Pediatría crecida ante la COVID-19

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Pediatria covid 0801 CRDLa atención pediátrica ha sido ejemplo en estos meses de enfrentamiento a la COVID-19.Fotos: Carlos Rafael

De la pandemia hay miles de historias por contar. Unas apasionantes, otras tristes, riesgosas, estremecedoras y, también, bellas anécdotas, como las relacionadas con la actuación del personal médico ante pacientes en edades pediátricas sospechosos y positivos a la COVID-19.

Todas tienen fuerte cuota de entrega y humanismo, desde el mismo momento que el galeno, la enfermera, el técnico o el más simple trabajador de la salud deja atrás hogar, familia y posterga otros tantos detalles importantes de su vida, para desde la cabecera de la cama de un infante velar por su bienestar días y más días, sobre todo, por el de aquellos más pequeños que aún no saben pronunciar palabra alguna.

“En la provincia de Holguín el primer caso atendido como sospechoso entre los de edad pediátrica fue una italianita de vacaciones por acá”, recuerda la doctora Aracelis Hernández, vicepresidenta del Capítulo holguinero de la Sociedad Cubana de Pediatría, para después ofrecer detalles de cómo en esos días de marzo, cuando había sido poco aún el contacto directo de Cuba con la enfermedad, en el hospital Octavio de la Concepción de la Pedraja se cumplió con los más mínimos detalles de lo establecido en el protocolo del Ministerio de Salud Pública.

La también Metodóloga de Posgrado y Docente de la Especialidad de Pediatría en ese centro asistencial explica que a partir de ahí la responsabilidad y prestigio de la institución holguinera se puso a prueba y también se dejaba en los jóvenes el alto compromiso de la atención de los casos sospechosos y positivos, aunque siempre bajo la tutela de los más experimentados. “Por ejemplo, la asistencia médica de esa pequeña corrió por parte de los residentes de Pediatría, Daili, Dulce Evelín y Susel Aleydis, que dieron muestra de una altísima profesionalidad y preparación. La niña finalmente resultó negativa al SARS-CoV2”.

Con esta experiencia inició el “Octavio de la Concepción de la Pedraja” y su personal médico su actuar en el enfrentamiento a la pandemia, que además de asumir a sospechosos tributó fuerza de especialistas, residentes y recién graduados hacia el centro de aislamiento abierto en el Villa El Cocal y en el hospital militar Fermín Valdés Domínguez, donde se asumieron, además, a todos los activos de las provincias de Holguín y Las Tunas.

“En esta institución, nunca antes habilitada para la atención de niños hubo que cambiar estructuras y adecuar áreas, con vistas a facilitar la recepción e ingreso de menores y hasta de gestantes. Los médicos y enfermeras sí los garantizó, desde el inicio el sistema de Salud de la provincia, con recurso humano del Hospital Pediátrico, en lo fundamental, para así, desde marzo hasta ahora, atender a 60 pacientes en edad pediátrica, de ellos seis en vigilancia, 41 sospechosos y 12 confirmados con la COVID-19 (uno con reingreso, por lo cual suman 60)”, aclaró la teniente coronel Milagros Mekin, directora general del centro.

“De ese total tuvimos a cuatro menores de un año, entre ellos a un niño positivo de seis meses de Las Tunas, que fuera trasladado desde el Pediátrico hasta acá y con una evolución muy satisfactoria y el caso más singular, que nos ha ocurrido acá, el de Nathalia, primer niño nacido en un hospital militar de la zona oriental, lo cual fue un hecho trascendental para nuestra institución en sus cerca de 40 años de fundada”, explicó.

Entonces la doctora se remonta al día cuando fue trasladada desde el hospital Lenin hacia allí una embarazada sospechosa y con amenaza de parto pretérmino, que ante manifestaciones respiratorias graves y tras ser discutido su complicado estado entre el grupo de expertos fue decidida una cesárea de urgencia. “Beatriz, que finalmente fue negativa a la COVID-19 al igual que su bebé, fue asistida por prestigiosos ginecobstetras e intensivistas de la provincia y la niña por neonatólogos del hospital Lenin. Posteriormente, ambas se trasladaron hacia esa institución, sin mayores complicaciones hasta el egreso”.
 
