Caballero de la Higiene y Epidemiología

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epidemiologo entrev 01Foto: De la autora

Hace poco se le hizo honor a la Dama de la Higiene y Epidemiología de Holguín, hoy se impone reconocer al Caballero de esta especialidad en la provincia y también fuera de nuestras fronteras, porque su hidalguía, profesionalidad y entrega a la profesión merecen un lugar especial en la historia de la Salud Pública holguinera.

En "Cosme Herrera", comunidad del municipio de Mayarí, nació, se le vio crecer hasta que en su vida estudiantil universitaria llegaría a Holguín, para cumplir sus sueños de hacer la carrera de Medicina en la facultad de Ciencias Médicas Mariana Grajales Coello, en el curso 1978-1984, para tras su graduación solo volver a sus raíces de vez en vez, porque muchas misiones les correspondería cumplir a partir de ese momento, al hoy especialista de Segundo Grado en Higiene y Epidemiología y máster en Enfermedades Infecciosas Osmany Ricardo Puig.

Como integrante de la Avanzada Estudiantil Mario Muñoz Monroy, integró el II Contingente Médico Rural Piti Fajardo hizo el internado en el hospital rural Camilo Cienfuegos, del municipio Mayarí, ya como graduado comenzó su desempeño laboral con la responsabilidad de director del área de salud de Guaro, después estuvo en el policlínico de Felton (1984-1987) y hospital de Guatemala.

Sin embargo, sus deseos eran hacer una especialidad, por la cual se había inclinado desde sus años de estudios, porque “la epidemiología es muy completa y con un perfil amplio desde lo asistencial, gerencial, docente e investigativo”, según confiesa este médico de poco hablar, ecuanimidad envidiable y una sapiencia de alta factura.

“Me gusta una definición que es sencilla, pero muy abarcadora...'la epidemiología se dedica al estudio de las poblaciones humanas'. Y a eso nos consagramos los epidemiólogos a vigilar, predecir, pronosticar, intervenir y evaluar los problemas de salud en una comunidad”.

Es así. El doctor Osmany se ha dedicado en cuerpo y alma al ejercicio de su profesión, de ahí que colegas y alumnos no duden en acudir a él ante cualquier duda, pero también los periodistas necesitados de escribir sobre cualquier tema de esta especialidad lo buscan para hablar de los más disímiles temas si de verdad quieren entregar un buen trabajo.

Pero esto no es por obra y gracia del destino, son 35 años de experiencia como especialista enfrentando muchos eventos adversos a la salud, tanto dentro como fuera del país, donde “he tenido que investigar un problema, plantear una hipótesis y tomar una decisión para proteger la salud de las poblaciones. Para mí la Epidemiología es la ciencia básica de la salud pública”.

Son más de tres décadas de trabajo desde el Centro Municipal de Higiene, Epidemiología y Microbiología, de Mayarí; de misión internacionalista en la República de Mozambique (1994-1998) como epidemiólogo asesor de la Dirección Provincial de Salud y coordinador de la Brigada Médica Cubana en el país, para una vez de vuelta a la Patria, abrazar de manera especial hasta ahora al Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHE), donde se ha desempeñado en diferentes momentos como jefe de los programas de ITS/VIH/sida, Hepatitis B y C y Lepra con notables resultados.

Por su desempeño como jefe provincial del Programa de ITS/VIH/sida fue seleccionado por el Ministerio de Salud Pública para participar en reuniones y eventos internacionales en México, República Dominicana, Panamá y Trinidad y Tobago. Precisamente, en esa responsabilidad el doctor Ricardo Puig se mantuvo durante 27 años, hasta su reciente jubilación en agosto de 2025, pero por decisión del Minsap se reincorporó casi de inmediato como asesor del programa para las provincias orientales y en el centro de Higiene, Epidemiologia y Microbiología continúa trabajando como experto para varios programas de salud.

Aparejada a sus múltiples responsabilidades el doctor Ricardo Puig llevó la superación profesional y científica, afirmación respaldada en su título de máster en Enfermedades Infecciosas, logrado en 2009; profesor de pre y postgrado; tiene 32 publicaciones científicas, ha recibido 28 cursos de postgrado e impartido 17, participado en casi un centenar de actividades científicas entre nacionales e internacionales, y es investigador agregado.

