Pequeños papás: Embarazo en la adolescencia
- Por Lázaro Abel García Gómez y Lilian Susel Ayala Leyva / Estudiantes de Periodismo
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Rosita es una joven de 14 años que vive con sus padres, cursa el noveno grado y quiere ser doctora. Es una niña aplicada y se destaca mucho en clases por su inteligencia. Miguelito, su novio y compañero de aula, quiere ser ingeniero industrial. Esta linda pareja lleva cinco meses de relación y se quieren mucho y se preparan para las pruebes finales. Una noticia inesperada los sorprende… Rosita está embarazada…
En nuestros días existe en la población un aumento notable de embarazos en la adolescencia. A pesar de la divulgación por los medios de comunicación acerca de los riesgos y consecuencias que ello provoca, las relaciones sexuales y desprotegidas en edades tempranas sigue siendo un problema, que trae consigo que niñas entre 12 y 18 años tengan ya la responsabilidad de ser madres.
Abandonar la niñez antes de tiempo y tomar responsabilidades tan grandes a edades tan tempranas representa una violación de etapas que puede influir en la crianza y educación de sus hijos. La vida ofrece oportunidades que debemos aprovechar. Todo tiene su hora. Si disfrutas cada minuto de la juventud, cuando tengas hijos, en los años de vejez recordarás esos buenos momentos.
¿Cuántas parejas jóvenes se encuentran en esta situación por no protegerse y confiarse de las casualidades?
El aborto no es la opción indicada para solucionar el problema, pues muchos son los riesgos a los que se expone ¿La solución? Protegerte siempre. Primero debes sentirte preparada, porque si bien el nacimiento de un bebé es motivo de alegría y felicidad en el hogar, también lleva implícito dedicación y mucho esfuerzo, por lo que antes de su llegada debe existir una planificación previa por parte de todos
Traer un hijo al mundo no es tarea sencilla, tiene varias complicaciones, y el cuerpo de las adolescentes no está preparado para ello. Además, por cuidar de su embarazo a veces dejan la escuela y hay algunas que no se vuelven a vincular con los estudios.
Rosita y Miguelito se vieron obligados a posponer sueños para cuidar del niño que viene en camino y sustentar a su familia. Ser más consecuentes con las acciones y evitar quemar etapas propicia una adolescencia más plena y una mejor preparación para la juventud.
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