Brujas, jigüe y otros misterios

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Haydee Toirac estudios 01Investigadora Haydée Toirac, cuyos estudios socioculturales se han convertido en referente ineludible. Foto: Canal de Youtube CREART, Ministerio de Cultura de Cuba

En Holguín hubo brujas, de las montadoras de escoba, hacedoras de hechizos y componedoras de brebajes, las vestidas de negro con sombreros picudos. Su historia la leí hace treinta años, y no en textos de ficción.

Dicen que una mujer recién parida despertó en la madrugada y descubrió a tres de ellas rodeando la cuna de su bebé. Asustada, llamó a su marido y ellas desaparecieron. El hombre, al escuchar el cuento y conocer las señas de la aparición, le explicó que eran su madre y hermanas, que habían venido de las Islas Canarias a conocer al recién nacido.

A otro paisano, a la altura del puente de Pueblo Nuevo, próximo a la estación de ferrocarriles, le persiguió una mujer vieja y huesuda que voló tras él, espantándolo, aunque pudo escapar.

Y la historia del negrito, ¿qué me dice usted? Andaba una madre buscando a su hijo, un niño travieso que se le iba para el río. Usted sabe que un niño se ahoga en un pie de agua, y en este pueblo nacido entre dos ríos abundaban los ahogados en ese tiempo.

Anochecía cuando lo vio, entre dos luces. Estaba en cueros al borde del agua; a ella, la preocupación se le transformó en ira -horas de zozobra indagando por cada recoveco, pidiendo a la virgen y los santos por su muchachito-; agarró al chiquillo y, con un cuje, le propinó una paliza descomunal.

Dicen que el vejigo mugía y aullaba como si fuera un animal; cuando logró soltarse, se zambulló en el río y no salió más. Fue entonces que apareció el hijito, y la mujer constató que había propinado el castigo al duende del río, al que por aquí le llaman jigüe.

Haydee Toirac estudios 03Fiestas de Mayo en San Marcos de Auras. Foto: Archivo

Las fiestas de mayo son otro asunto que se remonta a la noche de los tiempos, cuando los espíritus de la vegetación habitaban entre los hombres y cada bosque era un templo, donde se celebraba la vida.

Andando el tiempo, el árbol de la vida mutó a cruz, la cruz que forman dos maderos para hacer fuego, y era mayo, el mes en que se realizaban los más importantes festivales ígnicos en la antigüedad.

En Holguín se realizaban cuatro: las fiestas de cruz de mayo, en el Mocho y La Palma, Rafael Freyre; los altares de cruz de mayo, en Holguín, Gibara y territorios del este; las fiestas de mayo en el poblado de Auras, a quince kilómetros de la cabecera provincial, y las famosas Romerías de la ciudad con el ascenso a la colina y la verbena en sus faldas.

¿Qué y cuándo se celebraba, qué hacía la gente, cómo vestía, qué comía, qué música se escuchaba y con cuál se bailaba, qué ritos se ejecutaban en lo religioso y en qué consistía el componente pagano?

Haydee Toirac estudios 02Presencia jamaiquina en Holguín. Foto: Tomada de Radio Angulo

Todo esto podemos conocerlo de fuente confiable porque la investigadora Haydée Toirac Maique lo anotó con prolijidad y lo publicó. Cuando la conocí, ella trabajaba, con laboriosidad de hormiga, en la Casa de Iberoamérica y sus estudios socioculturales se convirtieron en referente ineludible. Confianza no tuvimos, ni siquiera fuimos amigos, pero fluía entre nosotros una corriente amable de admiración y simpatía.

Fundadora de la Casa de Iberoamérica y su fiesta e investigadora de la huella hispana; parte del equipo investigador del Atlas Etnográfico de Holguín y Cuba; autora del libro "Soy el Caribe", dedicado a los procesos migratorios franco-haitianos hacia nuestra provincia y que publicara La Mezquita; premio nacional de investigación José Manuel Guarch, Haydée Toirac Maique falleció el pasado 24 de abril.

Le estaba debiendo estas letras, porque además de sus prolijas investigaciones que sirvieron de referencias a varios artículos periodísticos, siempre le agradeceré la emoción misteriosa -miedo en estado puro- que me provocara su auténtica y verídica historia sobre las brujas de Holguín.


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