Mantener la Voluntad
- Por Jorge Fernández Pérez
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En lo más intrincado del lomerío holguinero, específicamente, en el municipio de Sagua de Tanamo, capital del Plan Turquino en el territorio, se encuentra el Consejo Popular Naranjo Agrio, una zona eminentemente agrícola, poblada por personas sencillas y familiares, que provoca al nuevo visitante sentirse como en casa, una vez supera el empinado camino que la antecede.
A finales del siglo pasado, esa comunidad era un claro ejemplo de cómo la Revolución cambió la vida de millones de cubanos, y contaba con una serie de servicios que impulsaron la infraestructura económica y social. Pero sus habitantes sentían que algo faltaba.
En 1992 comienza a gestarse un sueño, uno de esos que hacen esquivar cualquier obstáculo por verlo materializado. Naranjo Agrio necesitaba una transformación cultural y espiritual, concebir espacios para el aprendizaje y desarrollo de sus vecinos.
Pasaron algunos años, y unos cuantos altibajos, para su concreción. El primer paso era crear una casa de la cultura. No sobraban los recursos, pero sí las ganas de hacer, por lo que una carpintería en ruinas no tardó en resurgir convertida en centro cultural.

Varias instituciones comenzaron a apoyar, lo que posibilitó la restauración de la librería, el museo y el caney sociocultural. En medio de esa vorágine, y como resultado de la misma, en 2003 surgió el proyecto Voluntad, que ya suma 20 años de labores de impacto comunitario, reconocidas a nivel nacional.
Al mismo tiempo, se instituyó la Jornada de la Cultura con el propósito de hacer palpable el resultado del trabajo de los voluntariosos soñadores que integraban el equipo, y volverlo extensivo a Consejos Populares aledaños a su lugar de origen.
“El proyecto fue cambiando la vida en la comunidad y contribuyó a que los serranos disminuyeran sus traslados a la ciudad, pues gran parte de la población encontró aquí un espacio para satisfacer sus necesidades artísticas, recreativas y sociales”, comenta orgulloso José Antonio Reyes Matos, fundador y director de Voluntad.
Más allá de una cifra
Voluntad no contabiliza a sus integrantes, pues está conformado por todo un Consejo Popular y también sus alrededores. “Cuando llegamos a un lugar con nuestro proyecto al hombro y algún vecino nos da un poco de agua o nos presta el asiento para que nuestras unidades artísticas se presenten, ya nos están acompañando”, reconoce Reyes Matos.

En estos momentos cuenta con 8 promotores culturales, que forman parte del Sistema de Casas de Cultura, y se las ingenian para regalar su talento, junto a sus estudiantes, en 24 circunscripciones.
Todo un sistema de trabajo está respaldado por instituciones que aportan su granito de arena: varios instructores de arte, el museo, la biblioteca, la sala de video, la librería, además de entidades administrativas y las organizaciones masas.
“Comencé en Voluntad desde los 8 años. Con ellos he aprendido mucho, y he crecido en varios sentidos. No estoy seguro si me dedicaré a la música como profesión en el futuro, pero nunca dejaré de tocar la guitarra”, asegura Bruno Blanco Peña, un aprendiz de trovador, de 13 años.
Con el fin de acercarse a todos los grupos etarios, se han creado diversos microproyectos que responden a las necesidades de diferentes generaciones: “La guitarra al hombro” y “Llegando al barrio”, son algunos de los que engloban la lista de estos últimos años, pero hay uno en particular, con un singular dulzor, que atrapa a grandes y chicos.

La Colmenita “Miel de mi Serranía”, con 6 años de existencia, es un espacio de aprendizaje constante para las pequeñas abejitas que la integran, y eslabón clave del proyecto Voluntad. Alicia Martínez Rivas, su directora, comenta que toda la comunidad se ha volcado en propiciar el avance de las inquietudes artísticas de los infantes.
En su empeño porque la colmena crezca, logró contactar con Carlos Alberto (Tin) Cremata Malberti, líder de varias generaciones de colmeneros en La Habana, y confirma el interés de todos en Naranjo Agrio por lograr un encuentro entre ambos grupos. Confía en que las circunstancias lo harán posible algún día.
Labor que da cosechas
Cuando se pone amor y empeño en lo que se hace, los reconocimientos vienen por sí solos, como merecida cosecha de una fructífera labor. En el año 2017, Voluntad alcanzó el Premio de la Popularidad en el Suceso Cultural de la provincia y mereció el certificado de Proyecto de Referencia para el Trabajo Cultural en las Montañas de Cuba.
Obtuvo el Premio Nacional de Cultura Comunitaria en el 2018, concedido por el Ministerio de Cultura y el Consejo Nacional de Casas de Cultura.También ha representado a los holguineros en varios encuentros de carácter regional y nacional.

En este 2023, el equipo ha estado inmerso en toda una serie de celebraciones, en el marco del cumpleaños número 20: varias revistas de animación, donde los niños resaltaron lo más autóctono de las tradiciones campesinas, han cautivado a los vecinos de Naranjo Agrio.
La inauguración de la plaza Veinte Aniversario, en las inmediaciones de la casa de cultura, con el fin de crear un escenario propicio para la realización de actividades, además de otras acciones, son expresión de la más férrea voluntad de los montañeses para que su obra perdure en las generaciones venideras.
“El proyecto constituye una manera de transformar nuestras comunidades y barrios, siempre con el principio de preservar la cultura y las tradiciones. Queremos felicitarlos de todo corazón”, expresó vía telefónica Diango González Guerra, presidente del Consejo Nacional de Casas de Cultura, a propósito del aniversario.
Mantener la Voluntad
Si bien cuentan con considerables logros, el equipo de Voluntad asegura ser un eterno inconforme, pues aún tienen varias metas por cumplir, encaminadas a lograr un mayor crecimiento e impacto comunitario.
“El nombre del proyecto responde a la forma de trabajo que tenemos. Gran parte de lo que se ha hecho ha sido por iniciativa de sus obreros”, confirma Vladimir Breffe Oquendo, programador de actividades del complejo cultural de Naranjo Agrio.

Persiste el anhelo de lograr su inserción en la ruta del café y el cacao. Aspiran a que su Consejo Popular sea un punto de encuentro, donde se dé cita lo mejor del arte aficionado en las montañas del oriente de Cuba, y a propiciar el intercambio con otros grupos afines.
No está permitido dejar de soñar, bien lo saben los que han hecho que el proyecto crezca. Han sido testigos de lo difícil que puede resultar avanzar en su encomienda, la cual ha estado matizada por horas de trabajo y noches de desvelo, pero aseguran que la clave para continuar su impacto comunitario en el Plan Turquino de Holguín está en, a pesar de todo, mantener la voluntad.
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