Lucía: mujer, madre y mambisa
- Por Milo García
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El 8 de diciembre de 1819 nace María de la Concepción Lucía Íñiguez Landín. "Mi pueblo tan querido", así expresaba acerca de Holguín, esa ciudad que desde muy pequeña observó triste: estaba en manos de otros y sus verdaderos hijos no podían decidir su futuro.
Lucía fue una de esas figuras que fomentaron la autonomía y la resistencia, una mujer común que tomó riendas a pesar del esquema patriarcal, donde la voz femenina era fácilmente degradada. En una guerra organizada por hombres donde el papel de la mujer estaba limitado, nunca renunció a contribuir a la emancipación.
Al unirse su hijo, el Mayor General Calixto García Íñiguez, a la guerra independentista, su vida tomó un giro radical, y es que ser familia de insurrectos traía como consecuencia el hostigamiento por parte de las autoridades españolas.
La búsqueda de refugio se volvió parte de su día a día, hasta que cayó presa junto a su familia. Esto no le impidió ayudar a la causa. La recaudación de fondos, el arreglo de ropas, el envío de alimentos y vendajes para los mambises, se convirtieron en actividades recurrentes en su vida.
A Lucía Íñiguez se le reconocen dos grandes anécdotas. La primera tiene lugar en el año 1870, cuando recorría la manigua de Canoa de la India junto a sus hijos y fueron detenidos por soldados españoles.
Lucía lo vistió de mujer logrando la desconfianza de los hombres amenazantes. Demostró su coraje expresando: -¡Sí, es varón! ¡Es mi hijo que traigo del campo mambí! ¡Si usted me descubre probará que desconoce el santo amor de madre, si guarda el secreto será el primer caballero del Ejército Español!-.
La historia más conocida protagonizada por ella ocurrió en 1874. Un oficial del Ejército Español le comunicó que su hijo, Calixto García, había sido capturado en combate.
-No es que dude de usted, general, pero yo no puedo creer que mi hijo haya caído ni caerá jamás prisionero de las tropas españolas. ¡Calixto es mi hijo, y por lo tanto, no debe rendirse!- A causa de estas palabras el general le cedió un documento donde se explicaba que Calixto había preferido suicidarse que caer en manos enemigas. Ante la aclaración respondió -Entonces ese sí es mi hijo, muerto antes que rendido-.
María de la Concepción Lucía Íñiguez Landín, antes que mambisa y madre, fue un ejemplo de mujer, quien siempre luchó por tener su lugar junto a los insurrectos, que no creía en el "género débil" a la hora de defender y poner por encima de todo, la independencia de su tierra.
