Centenaria
- Por Jorge Fernández / Estudiante de Periodismo
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En el último mes de 1922, la situación en la Universidad de la Habana no era nada favorable para los estudiantes, quienes buscaban, sin éxito, ser escuchados y ganar el tan ansiado protagonismo que las autoridades rectoras del Alma Máter insistían en negarles. Esas figuras de cuello y corbata, ajenas a la realidad, no confiaban en unos simples muchachos, pues aseguraban que la juventud de la época estaba “perdida”.
Se imponía una renovación universitaria. También era necesario un órgano que unificara a diferentes asociaciones estudiantiles dispersas y defendiera las demandas de sus miembros. Es así que, el 20 de diciembre de ese año, surgió la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), creada por Julio Antonio Mella y presidida, en un primer momento, por Felio Marinello.
En enero de 1923, El Mundo, calificado como el primer periódico moderno de nuestro país, reflejó en sus páginas declaraciones hechas por representantes de la naciente Federación, donde se proclamaba el derecho que tenía la Universidad de escoger su camino a seguir, con total autonomía y sin la intervención del gobierno.
Denunciaban, además, el abandono en que se encontraban el proceso de enseñanza y las instalaciones de la institución, ante la falta de recursos. Aquello solo era el inicio de la ferviente actividad revolucionaria, de la cual la FEU sería parte esencial.

Acciones de todo tipo protagonizó la organización durante los años previos al triunfo revolucionario. Realizaron varias manifestaciones por los derechos del estudiantado y en defensa la integridad nacional, con ferviente patriotismo y sentido de pertenencia. No era válido callar ante lo mal hecho y los pinos nuevos siempre estaban ahí para combatirlo, desde diferentes trincheras.
Luchar contra la politiquería barata de los gobiernos de turno, también se convirtió en una de sus razones de ser, sin dejar de lado su esencia estudiantil. La FEU mantuvo vínculos estrechos con el movimiento obrero y otros sectores que tenían su mismo objetivo: una Cuba mejor.
El triunfo del 1ero de enero de 1959, fue el inicio de muchos sueños cumplidos para los cubanos. Aquella Federación Estudiantil, que ya tenía varios años, abrazó a la naciente Revolución y cumplió cada tarea asignada, con la responsabilidad propia de quienes se forman en una casa de altos estudios.
Con lápiz y cartilla en mano, los universitarios alfabetizaron en las zonas más intrincadas de la geografía nacional. Demostraron su valor en Playa Girón, cuando enfrentaron a los invasores que querían acabar con las conquistas obtenidas. Viajaron al extranjero en misiones internacionalistas, enseñaron al mundo la realidad de Cuba y propiciaron que la educación superior fuera accesible para todos los que deseaban aprender.

Hoy la FEU cumple cien años y, sin dudas, mantiene el mismo vigor de sus inicios. Los tiempos han cambiado y la organización también lo hizo. Muchos piensan que ya no desempeña el papel que debería, sin embargo, ella demuestra con hechos que se revoluciona a diario para que toda su membresía se sienta representada.
No son pocos los retos que tiene por delante esta joven centenaria, pero con la confianza en los estudiantes que la sostienen, promete ser motor impulsor para el desarrollo de la sociedad cubana.
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