Documental sobre Antilla se estrena en Fiesta Ibero
- Por Rosana Rivero Ricardo
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Antilla contó su historia en la XXIV edición de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, a través del documental “Hubo una vez un pueblo”, ópera prima del destacado realizador holguinero Ernesto Granado, rodado este 24 de octubre en el Ateneo Cinematográfico, como parte de las jornadas de la Muestra Audiovisual del evento de los pueblos.
El material recoge una exhaustiva investigación de su director sobre la historia del que hoy es el municipio más pequeño de Holguín y fuese considerado, en la primera mitad del siglo XX, como la segunda Habana.
Granados toma como punto de partida para el audiovisual la historia de la destrucción de la ermita consagrada a la Virgen de la Caridad, hecho que muchos pobladores consideran el detonante del progresivo declive de una región que tuvo el primer hidropuerto de Cuba y un imponente sistema ferroviario.
Aproximadamente 51 minutos dura la película, los cuales pasan inadvertidos por la maestría con que fue hilvanada la historia. El propio Granado -quien asumió, además de la dirección, el guión y parte de la fotografía del metraje- narra sus vivencias sobre el pueblo que le vio crecer y del que nunca se ha ido totalmente.
La generación que vivió la época de esplendor de Antilla es la protagonista de “Hubo una vez un pueblo”, a través de fragmentos de entrevistas, muy bien seleccionados, a antiguos trabajadores portuarios, comerciantes, profesoras, músicos y amas de casa del pueblo.
Cuenta el filme, entre sus aciertos, con un segmento de animación a cargo de los Estudios NODO, de Holguín, donde se resume el proceso de nacimiento de Antilla y el contexto histórico que lo propició.
Otro aspecto laudable es la recreación de la historia a partir de fotos y filmes antiguos, muestra de la profunda investigación realizada por el equipo de producción que recopiló materiales que estaban en manos de los antillanos. La prensa de la época, otra fuente de la que vivió Granado, también sirvió como apoyatura importantísima para la narración, al contar Antilla con una prolífera tradición editorial.
Logró el realizador captar con el lente, más que imágenes, los sentimientos de algunos antillanos. El silencio y la expresión de los rostros en primer plano, cuando no fue necesario decir nada, fueron los mejores recursos.
Más allá de las nostalgias, con la esperanza puesta en el desarrollo de Antilla culmina este documental, ganador, entre otros galardones, del Gran Premio de No ficción en el festival Caracol 2017 y el Premio Colateral del 16 Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in Memoriam otorgado por la Casa del Caribe.
Al concluir el rodaje, Lenia Tejera León, realizadora de TV Serrana apuntó que esta es una de las historias de las que Cuba necesita sean contadas. “Se narró de manera muy inteligente, pero muy real y sentida”, acotó.
La capacidad para aunar a dos generaciones distantes en el tiempo a través de los testimonios de los mayores y la juventud de los realizadores, fue uno de los aciertos del audiovisual que destacó Zaida Batista, asesora del canal territorial Tele Cristal
“Es una obra que lo arriesga todo en función de su identidad. Granado encontró amor en su pueblo y lo respetó”, reconoció Alfonso Bandera, realizador de la televisión en Holguín.
Por su parte, Lino Verdecia, destacado profesor universitario, reconoció que “para hacer este tipo de documental hay que tener tres cosas: una cuota de valor, otra de talento y gran cantidad de amor”.
El material será testigo de los que hoy es Antilla, antes de convertirse en uno de los polos turísticos más importantes de Cuba a partir del programa de desarrollo para la península El Ramón, el cual contará con más de 19 mil habitaciones.
Comentarios
Gracias Granados, bendiciones muchas,