Los CDR de ayer, de hoy y de mañana
- Por Ventura Carballido Pupo
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¿Por qué y para qué otro libro contando la historia de los CDR? Son cinco los ya publicados y trabajo en otro bajo el título: Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de ayer, de hoy y de mañana.
Se requiere, sin complacencia alguna y alejado de un falso triunfalismo, hacer una reflexión profunda partiendo de una investigación historiográfica a fondo, que permita presentar un texto de inobjetable mirada, para sacar a relucir virtudes y defectos, luz y posible sombra sobre la actual situación que presenta en su vitalidad la mayor de las organizaciones de masas de Cuba y hacer una mirada veraz, trasparente, educativa y aleccionadora, a los CDR de ayer, los de hoy, y los del futuro.
La presencia de algunas manifestaciones y cierta disminución en la cultura del detalle sobre la trascendental importancia que tuvieron, tienen, y tendrán los CDR para la sólida estabilidad del proceso revolucionario cubano, sobre todo en ciertos sectores de la juventud, debe preocupar y consecuentemente ocupar a todos los revolucionarios cubanos sobre una organización que pudiéramos, con mucha objetividad, definirla como la salvadora de la revolución de los humildes, la de Fidel.
Libros publicados por el autor.
El evidente deterioro en muchos organismos en la base de su funcionamiento interno; la falta de sentido de pertenencia con la organización de determinados servidores públicos y cuadros decisores que se desempeñan en áreas políticas, sociales y económicas; limitaciones, y poco avance de la política de cuadro que incide en la motivación para el trabajo, en las estructuras de las direcciones provinciales, los municipios y zonas y una pobre utilización de la emulación como elemento incentivador pueden ser elementos perturbadores a tomar en cuenta.
Poco accionar en la búsqueda de estrategias para motivar a los más jóvenes, con capacidad para revitalizar el cuadro, y lograr sentirse parte de cada comunidad, en aras de preservar el legado del comandante en jefe Fidel Castro, enfocado a la vigilancia masiva en su sentido más abarcador y lograr la conexión de la familia cederista en los barrios puede ser otra causa.
Y otros factor resulta imprescindible: salvar la memoria histórica de las diferentes facetas cederistas que tienen la unidad revolucionaria en el barrio, de todos sus vecinos. Algo indispensable para profundizar en el estudio y concientización plena de que los CDR son una organización emblemática en Cuba, creada para movilizar a la población en la defensa de los logros alcanzados y prevenir posibles amenazas, tanto internas como externas; pues de otro modo la praxis y el enfoque podrían resultar muy esquematizados con falta de profundidad, como en ocasiones ha sucedido y está sucediendo.
Sí, la historia sirve para encontrar la veracidad. Es muy importante conocer y tener en cuenta la verdad del pasado. Y sirve más cuando las investigaciones históricas se hacen, se escriben, se explican y se publican con pasión, honestidad, sin omisiones, con honradez, con mucho rigor documental y sin importar que los nuevos descubrimientos choquen con las hipótesis trilladas sobre el tema anteriormente.
Esas razones historiográficas nos obligan en este momento histórico, donde Cuba está sometida al más asfixiante y cruel bloqueo económico financiero de los Estados Unidos y en medio de una crisis económica mundial despedida, más que en otras oportunidades, hacer uso de la línea de pensamiento de su creador, guía y artífice.
“Nosotros les decimos a los Comités de Defensa de la Revolución que nuestro pueblo se puede sentir orgulloso de esos logros, de esos avances. Y podemos decirles a los Comités de Defensa de la Revolución que este movimiento no ha agotado todavía ni mucho menos sus posibilidades, que tiene por delante un potencial extraordinario de desarrollo. Y que nosotros esperamos de los Comités de Defensa de la Revolución nuevas victorias, nuevos éxitos, en la solución de las muchas tareas que todavía tenemos por delante”. (1)
“La vida nos urge con sus tareas diarias, con su actividad. Esa urgencia, ese trabajo, realizándose, ha permitido ir descubriendo muchas posibilidades. Y lo que tiene de prometedor no es lo que se ha hecho, sino lo que incuestionablemente se va desarrollando, lo que incuestionablemente encontraremos en el futuro. A medida que crezcan los Comités, por ejemplo, irán abarcando más y más a todo el pueblo. Ello significa más y más todo el pueblo participando directamente en todos sus problemas. Esta organización tiene mucho de prometedor, y el futuro nos reserva grandes perspectivas, que nos alientan a seguir trabajando y a seguir luchando”. (2)
“…Recordamos aquellos días cuando surgió la idea de los Comités de Defensa de la Revolución: en el lapso de algunos minutos habían estallado bombas terroristas aquel 28 de septiembre en que surgió esta idea. Eran tiempos difíciles. La Revolución victoriosa, consagrada por entero a los cambios sociales y a la lucha frente a un poderoso enemigo, no contaba entonces con la fuerza y la organización con que cuenta hoy. Las organizaciones revolucionarias marchaban hacia su integración definitiva, pero todavía no teníamos un Partido, una organización que nos comprendiera a todos, en el sentido en que la tenemos hoy”. (3)
Este autor, “aunque toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz” según entendió el Apóstol de la independencia de Cuba José Martí, en la realización de esta obra, tuvo la oportunidad y el privilegio de ser fundador desde el mismo momento en que Fidel hizo el llamado de crear un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria el 28 de septiembre de 1960 y dirigente de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) en diferentes momentos y niveles desde sus propios inicios.
