Ojo: Mosquito volando y picando
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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El índice de infestación por mosquito Aedes Aegypti (1,10), el más alto del país, e importante transmisión de dengue registrado en la provincia vienen a recordarnos que ese vector no da tregua en verano o invierno y de su oportunismo ante las brechas dejadas por los humanos.
Su fábrica es de producción continua los 365 días del año. Es decir, el dañino insecto no descansa, por lo cual nosotros no podemos darnos el lujo tampoco de vacacionar en la tarea de prevenir y luchar contra ese zancudo, cuya presencia es ahora notable en toda la geografía holguinera.
La tasa de incidencia de 17,54 por 100 mil habitantes reconocida en la semana 26 es otro de los indicadores que nos revelan la complicada situación epidemiológica afrontada por el territorio, donde crecen, de manera ascendente, las atenciones médicas por fiebre e ingresos.
Sin embargo, a nuestro modo de ver lo más preocupante es el número desconocido de personas que hoy no acude a las instituciones sanitarias, por lo cual no son contabilizadas y, peor aún, no tienen un diagnóstico de un profesional de la Salud y entonces ante determinados síntomas comienzan a automedicarse por lo que dice un familiar o el vecino, sin tener presente las complicaciones a que puede llegar, porque todos los organismos no reaccionan de la misma manera.
Por estos días son incontables los remedios que hemos escuchado, desde el cocimiento de hojas de cereza o el jugo de guayaba con ajíes pimiento; tomar la sopa de patas de gallina, tomar muchas multivitaminas, hasta la socorrida gelatina, pero muy pocas veces he visto al enfermo del barrio guardar reposo, estar debajo de un mosquitero y mucho menos recordar que, ante todo, más que ir a la consecuencia, primero debemos resolver la causa del problema.
Y es, exactamente, ahí donde está la complicación. Preguntemos quiénes hacen el autofocal familiar cada siete días, para no dar hospedaje gratuito y libre al mosquito en nuestras casas, donde más del 80 por ciento de los focos se encuentran en los tanques bajos destinados a almacenar la necesaria agua de la vivienda, pero que no tapamos correctamente.
Estas deficiencias y muchas otras que corren de la mano de la población unidas a debilidades en el trabajo del programa de lucha y enfrentamiento antivectorial han llevado a la situación que afrontamos hoy, la cual requiere de una exigencia sanitaria en correspondencia con los riesgos identificados.
En estos momentos en los 14 municipios está escrita la estrategia a asumir en el enfrentamiento de la transmisión y los grupos temporales creados deben trabajar integralmente en la prevención a partir de la técnica, para elevar la calidad de las acciones de control día a día, además de mantener el abordaje completo de las manzanas que de manera reiterada tienen infestación y otras actividades de higiene que lleven a sanear la provincia.
El doctor José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, en reunión del Grupo Temporal de Trabajo, para la prevención y control de la pandemia de la COVID-19, al referirse a situación de las arbovirosis en Cuba, nos recordó algo que al parecer algunos habíamos olvidado: “El dengue mata”, por eso su llamado fue a movilizarnos en labores de higiene y erradicación de todo lo que en nuestras casas, centros laborales y comunidad pueda servir de guarida al mosquito Aedes aegypti, que hoy vuela, pica y trasmite esa enfermedad entre los holguineros.
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