Amor en tiempos de COVID
- Por Yenny Torres
- Hits: 2511
Foto: Heidi Calderón
En esta “conferencia” en la prensa que se me ha otorgado, se espera analice en mi “parte” del 14 de febrero el comportamiento del amor en el mundo, las Américas… pero sin faltar al qué “D(u)rán” prefiero pasar directo a nuestro país.
En las jornadas anteriores no ha fallecido el empeño. Miles de médicos han dejado todo por cuidar a otros y hasta mimar a los extraños, porque en ello también va una dosis de cura.
Los graves problemas que nos aquejan no han impedido ayudar al vecino anciano para que no salga, compartir la comida, el jabón y hasta el ansiolítico que demanda un contexto tan complejo.
Los “críticos”, esos que solo ven las manchas, no han cesado en buscar imperfecciones; pero a ello se ha respondido desde la verdad, la superación y la constancia.
La preocupación por el amigo “más positivo que lo deseado”, es seña que los “importados”, (sinónimo en este caso de persona que nos importa mucho), tienen un montón de gente pendiente de ellos, rezando por ellos…desde la “autóctona” idea de que nada vale más que la vida.
La COVID-19 nos ha impuesto cambios. Muchos. Ha convertido las redes en el principal escenario para trabajar, criticar, exponer y hasta amar. Ha redimensionado todo. Demasiado. Nos ha enseñado, en gran medida, a valorar.
Los abrazos los sustituyó por roces de codo, las caricias por toques de puños, y como aun así seguimos muy cerca, tuvimos que conformarnos con un gesto sobre el pecho o un puñado de emojis, que ya es idioma más universal que el de a quien se le atribuye la frase.
En temas de pareja, el Tantra, más que teoría, se ha vuelto religión; se ha echado mano a la metáfora cuántica del amor a distancia, y a cuanta ley de polaridad que simule “cariño digital”.
Entre los conscientes, ha estado el que tras su arribo del avión ata el desenfreno de las nostalgias, las ganas de morder la alegría, de tocar, sentir a galope, y se convierte en “isla” por los días necesarios; quien por cuidar los niños, entrega al trabajo las noches; quien por no poder ver a los suyos sube, en pleno mediodía, la empinada loma que le dará cobertura para escuchar una voz… Ejemplos no faltan.
Pese al efecto en días de cólera, que Márquez defendió muy bien, el amor en tiempos de COVID-19 debe superarlo, pues se supone que sea más “contagioso”. Si la entrega al trabajo, a la salud, la patria, la familia, el prójimo no es amor, ¿cómo nombrarlo? Cuidado y responsabilidad también son muestra de amor; no olvide que hoy son la mejor vacuna; tampoco olvide amar, pues, como dijera el poeta, “solo el amor alumbra lo que perdura. Amar el tiempo de los intentos, amar la hora que nunca brilla, si no, no pretendas tocar lo cierto, solo el amor engendra la maravilla”.
Artículo relacionado:
Proyecto Vida: amor y música