Del liderazgo y el ejemplo

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La creatividad se hace evidente en las redes cuando la inventiva humana nos saca sonrisas, estremece o mueve a la reflexión. Hace poco encontré una interesante comparación entre ser jefe y ser líder, allí decían que no es lo mismo, a eso añadamos el chiste de que el que sabe sabe y el que no es jefe, no hace justicia a muchos, y prueba otra vez que generalizar es una evidencia de escaso intelecto o juicio vano.
 
Pero buscar el dirigente ideal pone a los que ejercen este rol un alto listón y el imposible encargo de quedar bien con todos o con nadie, ni con él mismo se enciende como bombilla incandescente. Porque el liderazgo no se impone, se construye desde el ejemplo y el respeto, desde la integridad y el humanismo, no por la absoluta carencia de manchas, sino por la capacidad de errar, reconocerlo y cambiar.

Un dirigente es el espejo de la institución en la que labora, se sabe por dónde andan los subordinados, al conocer la naturaleza de quienes los conducen.

Podría pensarse en los directivos como entes distantes de la realidad y su expresión concreta, resguardados por un sólido buró y a salvo del candente sol de esta isla por un aire acondicionado y confortables sillones ergonómicos. Este puede ser un ejemplo, pero no el más feliz, y no es que el cuadro no merezca el confort de una oficina, también allí se hace Revolución, pero además, su trabajo se concreta donde los otros producen, hacen andar a un país, el mismo en el cual cada individuo es necesario para avanzar.

Como figura rectora de procesos esenciales, hacia él se dirigirán las miradas de la mayoría, y deberá responder ante la misma con una conducta apegada a las leyes de la moral.

No ha de tenerse miedo a la verdad, como el sol, es imposible taparla con un dedo, la disciplina es una sola, la misma para todos, más allá de jerarquías; el ejercicio de la autoridad no puede ser capricho o irreflexivo mandato, sino un democrático y perenne diálogo donde ganen la inteligencia y el país al que tributan los esfuerzos colectivos de cada uno de los trabajadores.

Ser estricto no implica ser irracional, inflexible, cerrado, los tiempos nos conminan a un cambio de mentalidad, que se adecue al tiempo en que se vive.

No puede esperar por la iniciativa ajena, precisa irradiar desde las prácticas individuales, creatividad, optimismo y voluntad de crecer.

La crítica, como arma que crea y destruye debe ser mesurada y consciente, porque seremos medidos con la misma vara que mensuramos a los demás.

El dirigente debe buscar la preparación que lo haga un profesional competente, porque del dominio y las competencias profesionales, vienen la capacidad de mando, y el respeto de los compañeros de labor, los clientes, la sociedad, agentes que ponderan la inteligencia y el conocimiento por encima de la demagogia y la palabra hueca.

Pero, sobre todo, junto a la inexorable condición de revolucionario, un cuadro no puede, sino ser un ser un buen ser humano. Empático, solidario y justo no será perfecto, pero aspirará a la máxima explotación de sus potencialidades puestas en función de su trabajo.
Liset Prego Díaz
Author: Liset Prego Díaz
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Yo vivo de preguntar… porque saber no puede ser lujo. Esta periodista muestra la cotidiana realidad, como la percibe o la siente, trastocada quizá por un vicio de graficar las vivencias como vistas con unos particulares lentes