Entre los momentos destacados con respecto a la organización, resaltan:
Haber formado parte del grupo de alumnos de la primera Escuela Nacional “Juan Ronda” en el año 1962 en el poblado el Guatao, antigua provincia Habana campo, para preparar los primeros cuadros cederistas.
Integrar el Comité Central municipal de la vigilancia de Holguín a 22 días de haber hecho el llamado por Fidel, aquel 28 de septiembre de 1960, de crear un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria.
Participación de varios congresos, plenos, talleres y otros eventos de los CDR.
Haber concretado cinco libros contando historia de esta organización.
La motivante tarea confiada por el general de ejército Raúl Casto de salvar la memoria histórica de los CDR al cabo de 43 años de creados.
Todo ello son razones más que fundadas para estimar disponer de cierto nivel de conocimiento integral del funcionamiento, métodos y estilos de trabajo, que permita conceptualizar y tener una mirada en la praxis que para definir cómo fueron los CDR de ayer, cómo son los de hoy y cuáles serán los de mañana.
Para ello vale haberse nutrido también de otras valoraciones, estados de opinión, encuestas, y el sólido nutriente salido de la obra discursiva de su autor y fundador, el comandante en jefe Fidel Castro, del general de ejército Raúl Castro, del compañero José Ramón Machado Ventura, de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y de todos los coordinadores nacionales.
Los males que aparecen reflejados en la cotidianidad de nuestra mayor organización de masas no son de estos tiempos solamente. Muchas de los de hoy son consustanciales con la situación económica que vive la nación fruto de un grave panorama mundial y del desmedido y asfixiante bloqueo de los Estados Unidos para querer destruir la revolución de los humildes.
Para ilustrarlo tomo una apreciación de un trabajo de investigación periodístico aparecido en el periódico ¡ahora! en el año 2013, que refleja interesantes pronunciamientos, algunos de los cuales tienen vigencia para su aplicación en los actuales tiempos, y otros sirven para reflexionar al respecto: “Lo cierto es que, si bien los CDR mantienen su esencia, estamos en una etapa diferente a cuando se crearon, por lo cual no podemos asumir soluciones desde la óptica de antaño. Se debe fusionar el trabajo de los Comités con el de organizaciones, instituciones y organismos, cuyo radio de acción es la comunidad, y mantener las actividades tradicionales que son elementos identitarios de nuestra cultura, más allá, incluso, de cualquier estrategia política”.
“Sin embargo, para ello es preciso escuchar los criterios de los cederistas, pensar en el nivel adquisitivo de cada familia antes de valorar su aporte; realizar las actividades de reconocimiento a las madres de los recién nacidos, a los jóvenes de nuevo ingreso en la organización, a los que parten al Servicio Militar Activo o regresan; enaltecer la figura del maestro y fomentar encuentros entre jóvenes y fundadores de los CDR, que garanticen una adecuada continuidad”.
Es vital transformar también la emulación cederista para que cumpla su función de ser el principal resorte para realizar cada tarea, los CDR constituyen una organización dinamizadora de las transformaciones sociales, a la vez que se convierte en catalizador de la transición a la fase socialista de desarrollo gracias al impulso con el que hacen suya y ejecutan las tareas en muchos órdenes.
Las contribuciones a la comprensión e interpretación de estos órganos tienen sus raíces más preclaras en el pensamiento de Fidel. La madurez alcanzada por los Comités ha sido objeto de sus valoraciones en diferentes momentos. El enfoque de estos como “genuina institución de masas creada por la Revolución”, como “nueva forma de organización de masas” y como “forma de enlace entre las masas y las instituciones de poder revolucionario” es consustancial con su concepción en torno al origen o surgimiento de los mismos.
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Referencias:
(1) Discurso de Fidel Castro en el resumen de la concentración de los CDR en el XII aniversario de su fundación, efectuado en la plaza de la Revolución en la Habana el 28 de septiembre de 1972.
(2) Discurso del comandante en jefe Fidel Castro en el acto conmemorativo del XIII aniversario de los CDR en solidaridad con el heroico pueblo de Chile y póstumo homenaje a Salvador Allende, efectuado en la Plaza de la Revolución José Martí el 28 de septiembre de 1973.
(3) Palabras centrales de Fidel Castro Ruz, en la clausura del primer congreso de los CDR en el XVII aniversario de su fundación en la Plaza de la Revolución, ciudad Habana, 28 de septiembre de 1977.