De corazón a corazón

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Maestras hospitalarias Aleida CRD“Estoy en el primer amor, pues hace poco comencé a vivir esta experiencia con pequeños hospitalizados”, asegura Aleida. Fotos: Carlos Rafael
 
Se hicieron maestras por vocación y aseguran que en otra vidano sería diferente. Es como si la pedagogía viniera en su información genética, pues no logran visualizar su entorno sin la peculiar aula donde se desempeñan y lo más preciado, sus alumnos.

Desconocen del magisterio todo lo que no implique amor y entrega. De ahí parten las fórmulas de su singular manera de enseñar y conducir por la vida a niños y adolescentes, aunque en algunos casos se imponga el cruel destino que no permite lograr todo cuanto ellas quisieran.

Alina Velázquez Morales, Leslie Yero Chacón y Aleida Chacón Ronda, trascienden los marcos de la escuela especial Reynerio Almaguer, a donde pertenecen, para hacerse familiares en otro ámbito, en el que también aclaman su concurso.

En las salas de Oncohematología, Nefrología, Ortopedia y otras especialidades del hospital pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja, sus nombres se han convertido en esperanza para los pequeños y en fertilizante para la fé inquebrantable de los padres que allí permanecen.

Aunque se descubrieron como educadoras en otras especialidades y en distintas épocas, por azar de la vida se encontraron en el mismo camino de la docencia en la enseñanza especial, donde se han desempeñado la mayor parte del tiempo y para mayor coincidencia, las tres se convirtieron en maestras hospitalarias.

Máster en Ciencias de la Educación, Defectóloga, graduada de maestra primaria y terapeuta con experiencia en otros niveles educativos, Alina fue la primera que debutó en las aulas del pediátrico hace 15 años, cuando ya estas acumulaban un lustro de funcionamiento, cuyo artífice fue el Comandante en Jefe Fidel Castro, según refiere.
 
Alina: “Atendemos a los niños con enfermedades crónicas, ingresados por largos estadíos. Contamos con dos aulas equipadas con tecnología como en las escuelas. No obstante, tenemos otras formas de organización escolar, pues muchos de ellos deben permanecer en sus camas o cubículos y ahí le impartimos también las clases y actividades de acuerdo con los objetivos de su grado y a su estado físico”.

Intercambiar conel personal médico y paramédico, caracterizar psicopedagógicamente a cada niño, también mediante el estudio de la historia clínica, el método de la observación y la entrega pedagógica que envían de sus escuelas de procedencia son los primeros pasos para conocer a los alumnos y plantearse las actividades docentes de acuerdo con sus necesidades.
 
Maestras hospitalarias Alina“Atendemos a los niños con enfermedades crónicas, ingresados por largos estadíos”, asevera Alina

Alina: “Son niños muy delicados. El mismo tratamiento y procederes médicos hacen que su esfera emocional se vea afectada. Y sienten temor, angustia, miedo y se deprimen. Nuestra labor también va encaminada a sacarlos de esa situación.

“En este sentido atendemos y orientamos a la familia como mismo se hace en las escuelas de educación familiar de los centros educativos del sistema de enseñanza. El constante intercambio con los niños y padres nos permite apreciar detalles que ayudamos a canalizar por medio de la comunicación con los médicos, encargados de conducirlos a la especialidad u atención que se requiera”.

Aunque con menos tiempo en este rol, las másteres en Educación Especial, maestras terapeutas y licenciadas en Español Literatura, Leslie y Aleida, hablan del alto sentido de pertenencia hacia sus niños, a los que refieren como si fueran suyos propiamente. El goce espiritual que les produce saberse útil para estas criaturas, demandantes de su tiempo más allá de los horarios concebidos para las clases y las experiencias inigualables vividas junto a ellos, les han permitido ganar en fortaleza para sobreponerse a problemas personales de envergadura como la pérdida de sus propias madres.
 
Leslie: “Siempre me gustó la Defectología, pero mi familia no quiso que me fuera para La Habana, donde único se estudiaba en aquel entonces. Sin embargo por un diplomado de psicopedagogía me introduje en este mundo, poco tiempo después de cumplir mi servicio social en el municipio de Banes.

