Caballero del timón

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 Jesús Caballero García choferFoto: Lianne Fonseca

 

Para él, el día inicia a las tres de mañana. Lo anuncia el olor de café recién colado, que rebasa las fronteras de su hogar, para expandirse por las casas de sus vecinos del reparto Alcides Pino.


Como cada mañana, hace cerca de cuatro décadas, se prepara para su trabajo, y se le ve salir, con su camisa blanca de mangas largas y pantalón azul, para el punto donde espera el carro de recogida del personal de la base.


Lleva más de la mitad de su vida detrás del volante, pronto cumplirá los 66; sin embargo, parece tener menos edad, a pesar de tantas y tantas madrugadas y pasar por alto horarios de desayunos o almuerzos.


A los 29 años Jesús Caballero García colocó sus manos por primera vez en un timón de un ómnibus de transporte urbano y desde entonces no ha hecho nada más que eso, manejar. Fue como un imán que lo atrajo hasta denegar en varias ocasiones ofertas de trabajo más tentadoras y de mayores dividendos.


La primera guagua que condujo fue una de la Ruta Dos, por cinco años; después estuvo en la de Salida de San Andrés hasta Las Biajacas, por más de dos décadas. “Un recorrido largo y tenso. Es de un extremo a otro de la ciudad hasta salir del perímetro urbano, pero lo trabajé con agrado, porque montaba a muchos trabajadores y estudiantes, que los vi de niños de primaria, secundaria y preuniversitario y luego convertidos en médicos, ingenieros, músicos importantes…, siempre con una palabra de afecto y cariño, que claro correspondí con educación y simpatía, pues he sido muy respetuoso con todos”.


De ahí Caballero, quien nunca ha dejado de hacer honor a su apellido, condujo por breve tiempo en el trompo de “Capdevila” a calle Carralero, para mantenerse hace unos 12 años con el ómnibus de Ciudad Jardín hasta el hospital clínico quirúrgico Lucía Íñiguez, el conocido P1.


“Este es un trayecto complicado, porque después de ser bien largo, la mayoría de los pasajeros van o vienen de una consulta médica, son personas enfermas o tienen un familiar ingresado, por lo cual requieren de un trato especial”.


Para él, el primer escalón de la guagua es el contén de la acera, donde detiene el carro frente a cada parada, no más adelante o detrás, “porque los pasajeros me esperan ahí, no en otro lugar y por respeto ellos es donde debo estacionar el carro para que unos suban y otros bajen”.


Es el conductor del único articulado de la provincia, carro que él recuperó con sus propias manos tras su traslado a Holguín. “Dediqué horas y más horas en reparar los asientos, en la chapistería, la parte eléctrica y para cogerle miles de detalles hasta echarlo andar. Ya lo conozco y puedo saber al menor fallo qué es lo que tiene y ahí voy para el Taller, pero yo soy su doctor. Y ahí está, es como si fuera otro hijo”.


¿Qué más le gusta de su trabajo?


Este es un oficio por el cual debe profesarse amor, sentido de pertenencia tanto por el equipo, como por la labor social que desempeñas y a pesar de las adversidades uno tiene que tratar de dar un mejor servicio a la población.


Uno es el chofer del ómnibus, pero cuando llegas a la parada debes sentirte como un pasajero más, porque entre esas personas puede estar un familiar, un amigo, pero también muchos que esperan por ti por llegar temprano a su trabajo, la escuela, un turno médico. Aunque uno nunca queda bien del todo y hay quienes pelean, pero yo me mantengo ecuánime y tratando de poder llevarme a todos.


Soy instructor, adiestro a los nuevos choferes, tarea muy estimulante también, pues cuando los veo por la calle digo ese fue alumno mío. Muchos me dicen: ¨Profe gracias por todo lo enseñado¨. Esa simple frase me llena de orgullo, pero es que toda mi experiencia la trasmito sin ningún recelo a ellos para que nos superen a nosotros.


¿Ha tenido algún accidente en la vía?


En realidad, no es tener accidente, es provocar accidentes. Hasta hoy no tenido ninguno. Esa es una pregunta que no me gusta responder, porque uno dice, nunca me ha pasado, y al momento te pasa. Se debe tener la cabeza puesta en el trabajo, en el timón, en los pasajeros. Yo eso lo dije en otra entrevista, que de mi asiento para atrás hay un tribunal. Las personas observan lo que haces, lo bueno y lo malo, las cosas buenas las ven pocos. Te juzgan, salvan o chivan, como se dice en el argot popular.


¿Qué le gusta hacer después de terminar su jornada laboral?


Cuando llego a mi casa, hago mandados, me baño y luego me siento frente a la computadora, porque es bueno instruirse y busco información en internet. No le voy mucho a las películas, ni a las novelas. Me gusta la música de cualquiera de los géneros. Yo tocaba percusión y batería en grupos de aficionados hace muchos años cuando estudiaba.


¿En estos 38 años siente que se ha valorado su labor?


Desde mis inicios recibí reconocimientos, por ese entonces merecí la Distinción de Maestro de la Calidad. Además, fui estimulado con un equipo de música para la guagua. En junio del año pasado me entrevistaron para el periódico Trabajadores, también me han hecho trabajos para Telecristal y Radio Holguín La Nueva. En 2018 fui seleccionado personalidad Destacada de la provincia.


¿Cómo influye su familia en su trabajo?


La familia es la célula básica de la vida, han dicho muchos pensadores y yo lo repito sin temor y agrego, que es la que propicia que el trabajo de uno salga bien. La mía me ayuda y comprende. Hace un tiempo estuve muy mal por el dengue, y mi hijo me animó a continuar adelante. Tuve un padre que nunca olvidaré, porque me enseñó a caminar, a ponerme los zapatos y a ser como soy, a respetar a las personas.


¿Qué siente al ser entrevistado?


Generalmente uno no está preparado para esto, no se tiene el léxico adecuado, pero cuando se me llama para una entrevista, siento que mi esfuerzo y dedicación han valido la pena, porque hay quien valora y reconoce mi quehacer. Eso me llena de orgullo y compromete más, aunque solo cumplo con mi deber.


El Caballero del timón, respira hondo y ofrece las gracias por la nueva entrevista, de la cual quiere saber dónde y cuándo saldrá, porque “estoy al jubilarme ya, para descansar un poco y retribuirle a mi esposa y dos muchachos el apoyo y comprensión, para que yo pudiera hacer bien el trabajo, sin preocupaciones”.

 

*Estudiante de Periodismo de la Universidad de Holguín

 


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Comentarios  

# alejandro 30-06-2021 10:14
ES VERDAD QUE HACE HONOR A SU APELLIDO, ES UN CABALLERO, RECIBE CON AMOR A SUS PASAJEROS, LOS ORIENTA, LOS AYUDA Y ORIENTA DE FORMA CORRECTA A SU FAMILIA. EN FIN ES QUERIDO POR TODA LA POBLACION
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