Actualmente, es miembro de la Comisión Técnica Nacional ITS-sida, con participación en eventos importantes, como en la Actualización del plan estratégico nacional 2014- 2018, en la visita de la Misión Conjunta de la Organización Panamericana de la Salud y el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria (Agosto, 2014) y en el proceso de certificación de eliminación de la transmisión materno- infantil del VIH y la sífilis congénita (Marzo, 2015) y por el Minsap acompañó a los evaluadores a la provincia de Santiago de Cuba.

Sin embargo, su fructífera vida profesional no ha sido solo en Cuba, pues cumplió misión internacionalista en la República de Nicaragua, como parte del Programa Integral de Salud (PIS) en funciones de asesor en el área de Vigilancia en Salud Pública y epidemiólogo de la Coordinación Nacional de la Brigada Médica Cubana.

Por esa trayectoria profesional y laboral ascendente ha recibido varias estimulaciones, como la condición de Personalidad Destacada, se le entregó por el Minsap un auto, varios reconocimientos por su participación activa como experto en el enfrentamiento de las epidemias de Dengue y COVID-19 y actualmente en la del virus Chicungunya y, precisamente, este 3 de diciembre, Día de la Medicina Latinoamericana, la medalla Jesús Menéndez.

epidemiologo entrev 03Dr Osmany Ricardo Puig recibe medalla Jesús Menéndez. Foto: Eyris Cruz

La oportunidad de conversar con este avezado epidemiólogo no se podía desaprovechar, para conocer su valoración sobre situación afrontada por la provincia. “Es muy compleja y obedece a causas que son conocidas, como el impacto que está teniendo el cambio climático en la salud, el incremento de la movilidad poblacional, la urbanización no controlada, el deterioro ambiental, entre otras causas y todo esto ha traído un nivel de infestación muy alto de mosquitos Aedes aegypti y albopictus, vectores que producen las arbovirosis, que en estos momentos la mayor incidencia se está observando en el Chicungunya y dengue”.

Explicó que existe un modelo de lucha antiepidémica que tiene tres componentes importantes: “El primero es la voluntad política que siempre está presente, luego la base científica y en Cuba hay muy buenas experiencias en manejo de epidemias con participación de reconocidos centros de investigación y de expertos y, por último, la participación de las masas, que para mí es muy importante en la respuesta a cualquier epidemia”.

“En ellas, Salud rectorea técnicamente las acciones, pero es un problema de toda la sociedad. El propio hecho de estar teniendo una circulación simultánea de varios virus complejiza más la situación actual, máxime si el Chicungunya está demostrado en su historia natural de la enfermedad, que puede dejar secuelas a los enfermos y necesidad de atención prolongada. Tanto el dengue como el Chicungunya pueden dar complicaciones y riesgo de muerte en personas que acuden tardíamente al médico o con comorbilidades por enfermedades no transmisibles, por lo tanto ninguno de los dos se puede subvalorar.

“En esta epidemia se están observando enfermos con coinfecciones, es decir, usted puede tener Chicungunya y además otra virosis y eso lo hace padecer un cuadro más severo. Esto último es importante, porque estamos entrando en el invierno, en la temporada gripal, cuando hay circulación de varios virus respiratorios. En el país desde la ciencia y la innovación se trabaja en proyectos futuros para el control del mosquito con otros métodos avanzados, pero mientras tanto el ordenamiento del medio, la realización del autofocal para eliminar criaderos y el autocuidado son tareas de primer orden, independientemente de que en tiempos de epidemia la fumigación, más conocido como tratamiento adulticida, es la estrategia ideal para eliminar el mosquito adulto volando y que puede estar infestado”.

Satisfacciones…

Son varias, en primer lugar por los resultados alcanzados en la provincia y el reconocimiento de las autoridades de salud a nivel de país y provincia, la experiencia de trabajar en este programa me permitió conocer muchos expertos nacionales e internacionales en este tema y, por supuesto, me permitió ser un mejor profesional.

Insatisfacciones…

Siempre van a quedar presentes, pero son las menos y como continúo reincorporado, puedo seguir trabajando por superarlas, una de ellas es lograr que un mayor número de personas que viven con VIH se adhieran a su terapia antirretroviral para lograr su supresión viral y mejorar su calidad de vida.


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