El noveno mes del año huele a plancha, a levántateya-maminoquiero y a pan tostado con café con leche. Mis septiembres, desde hace algunos años, empiezan torpemente y con retraso. Todo comenzó el primer día del primer curso en que Lucía fue a la escuela.
Seamos honestos, nosotros, los adultos, tenemos muchas razones para ser felices cuando llega septiembre, además de los saberes que esperan a nuestros vástagos en las aulas, no tendremos que escuchar tan seguido el tengo hambre estoy aburrido.
La escuela es la casa grande donde ponemos nuestras esperanzas en el futuro, pero no como un reservorio de criaturas dispuestas a ser abonadas con conocimientos, sino como un sitio de construcción colectiva a donde adultos y niños, padres e hijos, educadores y alumnos, vamos a crecer, a aprender, sin importar la edad.
Nuestra confianza está en que allí solo podrán encontrar el bien y el conocimiento, pero no olvidemos que desde casa hay que llevar un poco de ambos, aunque septiembre a veces asuste y comenzar cada año escolar sea la odisea pequeñita de cada hogar donde una tortilla es aplastada por el despiste de una principiante adormilada.
Manual para padres impacientes es un podcast coproducido entre el periódico ¡ahora! y Cubadebate y presentado por la periodista holguinera Liset Prego.