Diago, con quien comparte algunos proyectos. Fotos: De la Autora

El silencio domina el barrio, donde Elvis Hernández Mesa, una mujer de cabellera casi blanca, nacidas de la madurez creativa y años de decoroso trabajo, espera desde la puerta de su hogar la llegada de la visita anunciada.

Su cara refleja alegría, pues es de esas personas que desprende un aura mágica, dando esperanza y ayuda a todos los necesitados de sus servicios, parece un hada madrina.

Comienza a caminar hacia el portal y sin pensarlo abre la reja y nos da la bienvenida: “Pensé que ya no vendrías”, afirma, para rápido ella misma dar explicaciones sobre las dificultades existentes con el transporte.

“Pasa, esta es tu casa y ponte cómoda”, dice animosa, mientras también Elvis toma asiento en su sillón preferido, según confiesa. La mujer que tengo frente a mi está considerada, por muchos en Banes, como ejemplo de superación en su comunidad.

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La máster en Literatura y Español y bibliotecaria de profesión, es una cubana con experiencias únicas y privilegiadas. Orgullo y representante de la figura femenina y ante todo, revolucionaria, amante de su país y tradiciones.

Confiesa que desde niña le gustaba leer y los libros se convirtieron en sus mejores amigos. “Mi papá era maestro y en la casa había una colección completa de textos de Historia de Cuba, esa fue mi mayor motivación para definir mi futuro”.

Pero sus ansias por la lectura eran insaciables, cada día leía y leía más, para luego contarles a sus amiguitos del aula y el barrio lo último aprendido.

“La enseñanza secundaria la hice becada y en la escuela la biblioteca fue mi mejor refugio, el único lugar donde podía olvidarme de todo y repasar preciosas historias coleccionadas en aquel recinto.

“Luego me hice socia de la Biblioteca Pública de Banes y allí llamaban poderosamente mi atención las personas al resguardo de los libros. Por eso, no dudé en onceno grado optar por la carrera de Bibliotecaria, guiada por la frase martiana de que 'el trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande'.”Por ello, Elvis hizo ver la mejor parte de su trabajo en todos los centros educativos en los que laboró a lo largo de sus años dedicada a la profesión escogida.

“Cuando comencé en la escuela Quintín Banderas no tenía la biblioteca soñada. No había estantes, ni mesas, solo un montón de libros apilados, pero aun así, nunca me desanimé y puse mano a la obra para que fuera ese lugar siempre añorado.

“Más tarde pasé a la escuela donde había cursado la primaria, la "Juan Pedro Carbó Serviá", en el barrio Los Ángeles. Fue como si se abrieran los caminos de luz y esperanza, por eso el centro de mi todo estuvo en crear, hacer concursos y montar exposiciones”.

Tanto empeño y dedicación tuvo su recompensa. Por su labor como bibliotecaria fue seleccionada obrera ejemplar y años más tarde en 1989 resultó uno de los 14 delegados de la provincia de Holguín al Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, desarrollado en Corea Democrática, Pyongyang.

“Ese evento fue precioso, por eso pervive en mi memoria por siempre. Tuve la oportunidad de estar en una conferencia sobre la Educación cubana y exponer ahí lo que hacía el sistema educacional de Cuba.

“Fidel nos regaló a la delegación de Holguín un viaje de cuatro días a la Unión Soviética, fuimos los últimos cubanos en ver a Lenin en su mausoleo. En el vuelo nuestro iban Juan Almeida Bosque, Arnaldo Tamayo Méndez y Melba Hernández. Un alto honor para nuestra delegación.

“Recuerdo que antes de partir hacia el Festival me encontraba en una tienda de La Habana y entró Melba Hernández. Un compañero preguntó: ¿quién es esa señora? Ella traía un vestido hermoso de flores rojas, y yo le dije – ¿Pero tú no la conoces? Es Melba Hernández.

“Parece que la Heroína del Moncada escuchó mis palabras, porque acto seguido se nos acercó y comenzó a preguntarnos el nombre. Al escuchar mi apellido contestó:- ¡Ay!, pero si acabo de encontrar a mi sobrina. Nos invitó a su casa e hizo una fiesta para los holguineros y granmenses”.

En ese mismo año Elvis formó parte de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), como miembro no profesional e inscrita en el Libro del Honor Laboral, por su trayectoria dentro de la escuela. “Tuve la dicha de ser seleccionada guía de pionero vanguardia a nivel municipal, provincial y luego nacional y Guía Reparadora de Sueños”.

Representando el empoderamiento femenino llegó a convertirse en Delegada del Poder Popular en Los Ángeles, Presidenta del Consejo Popular por un mandato y más tarde trabajadora en la Asamblea Municipal del Poder Popular de Banes.

Actualmente Elvis está jubilada, pero esto no la detiene para continuar creciendo como profesional, pues junto a su sobrino Diago tiene algunos proyectos, entre ellos la participación en concursos.

Uno de ellos le abrió las puertas al Simposio municipal de Historia Deportiva, en el cual “obtuvimos el primer lugar, nos invitaron a otro Coloquio del Museo de Historia de Banes y cuando llegamos 'dimos jonrón', como dice Diago, ganamos nuevamente”.

Afirma orgullosa que después de esos momentos les han llegado a su sobrino y a ella varias invitaciones para participar en otros eventos, como al evento provincial desarrollado en El Museo del Estadio Calixto García.

“Casi los nervios nos juegan una mala pasada, porque competíamos con personas de mayor experiencia y además con excelentes trabajos; sin embargo, alcanzamos el Premio Mayor, con la investigación “Rescate Histórico de las Memorias Deportivas en la Comunidad”, que recopila las vivencias de Héctor Rojas Rodríguez y del desarrollo deportivo del municipio de Banes”.

La charla concluye y antes de la despedida, llegó Diago, un niño que sorprende por la fluidez con que se expresa y su inteligencia. Para quien su tía “es la mejor del mundo y una excelente cuentera”.

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