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Comentarios  

# Ventura Carballido Pupo 22-07-2018 05:27
Ha tocado usted Liset Prego Díaz una tecla interesante. Si me preguntaran, ¿Cuál es la situación que genera más insatisfacción de la población hoy en nuestra sociedad? Más allá de los precios altos de los productos alimenticios; la desigualdad entre salarios y precios; el burocratismo; sin vacilación alguna, y ajustado a la inobjetable realidad, diría que la falta de ejemplo personal (no quiero ser absoluto, pero pueden ser bastantes) de jefes, directivos, ejecutivos, gerentes, administradores, directores, --no escapan algunas autoridades--; es decir de los que dirigen y administran.
Aporta usted una rima singular y elocuente: ‘’buscar el dirigente ideal pone a los que ejercen este rol un alto listón y el imposible encargo de quedar bien con todos o con nadie, ni con él mismo se enciende como bombilla incandescente. Porque el liderazgo no se impone, se construye desde el ejemplo y el respeto, desde la integridad y el humanismo, no por la absoluta carencia de manchas, sino por la capacidad de errar, reconocerlo y cambiar. ‘yo sigo con su elegante narrativa. ‘’Un dirigente es el espejo de la institución en la que labora, se sabe por dónde andan los subordinados, al conocer la naturaleza de quienes los conducen.’’
Lo lamentable de esto es, que personas sin una percepción clara de las cosas, comparan o miden, actitudes muy negativas de falta de ejemplo personal de estos segmentos; como línea de principios de nuestra noble, y prodigiosa Revolución. Me han llegado ECOS de un Director de Empresa, que no abre las puertas de su oficina ante la necesidad de un obrero en plantear un problema, y como forma de desahogarse, Liborio, expone; hasta cuando se mantendrá este sistema’’. Es obvio que no es la Revolución, que está llena de nobleza, de humanismo, de solidaridad, que responde al interés de las grandes mayorías. Son los hombres y también mujeres, (las menos) que con su actuar no tienen vínculo con la gente, y en consecuencia no dignifican con sus actos, y con su comportamiento dañan en el ejerció de su cargo, al al pueblo y a nuestro Proceso Revolucionario.

Lo que usted pinta en este párrafo está lleno de realidad. Es admirable que una persona joven como usted, pueda lograr solidez tan profunda sobre este tema, cuando expone: ‘’podría pensarse en los directivos como entes distantes de la realidad y su expresión concreta, resguardados por un sólido buró y a salvo del candente sol de esta isla por un aire acondicionado y confortables sillones ergonómicos. Este puede ser un ejemplo, pero no el más feliz, y no es que el cuadro no merezca el confort de una oficina, también allí se hace Revolución, pero, además, su trabajo se concreta donde los otros producen, hacen andar a un país, el mismo en el cual cada individuo es necesario para avanzar.’’

Yo le doy mucho valor al periodismo critico; algo imprescindible, en estos tiempos; si es que queremos crear mecanismos de contrapartida contra males que nos agobian y que estamos obligado enfrentar, para que nuestra Sociedad Socialista siga vertiginosamente adelante.
Sin protagonismo alguno, debo decirte que soy un holguinero, que, desde el 1ro de enero de 1959, y con más estabilidad, en los años subsiguientes hasta hoy, he mantenido una colaboración con autoridades, traspolando el palpitar del soberano, y te confieso que, sobre este justo y revolucionario particular, --que puede ser ‘’espinoso--’’ que proclamas con mucha inteligencia, valentía y dignidad; lo he abordado en disimiles momentos.
Para calzar con más cosas tu valioso trabajo; tendré que hacer otros comentarios, en virtud del cual publicaré parte del contenido de mi último escrito sobre el asunto de marra.

