“XY”
- Por Rosana Rivero Ricardo
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Lo supieron demasiado tarde. Incluso mucho después de resolver tener un hijo y, de preferencia, varoncito. Aplicaron todo tipo de técnicas para lograr la ansiada combinación cromosómica XY: la edad del futuro padre, los días más fértiles de la futura madre… Todos soñaban en azul, porque en estos tiempos es mejor criar a un hombrecito.
Acostada sobre la camilla de ultrasonidos, la doctora le exprimió la pancita de unas 20 semanas, en busca del ansiado cetro. No hubo lugar a equivocaciones. El futuro macho abrió sus futuras piernas y mostró al mundo su futura virilidad.
La canastilla se conformó toda de azul, sin muchos adornos y sin lazos. Ante la austeridad varonil, las colegas de embarazo que “traían hembra”indagaban si no prefería una niña, porque las niñas son más cariñosas y más atentas con la familia. Y se podía una divertir haciéndole peinados y comprándole batas pomposas.
Y ella feliz con su machito, porque no hay que gastar dinero en tanta ropa. Ni cuidarlos tanto. Un calzoncillo y pa’ la calle.
Cuando nació el sucesor de la familia, el que preservaría el apellido paterno, ellos tampoco lo avizoraron. Lo criaron como mismo fueroneducados ellos. Acuérdate que tú eres macho. Si te dan, tú das. Papi, mira qué linda tu novia. Si una niña se te acerca tira pa’lante.
Todo lo contrario a cómo educaron a la pequeña que les nacería cinco años después, porque las niñas son de la casa y los varones de la calle. Mimi, tienes que estar con las piernitas cerradas. No hables con extraños. No te dejes tocar ni aquí, ni aquí. Y mucho menos aquí.
Mientras la niña estaba resguardada en el apartamento del quinto piso, el niño jugaba en la calle sin supervisión, sin saber a dónde iba, ni con quién andaba.
Es lo “normal”, lo dispuesto para él y ella en la sociedad, lo heredado de generación en generación, en ocasiones de manera inconsciente, pero arraigado y oculto en el accionar cotidiano.
Ellos tampoco lo supieron cuando el niño comenzó a orinarse de nuevo en la cama y a tener pesadillas y miedo. Justificaron su aislamiento y melancolía con un “cosas de la edad”.
Los padres no sabían que en los últimos años ha aumentado la cifra de abuso sexual en niños del sexo masculino.Los padres no sabían que el abuso sexual infantil no es privativo de un hogar disfuncional, de personas con bajo nivel cultura u homosexuales. Los padres no sabían que hay que cuidar a los niños lo mismo que a las niñas y no se debe confiar ciegamente en los vecinos, los parientes o los amigos.
Los padres no sabían que todo empezó con un caramelo, después un carrito y después “este es un secreto entre tú y yo”. Los padres lo supieron… después.
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