Moda para los “puros”

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La purita se estira la licrita, se arregla la “jailita”, se contempla las uñas acabadas de arreglar. Como la purita se siente pepillita, se pone en las uñas de to’ como en botica: lunitas, escarchita, calcomanías y relieves.
 
La purita lleva una cadenita que tiene su inicial y es de “oro veintitrés”. En los dedos se pone anillos, sortijitas, florecitas, y tiene un tatuaje en una ingle: un pez.

La purita lleva unas “cutaritas” de suela bien bajita y chancletea mucho, que es bueno pa’l estrés. Para cuidar los pies, usa medias tobilleras, que ahora se llevan, ¡ves! Y arriba de las medias se ha puesto cadenitas con dijes y perlitas, que como se decía antes, le quedan “Suchel”. La purita “vacila”, discretica, su escote con relleno, camiseta y camisa con nudo bajo el pecho, como debe de ser.
El purito usa camiseticas y también desmangadas, que muestran bien su pecho, sus bíceps y demás. Detalle indispensable es que el purito enseñe su bóxer Calvin Klein.

Delante, las camisetas dicen Supreme, Puma, Adidas y algunas iu-es-ei. El purito las compra en colores brillantes: naranja, verde, lila o en negro con dorado, que luce lindo, ¡ves!

El purito se pone su “chorpeta” a cuadros, cuatro puertas, y lleva su manilla de “oro dieciséis”. El purito se pone sus Adidas, sus Fila o sus Cobra pero sin medias, ¿ves? Completan el atuendo, su móvil marca Samsung y la gorrita plástica, que dice arriba “El-Ei”.
El purito se acerca a la purita, esboza sonrisita, la mira seductor: “Purita, te invito a la carpita, a echarnos laguercitas, a echar conversadita, y ¡quién sabe!, así es la vida, a lo mejor, después…

La purita frunce su boquita, arruga la frentita, da una patadita, le espeta irritadita: “¡Qué se ha creído usted! Señor, yo no voy a la carpita, no tomo cervecitas… ¡Y esa confiancita! ¡Es muy mayor usted!”. El purito se queda cabizbajo, afloja la pancita, se quita la gorrita, se rasca la rodilla y saca el celular.

La purita sigue tan ligerita, aunque le asa la licrita, le aprieta la jailita, la oprimen los tirantes del ajustador. Va pa’ la zona “güifi” y saca el celular. Al chico que ella sabe le paga veinte pesos por toda una hora de acceso universal y… ya está metida en “Féisbol”, mandando postalistas, siguiendo cadenitas, posteando likes, memes y fotos arregladas para la red social.

La purita tiene un enamoradito: un jeque petrolero que vive ¡en Kuwait! Al jeque lo ha visto en las fotitas: retratos, cuerpo entero y hasta en traje de Adán… La purita se pone colorada, le arden las orejitas y se ha tomado en serio corresponder al jeque con una foto igual… pero no ha hallado quién le haga el montaje y, fotochó mediante, deslumbrar al galán. Por eso, como si fueran suyos, le envía los retratos de una mulatica que bajó hace poco de la red Instagram.

Dice el árabe que tiene un palacio de brillantes, un rebaño de elefantes, un kiosco de malaquita, un gran manto de tisú, y una gentil muchachita, tan linda y tan modosita como ella, la purita; porque el señor es viudo. Rico, viudo y soltero… Un gift de Alá. ¡Di tú!

La purita, tan linda y pintadita, tan desinformadita… ¡inocente!, no sabe que el chalezón del jeque se llama Taj Mahal. Y ahí sigue la purita, debajo’e la matica –que el sol está de anjá-, chateando de lo lindo con el jeque Abderramán. No sabe la purita que las fotos calentitas, retratos, postalitas del hombre de Kuwait, son de un guapo judío que sale en calzoncillos en propaganda “gai”.

Debajo de otra mata, divisa la purita al puro insoportable que no la mira más. El hombre está concentrado, navegando sabroso por una red social. Está muy divertido y bastante embullado, chateando con una mulata de postal.

Él le manda postalitas, memes y cadenitas, videos divertidos para hacerla gozar. Como ella le ha pedido foticos, él le envía retratos de un modelo famoso que suele descargar. El purito se ha inventado la historia de un jeque petrolero que vive en Kuwait, en un tronco’e palacio que es el Taj Mahal.

Él dice que vendrá a pasearla en su yate, a llevarla de compras, a montarla en su propio avión particular. Ella le promete ser solo para él, tan solo para el jeque, de aquí a la eternidad. Y ahí siguen los puritos, tan desinformaditos, tan enamoraditos y tan ilusionados que no tienen edad.
 
 

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Comentarios  

# Liuva 09-03-2019 14:09
Es lo que yo digo... este Rubén Rodríguez es genial!!! Deberían darle el Premio Nacional de Literatura!!!
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# YARA 20-03-2019 09:27
JAJAJA BUENISIMO RUBEN DAN GANAS DE LEERSE TODO UN LIBRO DE LOS PURITOS JEJEJEJ TO BE CONTINUED PLEASEEE!!!!!
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