Córranse ahí caballeros…

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omnibus holguinLa situación actual del transporte público amerita el apoyo de choferes de organismos.
 
Lo menos que quieren es cantar, pero en cualquiera de las congestionadas paradas de mi ciudad, la mayoría de las personas en pugna por subir a las guaguas animan a los ya acomodados arriba de esos carros del transporte urbano con uno de los estribillos más pegajoso de las canciones de Fabré: Córranse ahí caballeros, echen un paso pa´ tras.
 
Mujeres solas o con niños en brazos, hombres, estudiantes repiten el Córranse…, aunque pocos de los invocados se dan por aludidos. Los de abajo siguen desesperados convocando a cooperar con la esperanza de poder asirse del tubo del ómnibus antes que el chofer cierre sin compasión las puertas de la Diana.

Nada, ni que la guagua fuera elástica o el conductor mago. Por eso queda tanto personal o más en la acera al sol, bajo la lluvia o al sereno como el que lleva a bordo la pequeña azul y blanca con nombre de mujer.

La escena vuelve a repetirse una y otra vez en cualquiera de las paradas de la ciudad de Holguín, al presentarse uno de esos medios estatales destinados a la transportación urbana con número de viajes reducidos y reprogramación de salidas hacia los distintos destinos, debido a los anunciados problemas con la disponibilidad de combustible afrontada en el país.

Son entendibles las dificultades, porque sería increíble que alguien estuviera ajeno a las consecuencias que acarrea el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno estadounidense sobre nuestro país y el cerco a que es sometida la República Bolivariana de Venezuela por Washington.

Sin embargo, lo difícil de entender por esas personas, que permanecen dos y más horas en una parada, es la falta de solidaridad presente en algunos. Ven correr veloz frente a paradas abarrotadas transportes de obreros casi vacíos de muchas entidades y carros ligeros estatales, en cuyos rótulos se leen siglas muy bien conocidas y algunas no tanto, pero todas relacionadas de una u otra forma con ellos, sin que sus choferes y copilotos se den por enterados de los miles de holguineros necesitados de su apoyo.

En cualquier punto de la ciudad pueden llenarse cuartillas y más cuartillas con el número de las chapas de esos indolentes, para quienes ya no valen llamados de atención y sí serían oportunas otras acciones más drásticas que les llegaran a su conciencia y bolsillos.

Pero, peor aún es que en medio de un recorte de combustible para todo el sector estatal algunos no se hayan dado por enterados y para ellos y sus familiares la vida siga igual.

Si no cómo entender la fila de carros de organismos y entidades frente a círculos infantiles y seminternados en la mañana o la tarde; en las ferias agroalimentarias dominicales, en viajes a la playa o de visita a la familia en el campo y en otras actividades muy personales obviando toda regla de mesura.

Y no hablamos de que no tengan prerrogativas en determinados momentos necesarios y lógicos por la labor o responsabilidad que desempeñan, el problema radica en el uso y abuso de un privilegio en momentos de un llamado que involucra a todos.

Otro asunto requerido de una revisión oportuna y consecuente es hoy el comportamiento de una mayoría de los choferes de triciclos arrendados a la empresa Taxi Cuba, que han olvidado que su objeto social es el de aliviar el déficit de transporte público en zonas con mayor tráfico de pasajeros y de su vinculación a Piqueras.

Hoy por hoy es muy difícil que uno de esos medios recojan en las paradas de ómnibus urbanos u otro lugar de la vía, porque aunque vayan con capacidades disponibles se deben a la persona que los alquiló, pero ojo con esto, porque ya hay creada una estrecha y marcada relación entre muchos de ellos y determinados clientes, quienes a una sola llamada a través del teléfono celular tienen a su disposición al chofer requerido.

De todos estos temas son incontables las historias. Unas las conozco por personas que reiteradamente hacen llegar a la Columna de los Lectores amargas experiencias vividas alrededor de la transportación de pasajeros y otras las he vivido en carne propia, porque desando mucho a pie la ciudad y como asidua a la parada de la calle Morales Lemus, por donde pasan las rutas 204 y 207, entre las menos priorizadas y con recorridos extendidos hasta casi convertirlas en semiurbanas, casi siempre tengo que repetir junto a otros Córranse ahí caballeros; echen un pasito más pa´ tras, para poder llegar a mi hogar después de un fatigoso día de trabajo.
 
 

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Comentarios  

# omar estevez morales 23-05-2019 17:45
Aunque soy holguinero, actualmente no radicó en la ciudad cabecera, pero si he sufrido en carne propia estas polémicas situaciones que estoy seguro se extiende a toda #Cuba, como estudiante muchas veces los fines de semana he tenido que viajar luego de terminar la Universidad y que creo que es ahí el punto de coincidencia, muchas veces he sufrido por la expresión del chofer que me dice voy solo hasta allá a delante, pero cuando he tomado un carro que lo sobrepasa o llegó a mi destino final mis ojos se avivan al ver al noble ´´chofer´´, el cual aseveraba que solo tenía un corto destino. En muchas ocasiones sucede con los carros estatales y aun siendo acompañados por los directores de Empresas y funcionarios de Organismos, será que el carro como en A vivir del cuento, es del pueblo.
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# Mario Luis 24-05-2019 08:45
Muchas gracias por abordar este tema que a todos nos afecta. Yo que soy estudiante de la universidad y tengo que ver pasar las guaguas de transporte militar vacías y llegar tarde a la escuela o simplemente no poder llegar.
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# Dai Ibarra 10-07-2020 17:26
Hola me gustaría saber por qué la versión digital del periódico no muestra los correos de los periodistas y si existe alguna sección o correo al que se pueda escribir para hacer llegar la opinión de los lectores o temas de interés. Disculpe haberlo hecho por aquí pero no encontré la columna de los lectores por ninguna parte. Saludos
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