En condiciones habituales el manejo de los niños y adolescentes con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) exige creatividad, atender nuestras potencialidades: culturales, personales, familiares y temporales, así como nuestras reacciones positivas y negativas ante nuestros hijos con el trastorno. Estas exigencias se incrementan en condiciones especiales como el cumplimiento de una cuarentena o la obligación de restringir la movilidad de los niños o adolescentes al espacio de la casa para evitar el contagio de alguna enfermedad infecciosa.