Acuarela de un campesino
- Por Ania Fernández Torres
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Esta es la acuarela de un hombre. Cuadro impresionista que comencé a pintar desde hace más de una década, con una variada paleta de colores, que me llegaron primero a los oídos, después a los ojos y más tarde al pecho lleno de admiración.
Atenta escuché a campesinos de la zona de Flores, en Banes, decir: “Benjamín era un león, lo mismo pa´ defendernos, que exigirnos o darnos un guantazo”. En otra ocasión, cerca del Cerro de Uñas, un grupo afirmaba: “la frijolera sembrada aquí es un sueño de Benjamín. Ese hombre, por donde pasaba abría un surco con los …, igual que Maceo”.
Nunca falla el concepto de que, para conocer la estatura de un líder, hay que mirar primero a sus seguidores. Rafael Santisteban, hoy presidente de la Anap nacional, una vez me comentó: “Soy guajiro de nacimiento, pero lo que sé de esta asociación campesina lo aprendí junto a mi maestro Benjamín Reyes León”.
Hace solo unos días, durante la imposición de condecoraciones a productores destacados, Amaury Velázquez Zaldívar, presidente de la Anap en la provincia de Holguín, en sus palabras al campesinado refirió: “Si quise ser dirigente desde la base fue por el ejemplo de Benjamín, su consagración y entrega al quehacer del campesinado”.
Confieso que, lo vi por vez primera en un acto en Sagua de Tánamo, ya estaba jubilado y yo, víctima de algunos prejuicios, pensé: “Na´ demasiado tímido, flaco y alto para la tanta guapería que me han contado”, como si el coraje tuviera algo que ver con el físico.
Sin embargo, su reputación lo precedía, como a los gallos finos, que no retroceden, ni huyen, ni se saltan la valla en un combate.
Los testimonios de quienes lo conocen perfilaron el dibujo y lo completó la historia,contada por su protagonista, que comparto hoy en esta página.
“Nací campesino en la Sierra de Cupeycillo, en Gibara, pero el viejo vendió la finca parapagar el médico y salvarle la vida a mi hermana con gastroenteritis complicada. Al no poder pagar las cuotas al banco hubo que vender muy por debajo del valor real.
“Nos fuimos para Gibara y cuando llegan los rebeldes y toman el pueblo la familia entera se uneporque ya éramos colaboradores desde antes y ya la columna de Suñol estaba en La Yaya.
“El 8 de enero de 1959 comienzo a trabajar en el Ayuntamiento. Cuando tuvimos que pagarles a los trabajadores, vimos que la caja fuerte estaba vacía. El Alcalde y su camarilla se habían llevado toda la plata, no había ni un medio.
“Llamamos a la Habana y el Gobierno Revolucionario nos orienta revisar los pagarés de impuestos, ahí descubrimos que la Santa Lucia Company le debía más de 100 mil pesos al pueblo y el Alcalde no se lo exigía, porla politiquería de aquellos tiempos. En la administración nos hicieron el cheque y pagamos.
“Después fui presidentede la JUCEI, primera forma de Gobierno, y cuando llegaron las nacionalizaciones volvimos a la misma compañía y nos dijeron: “pero como ustedes piensan manejar un central”. No les respondí con qué, pero lo pensé… y así mismo lo hicimos.
“Participé en la Segunda Ley de Reforma Agrariay en 1965 se me asignó la tarea de ser Secretario del Partido en Gibara. Desde 1967 hasta 1975 atendíla agricultura y el azúcar en la región oriental y cuando la división político administrativa cumplí como Segundo Secretario del Partido en la naciente provincia de Granma.
“De regreso a mi terruño se me designó como Secretario del Partido en Rafael Freyre y luego en Banes, también fui miembro del Buró del Partido que atendía la Agricultura y el Minaz hasta que 1987 comienzo como presidente de la Anap en Holguín. Unos años después entramos en el periodoespecial, que demandó mucho trabajo del campesinado.
“Fueron años muy duros pero, no perdimos la capacidad de vencer, hicimos talleres, tenerías para hacer zapatos, sogas, yuntas, lo que fuera útil para el trabajo de los campesinos y para poder honrar los compromisos. Durante 17 años cumplí la honrosa tarea de ser dirigente campesino hastaque me jubilé en el 2003.
“Estuve en la antigua URSS, Bulgaria, Albania, Alemania, para adquirir experiencia de cómose conforman los complejos agroindustriales.En la mayor parte del campo socialista se impuso la cooperativización, sin embargo, Fidel defendió siempre que era una asociación voluntaria, donde se respeta la opinión del campesino, es algo que no podemos olvidar.
“Creo que la Anap tiene el mismo ímpetu y pujanza que antes. Las circunstancias han cambiado y hay que incrementar el sentido de pertenencia, la responsabilidad del campesinado con la comida del pueblo. Hay que seguir esas convicciones paracuidar la unidad, la alianza obrero- campesina, que no es una consigna vacía.
“Es importante proteger la autoridad y ejemplaridad de la Anap, para que sea realmente guía y dirección del campesinado. Fomentar el respeto de los jóvenes por nuestra Asociacióny fortalecer las juntas directivas de las cooperativas y las organizaciones de base.
“Mantengo la fe en la juventud, que esrevolucionaria por naturaleza.Cada generación tiene su misión histórica, debemos ayudarlos a transformar la obra. No quiero irme de esta tierra sinver que podemos explotar todas las potencialidades y que las inversiones del trasvase Este-Oeste, tengan los rendimientos esperados”.
No está completo el lienzo sobre este hombre si no se esboza el amor de su esposa Belkis Guerrero Toledo, con quien está casado desde el 22 de diciembre de 1962. Su compañera, atenta y brava, quien sostuvo sobre sus hombros, en los duros días del trabajo y la distancia, el horcón familiar, compuesto hoy por dos hijas, cuatro nietos e igual número de bisnietos.
Pero dicen que las personas no envejecen cuando se les arruga la piel y el cabello se les vuelve plata, si no cuando abandonan sus sueños y esperanzas.El trazo final y másindeleble para la acuarela de esta vida,me lo regala Benjamín a sus 81 años,cuando refiere: “Mi mayor sueño es que, perdure y prosperela grandiosa obra de la Revolución”.