A otros con la guayaba The New York Times

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medicos cubanos en venezuelLos médicos cubanos han llevado su solidaridad por más de medio centenar de países de todo el mundo. / Foto. cubadebate
 
Desde el domingo último uno de los medios más importantes de la prensa norteamericana y de relevancia a nivel internacional echó a rodar una gran “guayaba”, que otros periódicos impresos y digitales del mundo y las redes sociales acogieron como papa caliente y la dispersaron a su antojo, como ocurre siempre en estos tiempos cuando se habla mal de Cuba y Venezuela.

Pero, como la mentira tiene patas cortas, el reportaje del periodista Nicholas Casey, publicado en el diario The New York Times,bajo el título “Nicolás Maduro usó a médicos cubanos y a los servicios de salud para presionar a los votantes”, ha encontrado la respuesta que merece entre los que sí conocen la valía de nuestros galenos y los miles y miles de trabajadores de la Salud de Cuba, que desde hace 55 años han cumplido misión en 164 naciones.

He leído y releído el trabajo periodístico de marras,en el cual a partir de “testimonios” de 16 integrantes de las misiones médicas cubanas a Venezuela se pretende poner entredicho el prestigio y ética de los profesionales del sector en ejercicio en estos momentos en Venezuela o de los más de 140 mil que han colaborado con esa nación hermana desde 2003 hasta ahora.

Burdos e indignantes los supuestos relatos que el escribidor pone en boca de los 16 cubanos “entrevistados”, de los cuales apenas divulga los nombres y fotos de dos de ellos, con residencia actual en Chile y Ecuador. Vergüenza de ellos, que por lograr sus “sueños” venden su alma al diablo, sin recordar que el imperio no paga a los traidores-desertores, pues al final del camino los desprecia y deja a un lado cuando ya no les sirve, de ello a cientos de casos.

Pero, como esos no hacen cifras, para los que conocemos de muy cerca cómo se forman en las escuelas de Medicina de Cuba y después laboran desde la atención primaria, secundaria y terciaria de Salud los hombres y mujeres de batas blancas cubanos, nos negamos a creer una sola de esas acusaciones, porque nunca la vida o el bienestar de una sola persona en nuestro país se ha condicionado a recibir nada a cambio, aun cuando sus ideas o convicciones políticas no coincidan con el proceso revolucionario.
 
Siempre y ante todo, la salud del paciente ha estado por encima de raza, credo, o posición política. Así ha sido desde el mismo Triunfo de la Revolución, por su carácter universal y gratuito. Y con esos mismos principios los cubanos que han salido a cumplir misiones en otros países han tenido como bandera ese precepto,por eso, en no pocas ocasiones,algunos han sufrido, llorado y hasta pagado con dinero de su bolsillo un medicamento o atención de un enfermo, cuando en el lugar donde ha estado la Medicina se paga.

No me resigno ni creeré jamás que a los médicos que he visto, en tiempos buenos y menos buenos sortear huracanes, el frío, la lluvia o el intenso sol lo mismo en ciudades, campiñas y zonas montañosas de nuestra geografía, en busca de cualquier paciente, de las mujeres para realizarles su prueba citológica, del niño que le falta una vacuna o de la embarazada ausente a la consulta, sean protagonistas de la historia contada por el periodista del The New York Times.

Como tampoco imagino a un joven galeno, enfermera o técnico cubano negarle asistencia médica, medicamento y tratamiento al necesitado en Venezuela, donde desde 2003 hasta ahora se han salvado miles de vidas y prestado asistencia médica a millones de nacionales en las instituciones de Salud, a través del Programa de Colaboración firmado entre el Comandante en Jefe Fidel y Hugo Chávez.

Como lo aseguró el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, “los médicos cubanos jamás podrán ser difamados” y porque como los catalogara el Líder Histórico de la Revolución y eterno Comandante en Jefe Fidel ellos son “abanderados invencibles de tan noble profesión, demostrando que todo el oro del planeta no puede doblegar la conciencia de un verdadero guardián de la salud y de la vida…”.
 

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