Eloísa: una saga de voluntad
- Por Yenny Torres
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Parecía reencontrar la saga de Harry Potter. Una novela análoga, pero con contexto y personajes distintitos. El argumento se centra en la lucha entre una niña y un malvado, que, para muchos, tampoco “puede nombrarse” (el destino). En la mitología griega, Moira era una personificación de lo que hila la hebra de la vida. Así que esta es una escena del enfrentamiento entre Eloísa y la Moira que mató a sus padres. Una batalla incesante donde los “conjuros” son juramentos a sí misma; la fantasía, el tren para viajar entre parpadeos; la magia, saber moldearse.
Tras el fatídico suceso, la niña queda al cuidado de los parientes que le quedan; pero, finalmente, en uno de los Hogares para niños sin amparo familiar, del Reparto Peralta, de Holguín, se quedaría a vivir.
Eloísa Isbelis Jomarrón Losada, es una muggle con el “poder” de saber enfrentar los problemas, un “don” que la ha hecho crecer a la par de sus éxitos. Bella, inteligente, audaz. No entiende de “hechizos”, sino de perseverancia.
I-Eloísa y la orden del Fénix
Enfermedades rápidas y voraces le arrebataron la madre a los 4 años y el padre a los 9. Desde entonces todo se le trastocó.
“Pasé por muchos momentos difíciles, no era feliz. No sentía afecto ni cariño por nadie. En la escuela me ayudaban y llevaban al médico cuando estaba enferma. Siempre tuve apoyo de mis profesores”.
“Tenía 10 años cuando recibí la información de que venía para el Hogar, el director de la Primaria se acercó a mí y me contó acerca del sitio, yo acepté venir para acá, pues me dijeron que era una casita donde había niños que los querían mucho”.
II-Eloísa y el cáliz de fuego
Es la única niña a nivel nacional, proveniente de estos “Hogares” que ingresa a una Escuela Militar Camilo Cienfuegos, iniciación que supo defender con disciplina y talento hasta ocupar la posición de tercer expediente de su año al egresar.
“Desde que fueron a hacer formación vocacional a la “Lidia Doce” yo me incliné por los “Camilitos”. Me gustaba el uniforme, cómo marchaban; a causa de eso me intereso, además de que oficiales de una unidad militar nos visitaban y yo los hallaba muy bonitos”.
“Solo fue al principio, porque, cuando entré, el régimen interno no me gustaba; razón por la cual siempre quise irme, pero me mantuve firme, pues ahí estaba mi futuro. Entre tantos instantes duros, puedo asegurar que a lo que más me he sobrepuesto es a permanecer allí, me deprimía, desde que salía del Hogar iba llorando, sin embargo, derroté la nostalgia y seguí adelante. Estuve tres años en un lugar donde no quería dormir”.
“Por el recorrido y las pruebas de ingreso fui el tres del escalafón, la noticia me llegó en el precadete, no lo imaginaba, pero sabía que lo merecía, había estudiado lo suficiente para estar en ese puesto”. “Realmente no cogí la carrera que quería, pero tuve la oportunidad de optar por Ingeniería Civil y eso me gusta”.
Tiene su propia laptop hace un año y también un celular. “Como ya cumplí 18 solo tengo el estipendio por ser cadete insertada de las FAR, así que voy y vengo a pie a la universidad para ahorrar, al principio no lo hacía, pero luego entendí que era una forma de economizar”.
III-Eloísa y su modo de filosofar
A pesar de los pesares, de los pies sobre la tierra y los músculos del corazón, ella cree en las “ilusiones” y el piquete de “personajes fantásticos” que la acompañan. Reflexiona desde una precoz madurez. Aconseja.
“Hago las cosas para después exigírselas a los demás niños del Hogar, al ser la mayor entre ellos, los siento como mis hijos; muchos me dicen mamá. A veces regaño, no me gusta ver las niñas con las piernas abiertas y las mando a poner short, por ejemplo. Les digo que tienen que estudiar, que la vida es difícil y que hay muchas lágrimas primero para después sonreír”.
“En los tiempos que corren, qué adolescente no quiere tener ropa bonita, zapatos, estar a la moda; pero eso no siempre se puede alcanzar. Si yo tengo dos mudas de ropa para ir a la universidad, me pongo una hoy, la otra mañana y las voy rotando, no es algo que me ponga a pensar o impida seguir adelante”.
“Muchos niños a veces maltratan a sus padres y madres, me atrevo a pedirles que los cuiden, porque ya lo apunta el dicho ´nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde´, ni lo que a veces se diera por un beso de mamá o papá”.
IV-Las reliquias de la suerte
“Cada niño de Hogar debe dar gracias a la Revolución, somos la Revolución. En pocos lugares del mundo se da la atención como en Cuba: un sitio donde vivir, con personas que nos dedican su tiempo y donde no falta la buena comida; en esto último somos privilegiados, pues se nos prioriza mucho. Cuando encontramos cosas que no nos gustan, pienso -qué familia no tiene problemas”.
V-Eloísa y la cámara de los secretos
Unos quince por partida triple, la brújula, el camino.
“Mis quince fueron algo muy lindo, agradezco a todas las instituciones que me hicieron este sueño posible. Sé que hay niñas por ahí que, incluso con sus padres vivos, no pueden tener un paseo o fotos. El traje, mi primera vez maquillada, mi arreglo de pelo, marcaron la etapa”.
“Tengo el recuerdo de mi padre poniéndome a hacer las tareas y hablándome de estudiar para ser alguien importante. También tengo muchos sueños: ser una buena ingeniera civil; tener mi casa; salir de aquí vestida de blanco, porque tengo planes de casarme con mi novio, con quien llevo cuatro años; conformar una familia y poderle dar a mi niño las cosas que a mí me faltaron en la infancia”.
“En ocasiones siento que la vida es un poco dura, tal vez cruel, por eso es bonito echar pa´ adelante, aunque nos ponga tantos obstáculos”.
VI-Serie de confesiones y enseñanzas
La Moira fue obligada a doblegarse, Eloísa ha propinado la estocada. Su mayor logro: hacer que las flores crezcan tanto que tapen las espinas, dar una lección de vida. No tiene una “barita mágica”, tiene voluntad.