26 de noviembre:Sencillas líneas para los economistas
- Por Ania Fernández Torres
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Porque sé cuánto cuesta, cansa y demanda equilibrar la balanza financiera en esa “Cuba pequeña” que es mi hogar, hago una profunda reverencia, desde estas sencillas líneas, ante quienes mueven las “cuentas T” de la apretada economía cubana, quienes hoy, 26 de noviembre, celebran el Día del Economista en Cuba, a propósito de que el Comandante Ernesto Guevara asumiera la presidencia del Banco Nacional.
Desde las ciencias económicas, estos hombres y mujeres, rodeados de hojas, lápices, calculadoras o computadoras y tablet, en el mejor de los casos,contribuyen a la recuperación de la economía, a la organización del trabajo, a los resultados en todos los sectores y propician, con su trabajo silencioso, las respuestas territoriales a las demandas de la población.
Inmensos desafíos llegaron con el 2020 para los economistas cubanos, entre ellos, explicar cómo se organiza la recuperación en la etapa posCovid-19, ajustar el Plan de la Economía de este año y descarnadamente proponer a los organismos decisores las prioridades fundamentales para el 2021, con opiniones y criterios de especialistas y expertos sobre el daño a la economía y las formas de recuperación.
La Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC), en medio del aislamiento, prosiguió su labor y creó espacios de reflexión y debate en todas las instancias sobre los principales temas de interés nacional e internacional y fortaleció sus sociedades científicas, como muestra de que sus miembros están profundamente vinculados al desarrollo socioeconómico del país.
En el 2019, durante la clausura del Congreso de la ANEC, nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, aseveró: “Es cierto que no hay sociedad sin economía. Y si bien no hay economía sin producción, tampoco es posible hacerla funcionar eficientemente sin economistas, contadores y auditores eficaces. Cuando ustedes trabajan bien, casi siempre se prospera. Cuando no es así, nos estancamos, retrocedemos y la prosperidad se pospone”.
Sobrevivir a esta crisis mundial ya representa una buena noticia, tener techo, algo de comer cada día y una almohada limpia donde recostar la cabeza cansada también lo es, pero eso no implica renunciar al sueño de bienestar personal, para Cuba e incluso para el mundo, y en la realización plena de esos deseos, definitivamente, tienen un papel primordial esas mujeres y hombres que concretan, mueven y analizan los números de las cuentas T de la economía cubana.
Ante contadores y económicos que, en múltiples ocasiones, desde la oficina más oscura y menos ventilada de una entidad, ofrecen respuestas a los problemas de la economía, aportan al desarrollo y contribuyen al control y la administración de lo poco que tenemos, porque los economistas están en todas partes y les atañe todo, aun más en tiempos de pandemia.
Desde las ciencias económicas, estos hombres y mujeres, rodeados de hojas, lápices, calculadoras o computadoras y tablet, en el mejor de los casos,contribuyen a la recuperación de la economía, a la organización del trabajo, a los resultados en todos los sectores y propician, con su trabajo silencioso, las respuestas territoriales a las demandas de la población.
Inmensos desafíos llegaron con el 2020 para los economistas cubanos, entre ellos, explicar cómo se organiza la recuperación en la etapa posCovid-19, ajustar el Plan de la Economía de este año y descarnadamente proponer a los organismos decisores las prioridades fundamentales para el 2021, con opiniones y criterios de especialistas y expertos sobre el daño a la economía y las formas de recuperación.
La Asociación Nacional de Economistas de Cuba (ANEC), en medio del aislamiento, prosiguió su labor y creó espacios de reflexión y debate en todas las instancias sobre los principales temas de interés nacional e internacional y fortaleció sus sociedades científicas, como muestra de que sus miembros están profundamente vinculados al desarrollo socioeconómico del país.
En el 2019, durante la clausura del Congreso de la ANEC, nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, aseveró: “Es cierto que no hay sociedad sin economía. Y si bien no hay economía sin producción, tampoco es posible hacerla funcionar eficientemente sin economistas, contadores y auditores eficaces. Cuando ustedes trabajan bien, casi siempre se prospera. Cuando no es así, nos estancamos, retrocedemos y la prosperidad se pospone”.
Sobrevivir a esta crisis mundial ya representa una buena noticia, tener techo, algo de comer cada día y una almohada limpia donde recostar la cabeza cansada también lo es, pero eso no implica renunciar al sueño de bienestar personal, para Cuba e incluso para el mundo, y en la realización plena de esos deseos, definitivamente, tienen un papel primordial esas mujeres y hombres que concretan, mueven y analizan los números de las cuentas T de la economía cubana.