Educar, tarea de infinito amor

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día educador 01Foto: Tomada de Radio Angulo

Hace 63 años Cuba libraba una gran batalla y se declaraba Territorio libre de Analfabetismo. El 22 de diciembre de 1961 en la Plaza de la Revolución de la capital cubana, Fidel anunció la victoria de aquella epopeya que movilizó a más de 200 mil jóvenes brigadistas y maestros populares de todo el país. Desde entonces se supo que esta sería una tarea de infinito amor.

Sobre la Campaña de Alfabetización diría: “Ningún momento más solemne y emocionante, ningún instante de legítimo orgullo y de gloria como este en que cuatro siglos y medio de ignorancia han sido derrumbados…”

Fue un año complejo, de ataques mercenarios y bandidos alzados queriendo arrebatar los sueños de la naciente Revolución cubana. A pesar de las atrocidades cometidas, con lápiz, cartilla y manual y una farola más de 700 mil cubanos, principalmente de los campos, vieron la luz de la verdad.

día educador 02Foto: Archivo / Granma

Muchos de nuestros abuelos escribieron cartas firmadas con su puño y letra como constancia de lo aprendido y en agradecimiento al Comandante en Jefe Fidel, quien en lo adelante siguió estimulando la creación de escuelas y la superación y formación de maestros hasta tener un sistema educativo sólido, reconocido internacionalmente por sus resultados, del que nos hemos beneficiado millones de cubanos.

Desde entonces, la fecha devino en el día para homenajear a los educadores, espejos para sus alumnos, moldeadores de esa arcilla que llega a sus manos para ser transformada, cual constructores del presente y futuro de la sociedad.

Educar, instruir, enseñar no es tarea sencilla. Quienes ejercen esta profesión saben que llevan en sí el más grande compromiso, aun en las situaciones adversas.

Sé de maestros que marcan el camino y convidan a ser como ellos. Esos tocan las almas de sus alumnos. Sé de quienes se convierten en amigos, consejeros y los llevan de la mano como si fueran los propios padres, sufren sus derrotas con la misma intensidad que se alegran de sus éxitos, esos ejercen por vocación. A ellos hay que celebrarlos.

Hacerles saber cuán valiosos resultan en la edificación del hombre nuevo no es cosa de un día o una jornada, pero siempre será bienvenida esta fecha para reconocer y estimular a quiénes destacan y enaltecen a una de las más nobles tareas, la de educar.

Yanela Ruiz González
Author: Yanela Ruiz González
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Lic. en Estudios Socioculturales, periodista de la Casa editora ¡Ahora! Especializada en temas de Educación y Educación Superior Fan de las redes sociales

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