Orgullo vestido de pañoleta roja
- Por Yanela Ruiz González
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La esperaba en la entrada de la escuela, donde cuatro horas antes la había dejado luciendo su pañoleta azul, el atributo que hacía tres cursos acompañaba su uniforme escolar. Todavía no olvido el orgullo de aquel día en que se inició como pionera moncadista y ya otro momento similar vuelve a llenar de gozo mi pecho.
Aquella jornada, en la que la plaza de la escuela se hacía más chica, porque todos los padres queríamos ser partícipes del sagrado momento, revivió en mi mente cuando la vi, caminando a mi encuentro. Esta vez no era la pequeña de uniforme casi recién estrenado, debido al poco uso que había tenido la prenda escolar. Tampoco era la niña necesitada de custodia hasta la formación, o la de llevarle la mochila o bolsa de la merienda hasta el aula porque se antojaba frágil, aunque no lo fuera.
Ante mis ojos se vislumbraba la imagen de una pionera mucho más grande, madura y responsable.Venía con todos sus atavíos y lo azul que había en su cuello, ahora esrojo, y en la manga izquierda de su blusa cuelga otro distintivo, el que refleja el emblema de la Organización de Pioneros José Martí(OPJM).Venía con un orgullo muy propio, y una sonrisa pícara, buscando complicidad.Sus ojos hablaban casi solos.
En la reunión previa a la reanudación del curso escolar, la maestra y Guía base de la escuela orientaron el procedimiento de esta jornada, en la que los progenitores no podíamos estar en esta ocasión, debido a las medidas adoptadas en el centro para evitar rebrotes de la Covid19. Aunque algunos padres quisimos presenciar el acto, comprendimos la necesidad de ser prudentes y disciplinados.
Esta vez no sería la plaza el escenario ideal, ni habría lluvia de fotos frente al busto del apóstol cubano, acompañado de la Bandera de la estrella solitaria. Sin embargo, el cambio de atributo transcurrió con toda la solemnidad que amerita y el significado que encierra para la vida de nuestros niños y niñas.
Ella cuenta, emocionada, cuando la “teacher” le colocó la pañoleta y la felicitó. Luego pronunció, junto a sus compañeros de aula, el juramento de la organización pioneril. Repite ahora, en retrospectiva para mamá-, que quiere saber hasta el más mínimo detalle-, las palabras que la comprometen a estudiar, trabajar y defender la Patria, siempre con la aspiración de ser cada día una mejor pionera.
En la escuela le explicaron que este acto se realiza en el mes de junio, en homenaje ados grandes héroes de las luchas de liberación de Cuba, Antonio Maceo y Ernesto (Che) Guevara. Pero, la situación epidemiológica del país impidió efectuarlo en su acostumbrada fecha y se decidió posponerlo para este 29 de septiembre, día en que se cumple otro aniversario del asesinato de Paquito González Cueto, primer pionero mártir.
Aunque algunas instituciones educativas se adelantaron a esta fecha, no dejaron de significar la efeméride escogida para materializar uno de los más trascendentales actos de la organización.Hoy los más de 11 mil 470 pioneros de tercer grado en la provincia de Holguín lucen el rojo atributo, que los acompañará durante tres cursos en actividades escolares y otras propias de la OPJM, como las de exploración y campismo.
Existen muchas razones para querer estasimbólica prenda color carmín, identitaria de la membresía de una organización única en el mundo, en la que aprenden a participar y debatir sus inquietudes, a amar la naturaleza, los héroes y mártires de la Patria, y a Cuba. Los vértices del triángulo isósceles que tiene como forma, significan las sagradas prioridades de un pionero: estudiar, trabajar y luchar, sobre todo, por las conquistas de la Revolución, principios arraigados en las enseñanzas que recibimos desde pequeños.
Ahora cada mañana mi pionera se viste de un sano orgullo rojo al rodear su cuello con la nueva pañoleta, la que ata con un nudo marinero sobre su pecho, junto a los sueños y encargos de los de su generación.