“Amo lo que hago y los niños me comprometen. Cuando llego a la esquina del pediátrico todo problema o preocupación que tenga se queda ahí, porque cuando entro ya tengo una misión que cumplir con todas las de la ley.

“El curso pasado tuve la vivencia de la graduación de una niña de sexto grado procedente de Las Tunas. Ingresó al servicio de Oncología, el cual atiendo. Allí recibió atención multidisciplinaria e hicimos todo lo posible porque culminara su último año primario en nuestra aula. Hubo días tensos, como cuando le apliqué la prueba de Matemática, se fatigó mucho y tuvimos que parar. Eso me robó lágrimas, pero con mucha paciencia y tranquilidad, logramos que culminara el examen y celebrar posteriormente su ceremonia con uniforme, como pidió.

“Es tanta la dedicación y la compenetración que se logra con este tipo de alumno que a pesar de la decisión familiar de que la niña perdiera el séptimo grado, me opuse, pues mientras yo esté allí recibirá los contenidos esenciales de su grado. Ahora me preparo en las noches y madrugadas, con ayuda también de mis colegas y de sus profesores de la secundaria, con quienes mantengo comunicación”.
 
Maestras hospitalarias Lesli CRD“A pesar de que algunos de nuestros niños no tienen un desenlace feliz en su trance por la enfermedad, trabajamos para hacerles más placentera su estancia en el hospital”, confiesa Leslie

Carismática y alegre se manifiesta Aleida, la de más reciente incorporación al desempeño como maestra hospitalaria, aunque con vasto dominio en la materia, evidente en su interlocución. Se desempeñó en sus inicios en el IPVCE José Martí Pérez y luego se especializó en niños con necesidades educativas más complejas (síndrome de Down y Esclerosis Tuberosa), mientras impartía docencia en la escuela especial Jorge Ricardo Masetti.

Aleida: “Estoy en el primer amor, pues hace poco comencé a vivir esta experiencia con pequeños hospitalizados. Siempre busco el apoyo de mis colegas porque son especialistas en el trabajo en estas aulas, digno de reconocimiento, como también la organización y metodología que mantienen para abordar la enseñanza en esta modalidad.
 
“Tenemos un baúl lleno de tesoros (maestría pedagógica con conocimientos), pues la vida nos va enseñando también y eso lo revertimos en nuestros niños, a los que tenemos que estimular constantemente, con herramientas que muchas veces no planificamos, las tenemos en nuestro otro plan de clases, “el cerebro”. Por eso pienso que ser maestro es saber andar y cultivar una flor en un jardín para que ella adorne la vida”.

Consideradas la mano derecha de la “Reynerio Almaguer”, Alina, Leslie y Aleida transpiran humanismo, responsabilidad y amor al trabajo. Las disímiles anécdotas que atesoran reafirman esta opinión de su colectivo, al que también contribuyen con su sapiencia.

Alina: “Estamos en un ámbito fuera de la escuela, donde tenemos constantemente la presencia de la familia, muchos de ellos profesionales, que evalúan el desempeño de la maestra, cómo habla, se sienta y da la clase. Además el medio donde nos desarrollamos implica que seamos exigentes en nuestra preparación”.

Leslie:“A pesar de que algunos de nuestros niños no tienen un desenlace feliz en su trance por la enfermedad, trabajamos para hacerles más placentera su estancia en el hospital y que disfruten de su etapa escolar como si estuvieran en la escuela”.

Aleida: “Esta es la obra de Martí. Formamos a los hombres del futuro para que la sociedad se plague de personas decentes y de bien. El maestro educa, construye, edifica y lo hace de corazón a corazón”.
 
Yanela Ruiz González
Author: Yanela Ruiz González
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Lic. en Estudios Socioculturales, periodista de la Casa editora ¡Ahora! Especializada en temas de Educación y Educación Superior Fan de las redes sociales

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Comentarios  

# Yoannia 22-12-2020 13:56
Felicidades a estás educadoras, hermosa labor la que realizan, tuve una hija ingresada por un largo periodo en el hospital pediátrico y guardo gratos recuerdos de la dedicación,amor y comprensión con la que una joven maestra, atendía a los niños que recibían sus tratamientos médicos en la sala de oncohematologia, a todos esos educadores, gracias
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# Leo 23-12-2020 08:06
Muchas gracias Yoannia
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