Pediatria covid 0794 CRDLa doctora Migdalis explicó cómo fueron estructurando el trabajo en cada centro para evitar fallos en la atención médica

De amores, entrega y profesionalidad

Así dice.que han sido para ellos estos meses la doctora Migdalis Hidalgo Muñiz, jefa del Servicio de Pediatría Provincial de COVID-19 con sede en el “Octavio de la Concepción de la Pedraja”. “A partir de lo previsto en el Programa Materno Infantil y las acciones previstas para el enfrentamiento y el control de la enfermedad,- muy nueva todavía para nosotros y de la cual todos los días vamos adquiriendo nuevos conocimientos-, enfocamos nuestro quehacer, apegados al cumplimiento de lo previsto mediante protocolo de actuación para sospechosos y contactos, de lo cual tienen conocimiento todo el personal actuante en nuestras salas”.

Coincide en afirmar que trabajar con niños es siempre un reto grande, pero en este caso es más alto, por las normas de bioseguridad a mantener, a partir de lo difícil de instrumentar determinadas medidas con los menores de cinco años, por ejemplo el uso del nasobuco, cuyo fallo ya de por sí significa un riesgo para el médico. “El trabajo aquí comienza desde el mismo Cuerpo de Guardia, donde está bien delimitada una consulta para la recepción y atención de casos febriles y con otros síntomas o signos de la enfermedad”.

“Para estos pacientes el hospital dispuso a la Sala 5to Q, por sus condiciones estructurales y tener tres cubículos aislados, que nos permiten mantener a los de test rápido positivo o contacto de un caso confirmado separado de otros casos. Nosotros solo hemos manejado un enfermo procedente de Las Tunas, pero inmediatamente fue trasladado hacia el Hospital Militar con todas las normas de bioseguridad, sin afectar nada en esta área u otras de nuestra institución”.

Sobre la preparación del personal médico significó la actualización constante recibida a través de los propios profesores de la especialidad e intensivistas, entre ellos el doctor Alfredo Rodríguez como de Epidemiólogos de mucha experiencia, entre ellos la doctora Dulce Navea. “Esto nos ha permitido que no hayamos afrontado problemas de ningún tipo y los 114 pacientes asistidos en nuestro servicio salieran satisfechos ellos y los familiares por la atención médica recibida y tratamiento medicamentoso adecuado. Acá tuvimos una abuela que resultó positiva a la prueba de PCR, pero el nieto no”.

“De esa cifra más del 50 por ciento tuvo su ingreso en esta última etapa a raíz de los casos positivos relacionados con el bar Shambalá, porque muchos de los sospechosos fueron pacientes en edad pediátrica, entre 16 a 18 años de edad”, aclara.

De ahí que la mayor participación de esta institución infantil en la pandemia haya estado dirigida hacia a la atención de casos sospechosos y de mantener la asistencia médica pediátrica y de intensivistas en los hospitales, como fue también el caso de la etapa cuando se habilitó toda un área en el clínico quirúrgico para la atención de casos en edad pediátrica. “Allí ocupamos tres salas, dos de hospitalización y una para los Cuidados Intensivos. Lo llevamos todo, lo más mínimo desde el Banco de Leche hasta el personal de servicio. Iniciamos con 17 pacientes y concluimos con 25”.

Por esos resultados de la Pediatría holguinera frente a la COVID-19 es que la doctora Aracelis y el doctor Miguel Leyva Tamayo, director general del hospital infantil, valoran de excelente el papel de los expertos, profesores, especialistas y, muy especialmente, el de los cerca casi 52 residentes de la especialidad que ocuparon puesto en primera fila en la atención de los niños con incidencia en la pandemia.

A manera de recuento resultó reconfortante escuchar uno a uno el nombre de los que han participado en esta tarea. De ellos alcanzamos a registrar en agenda a algunos de ellos, como el de los especialistas Ever Guerrero, Martha Susana y Barbarito García, entre los de los primeros en ir a zona roja; al igual el que intensivista Alfredo o los residentes Aniuska, Yordi, Yoel, Susell, Leo; Iván, quien trabajó dos meses en Villa El Cocal; Rafael, el que fuera relevado por Lilien o la actitud de los cuatro jóvenes enviados para Gibara a ocupar el puesto de los pediatras de allí aislados por ser contactos de casos positivos de esa ciudad en cuarentena. La historia de cada uno de ellos está en sus hojas de servicio, como lo que son valientes profesionales que enfrentaron y dan aún batalla a la COVID-19.
 
Pediatria covid 0779 CRDCon orgullo habla de la tropa de sus 52 residentes la doctora Aracelis Hernández
 

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