Ciencia desde la lomita

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beisbol anir fotodos Este equipamiento permite realizar una caracterización personalizada de cada atleta. Foto: Carlos Rafael
 
Para nada es asiduo visitante del estadio Calixto García. De hecho, prefiere otros deportes, por encima del béisbol. Se inclina más hacia el baloncesto y le gusta mucho ver voleibol y fútbol internacional. En sus ratos libres, practica el ascenso y descenso de la Loma de la Cruz, a modo de mejorar su salud.

Sin embargo, el ingeniero electrónico Arnoldo Alfredo Martínez, profesor de la Facultad de Informática y Matemática en la Universidad de Holguín (trabaja en esa casa de altos estudios desde 1991), es el creador de un equipo computarizado para el diagnóstico y entrenamiento de lanzadores de las bolas y los strikes.

En febrero de 2014, recuerda Martínez, surge la idea, el diseño del dispositivo y la solicitud de patente; ese último paso procedió en la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial, en La Habana: “Es la Universidad de Holguín, a la que pertenezco, la que dispone de la patente”.

El investigador se percató de que la mejor manera de entrenar para un lanzador es pitcheando. Entonces, se puso a pensar en un equipo que funcionara como cátcher, una simulación electrónica de un máscara. Como esa posición, la de serpentinero, en Cuba y Holguín necesita de mejoras, se propuso esa inventiva.

“A partir de ahí, diseñé una mascota que se mueve en un plano, por supuesto, controlado por computadora. Tiene que tener la manera de saber por dónde y a qué distancia pasó la pelota. Y como tercer elemento, una especie de velocímetro.
 
Adicionalmente, también posee un dispositivo que le devuelve la esférica al pítcher, de manera que este puede trabajar con un número reducido de pelotas. Se necesitan dos cámaras capaces de tirar tres fotos en 25 centímetros a una bola a 100 millas, estas deben tener 500 fps (frame/segundo); estos recursos sí habría que importarlos”, abunda.

Se está tratando de crear un prototipo del dispositivo, sustituyendo las cámaras por censores láser, pero al medir magnitudes tan rápidas son menos exactos, aunque no tan costosos.

Este equipo fue bien aceptado por integrantes de la dirección del plantel holguinero de béisbol, que se interesaron por la innovación e incluso aportaron ideas por adicionársele.

Orelvis Ávila, actual entrenador de pitcheo del elenco holguinero, quien, entre otros eventos internacionales, acumula el haber estado al frente de ese renglón de juego en el plantel cubano al último Clásico Mundial (2017), ve con buenos ojos la inventiva.

“Cuenten conmigo para apoyar ese proyecto y ponerlo en función de Los Cachorros. La ciencia en nuestro deporte se aplica en el mundo entero y no podemos cerrarle las puertas. Quizás, por diferentes razones, no la aplicamos como queremos, pero ese equipo nos apoyaría”, dijo el ex lanzador.

“Ya hablamos con los investigadores y nos resultó interesante, principalmente, en el estudio biomecánico de los atletas, porque se emplean diferentes análisis en distintos ángulos”, agregó. “Se mejorarían la técnica y determinados segmentos de la mecánica de lanzar. Nos daría elementos científicos de los movimientos de los monticulistas”, concluyó Orelvis.

Luis Daniel del Risco, jefe de Reglas y Arbitraje de la Comisión Nacional de béisbol, hace tres años, expresó que, si se construye un prototipo, el cual demuestre su funcionamiento, el Instituto nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) pudiera poner el financiamiento y generalizar la idea en el país, es decir, lograr un equipamiento para cada estadio de cabecera provincial.
 
beisbol anir FotounoPrototipo del equipo computarizado para el diagnóstico y entrenamiento de lanzadores. Foto:Cortesía de la Universidad de Holguín

“Realicé una búsqueda de equipos en Internet, porque ahí existen bases de datos importantes, y encontré muchos para prepararse en bateo y fildeo, aunque no en pitcheo, por eso fue mi interés”, dijo el ingeniero electrónico.

La explotación de este instrumento computarizado permitiría hacer muchas investigaciones, como caracterizar el rendimiento hasta un número determinado de lanzamientos, saber la efectividad de la velocidad, valorar el control y hasta realizar tests antes de un juego, en función de comprobar el estado de forma del serpentinero. Algunas aspiraciones serían que identificara el tipo de envío e incluso establecer con bombillos rojos y verdes el tiempo entre lanzamiento y lanzamiento.

Puede, además, diagnosticar si un atleta tiene o no posibilidades de convertirse en deportista de Alto Rendimiento y redireccionarlo si fuera necesario.

Entre las ventajas que detalla el autor de la inventiva figuran que no precisa de un receptor para el entrenamiento del tirador, permite realizar una caracterización personalizada de cada atleta, es fácil de programar, rigurosa en el cumplimiento del plan, analiza cada lanzamiento, es flexible en la programación del procesamiento de datos, necesita pocas pelotas en el alistamiento y puede probar, de manera remota, las características de un pítcher.

La Empresa Provincial de Industrias Locales Varias ha manifestado interés en hacer el prototipo a tamaño real.

También el Doctor en Ciencias Rolando Simeón, colega de Martínez, y especialista de CAD/CAM (Centro de Estudio de la Facultad de Ingeniería), está haciendo el diseño mecánico del dispositivo, lo que arrojaría detalles específicos de cada componente.

El Parque Científico-Tecnológico, el cual se encuentra en fase de desarrollo y encabeza la Doctora en Ciencias Ana de Lourdes Torralbas, pretende que las patentes concedidas a la Universidad de Holguín, como esta relacionada a nuestro pasatiempo nacional, cierren el ciclo de innovación, propiciando la producción y comercialización de esos productos.

¡ahora! digital fue puesto al tanto de las gestiones que realiza la Empresa Provincial de Industrias Locales Varias, cuyos mecánicos y torneros se reunirán, próximamente, con el profesor Martínez y sus compañeros, a fin de puntualizar sobre los componentes del futuro prototipo.

Un paso inicial que, de acuerdo con el director de esa entidad, Leónides Rodríguez, sería el antecedente de las pruebas de mercado –en busca del perfeccionamiento–, para luego producir el equipamiento, a partir de la demanda, a escala comercial.

Los censores láser, sustitutos de las cámaras, asegura Rodríguez, abaratarían el costo inversionista, propiciando una adquisición más fácil de los mismos.

A juicio del dirigente, la aspiración es expandir el producto por los 14 municipios holguineros y toda Cuba.

Si todo sale bien, el equipo computarizado para el diagnóstico y entrenamiento de lanzadores sería una realidad, más que un propósito.

Empujes como estos posibilitarán que nuestro pasatiempo nacional, empuñando un bate científico (en este caso desde la lomita), no se ponche sin tirarle.

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