(CONTINUARÉ)
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# Ventura Carballido Pupo 22-07-2018 05:52
Mi segundo comentario sobre el tema tratado: Lograr la ejemplaridad de los que dirigen, conducen personas o administran; ésta es la máxima: La ejemplaridad se logra con Disciplina, la Disciplina se logra con Exigencia, La Exigencia se logra haciendo valer el Poder de los actores que ejercen el control y la exigencia de quienes dirigen o los que administran y dirigen también. Son los que ven el valor social y productivo del pueblo. Los que cumplen con las reglas o técnicas de direccion. Son los que dignifican con su buen hacer la obra que construimos con tanto amor.
La motivación para escribir sobre el tema, la tomé cuando un joven dirigente cederistas, con mucho disgusto me comentó recientemente que estando los integrantes del CDR realizando laborales de limpieza y saneamiento, un director de una empresa, salió con su familia, al parecer por la forma de vestir Ivan en un medio de transporte estatal para la playa y no tuvieron en cuenta que sus vecinos cumplían con el llamado Segundo Domingo de cada mes.
Con sobradas razones en este momento histórico que vive la patria, donde la gente muestra ciertas insatisfacciones fruto de limitaciones propias que tiene nuestra sociedad, que provoca susceptibilidad o perjuicio personales en la gente, estamos obligado --no solo por eso--, sino como forma de hacer política inteligente, que todo el que dirige o tiene responsabilidad en nuestra sociedad, desde un simple administrador de una unidad, o jefe de brigada, hasta el que ocupa el cargo más prominente,-sin caer en el dañino igualitarismo-, irradiar ejemplo personal en cada acto de la vida.
Debe ser con un actuar o forma de comportarse siguiendo el modelo de personas de una manera que los demás deben imitar: que no te sirvan de ejemplo las malas acciones, porque merma la autoridad y el prestigio público, que psicológicamente genera en el pensamiento del soberano fundados estados de opinión nada saludable, en el orden político ideológico.
Voy a ilustrale entre muchos con algunos ejemplos, de conductas que afectan esa imagen, de las cuales hemos hecho convicción fruto de cosas vividas o de apreciaciones fidedignas comentadas por algunos compatriotas amigos. Entre algunas pudieran estar:
• De falta de profunda sensibilidad con la población, es discurrir por las carreteras o frente a las paradas de ómnibus, y teniendo espacio en su medio de transporte no recoger a alguno de los necesitados de viajar. No podemos perder de vista, que esos que esperan un medio para llegar al trabajo, a la escuela, a un centro de salud, al hogar, es el pueblo por el cual luchamos. Son los que mandan en nuestra sociedad.
• De grave falta moral, son los casos de administradores de unidades, que injustificadamente llegan a su puesto de trabajo cuando ya los trabajadores están sudando la camisa
• Utilizar medio de transporte y chofer para ir al campo a buscar en casa de familia o amigos, leche de vaca y productos del agro.
• Has lo que yo digo y no hagas lo que yo hago, es una conducta demagógica de doble moral que afecta a las personas con su ejemplo personal. Son los casos, en estos momentos de crisis con la lectura, sobre todo de la historia, que en su obra discursiva exigen que la gente lea, y el exigente no toma un libro en sus manos: o los que recomiendan el buen hacer con las reglas de cortesía y comportamiento, y en su actuar en la vida práctica hacen lo contrario.
• Los que llegan del trabajo y se sumergen en la tranquilidad hogareña, y son remisos a interactuar con sus vecinos; no les interesa conocer los problemas existentes en la comunidad. No apoyan al Presidente del CDR, ni al Delegado del Poder Popular.
• Los que no se preocupan con tener vínculos con los centros de enseñanzas sobre la situación que presentan o que ocurre con los hijos, con los nietos que se forman allí.
• Directores de empresa e instituciones, que no son solícitos a recibir en sus oficinas a los trabajadores que quieren exponer problemas de corte colectivo o personal.
• La ausencia a los matutinos y la pobre participación en las Asamblea de afiliados Sindicales. Se hace común en muchos directivos o ejecutivos, que les restan importancia a estos encuentros colectivos, demostrando falta de cultura de la inobjetable necesidad de la vinculación con la gente y pobre valoración política en desconocer quién es el que manda en nuestra sociedad.
• Mentir es por antonomasia la forma que más denigra significativamente el ejemplo personal. En la vida practica se observa que algunas Secretarias o Jefes de despachos le mienten a un trabajador o visitante que quiere entrevistarse con el jefe atribuyen que está reunido o haciendo un informe importante al organismo superior, y en la realidad, se encuentra, conectados en la PC o disfrutando de un video juego. Demuestra con eso, falta del ejemplo personal, en primer lugar, ante los compañeros que lo rodean por obligarlos a mentir.

• Son los que asumen posiciones reflectarías a la crítica. Los que tratan de aplastar o minimizar, restándole autoridad, a los que denuncian lo mal hecho. Los que no apoyan a los que se enfrentan a los trasgresores del marco social, legal o político. En vez de estimularlos, apoyarlos, reconocer su valiente actitud, le buscan la quita pata al gato con lecturas mal intencional a esas personas.
• Hay muchos etcéteras sobre el tema en la viña del señor. Especie de enfermedad que denigra al cuadro, al directivo, al Jefe: son los que no arrastran a las masas: los que con su actitud generan insatisfacción en la gente, falta de autoridad y prestigio.
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# VENTURA CARBALLIDO PUPO 26-07-2018 23:06
Le comento Liset Prego Díaz, que este material y los dos comentarios realizados, fue enviado un grupo de contatos integrados por 233 compañeros de todo el pais; algunos dan ya valia al mismo. Reiteradas felicitaciones
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# Liset Prego 09-08-2018 11:47
Gracias por sus observaciones y enriquecer el comentario con estas, saludos, Liset Prego
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