Mujer de acero en la vía

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motorizadaKatiuska Calderón Santiesteban, Primer Suboficial , agente del orden público motorizado. Foto: De la autora
 
Cuando la vieron por primera vez en una moto Yamaha, casco, uniforme azul y botines, muchos pensaron que su condición de mujer no le permitiría desempeñarse con toda las de la “ley”. Pero su entereza fue calando en la vía pública, donde transcurre la mayor parte de su tiempo.
 
Aunque no fue la primera en probarse en estas lides, es de las más experimentadas en el territorio. Seis años recorriendo las carreteras holguineras velando por la precaución cumplió, recientemente, la Primer Suboficial Katiuska Calderón Santiesteban, agente del orden público motorizado, quien, a propósito del aniversario 59 de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), comparte sus experiencias, como un ejemplo de cuanto ha logrado esta organización, en el pleno ejercicio de la igualdad de las féminas en todos los ámbitos y niveles de la sociedad.

Graduada de técnica en Agronomía, te desempeñaste en esta y otras labores. ¿Qué te motivó ingresar a la Policía?
“Siempre me acompañó el deseo de vestir el uniforme azul de policía, algo que ocurrió cuando menos lo esperaba. Había hecho las pruebas y cumplido con una serie de requisitos, pero no fue en ese momento que entré en las filas. Pasado un tiempo me llamaron. Inicié en labores de enfrentamiento como Infante, más tarde trabajé en cuestiones relacionadas con la licencia de conducción”.

Katy, como también se te conoce en ámbitos más familiares. ¿Qué condiciones propiciaron tu entrada a la motorizada?

“Los conocimientos adquiridos en mi desempeño, los cursos dentro del Ministerio del Interior (Minint) y la especialización en tránsito me permitieron ser Agente de la motorizada holguinera. Esta es mi gran pasión, siempre quise ejercer este trabajo, que tiene su significado en la reducción de los accidentes, las muertes y lesionados.
Es muy importante velar porque se cumplan las leyes y lo establecido para transitar en la vía. Existen muchas violaciones que desencadenan desastres letales y nuestra razón es prevenirlos”.

Ante la inquietud de saber cómo logra articular su condición de mujer con un trabajo bajo sol o lluvia, donde la mayoría son hombres, explica: “La primera condición es respetar para que nos respeten. Pienso que en ese sentido las mujeres nos hemos ganado esa consideración, además porque somos muy exigentes y ponemos mano dura en el trabajo que realizamos”.

¿Qué tan difícil resulta desempeñarte en esta labor?

“Desde muy temprano llego a la Unidad, donde recibo preparación política y posteriormente, la orden de trabajo, el lugar hacia donde debo desplazarme para hacer valer allí lo establecido en la Ley 109 Código de Seguridad Vial y Tránsito. Tengo el apoyo de la familia, especialmente de mi mamá, que colabora con los quehaceres del hogar, y así puedo madrugar para llegar hasta mi jefatura, pues yo soy del municipio de Calixto García”.

De las experiencias adquiridas ¿cuáles te han marcado más?

“Hay dos muy especiales que, aunque me causaron emociones totalmente diferentes, tienen mucho en común. Participé en el aseguramiento del Congreso de la FMC en la provincia. Tuve el privilegio de conocer a Pura Avilés personalmente, extraordinaria mujer. En el último cónclave de la organización, acompañé el recorrido al municipio de Mayarí, el traslado hasta Las Tunas y de aquí a Holguín, al regreso de la cita en La Habana, ya de noche”.

El otro gran honor y orgullo sagrado para esta auténtica guajira, como ella misma se dice, amante de su terruño e idiosincrasia, la lectura, familia y el calor del hogar, fue cabalgar sobre su moto en el traslado de las honras fúnebres del Comandante Fidel Castro, donde junto a su compañera Yalí, aseguró el cumplimiento de esta misión.

“Tuvimos que prepararnos sicológicamente por lo que significa su figura. Ver un mar de pueblo llorando me tocó mucho más el corazón, pero al mismo tiempo recapacité en la responsabilidad de la tarea, en lo que entrañaba, no por gusto fuimos escogidas para esta misión”, apunta.

En la calle se cuestiona y apodan a los agentes cuando imponen el peso de la ley. ¿Cómo lidias con estas situaciones?

“Lo primero es conocer y dominar la Ley 109, es la que rige los derechos y deberes en la vía, lo que está establecido. Por eso estudio y manoseo cada artículo. Lo otro es el trato correcto, con educación. En la calle te puedes encontrar con personas de diferentes niveles escolares y culturales.

“Ciertamente, cuando se ordena la detención del vehículo o se notifica al infractor, siempre este hace su propia defensa, otros usan pretextos o rezongan. Como ciudadanos tienen derecho a reclamar y recibir una respuesta, así está establecido en la Constitución, pero nunca la falta de respeto ni bravuconería les dará la razón.

¿Cuáles son las infracciones más recurrentes?

Las que tienen que ver con la ausencia de casco de protección o mal uso, adelantamiento con interferencia, violación en las señales de Pare y mal estado técnico de los vehículos, (problemas con la dirección, sistema de frenos, etc.), por eso están catalogados en el grupo de alta peligrosidad.

He socorrido accidentes también en los que la causa ha sido el uso de teléfonos celulares mientras se conduce, un mal que hay en la sociedad. Está regulado que para atender una llamada debe estacionarse. Satisfacciones
“El deber cumplido y tener autoestima alta. Todas pasamos por momentos difíciles, incomprensiones, ausencias de casa, sacrificio, esfuerzo. Las mujeres resaltamos cuando desempeñamos labores poco comunes para nuestro género. Por tanto es mejor trascender por lo positivo y no lo negativo. Aunque muchos me consideran un “látigo” en la vía, deben comprender que mi razón es evitarles males mayores”.

Otros nombres engrosan la fila de agentes femeninas de la motorizada en la provincia, Dailín, Yalí y Odalys, la más joven incorporada al grupo a principios de este año.

“Nuestro Ministerio tiene interés en conformar un pelotón de mujeres en este frente. Tenemos compañeras preparándose, tres de ellas han hecho práctica al lado nuestro”.

Se escucha el equipo de radio de la moto. El indicativo que la identifica atrae su atención. Hay una nueva orden. Corresponde otra posición. Katiuska acude al llamado, en la vía de otro sector la necesitan. El rigor de la ley está en todas partes.
Yanela Ruiz González
Author: Yanela Ruiz González
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Lic. en Estudios Socioculturales, periodista de la Casa editora ¡Ahora! Especializada en temas de Educación y Educación Superior Fan de las redes sociales

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Comentarios  

# Ariel 24-08-2019 10:34
Ohh mi amiga que bueno verte por las redes, mi gran amiga que alegria, mi Nazare.
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