De mujer a mujer

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Dania fiscal mujerFotos: Heidi Calderón Sánchez
 
Lorena tenía apenas unos meses de nacida cuando llegó al Hogar. No contaba con padre reconocido. La madre se dedicaba a lo que eufemísticamente se nombra “mala vida”. Había estado bajo la protección de una abuela ciega, que requería casi la misma dosis de cuidados que ella.

Dania Pérez Fernández sería la fiscal al frente. Su labor, junto a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y otros factores comunitarios y el Gobierno, condujo a que la abuelita fuera operada; que el bara en tierra se convirtiera en casa; que la madre sancionada empezara a trabajar; que llegara con la transformación material, la conductual; y que luego Lorena, su madre y su abuela iniciaran juntas, como familia, una vida nueva, realmente nueva.

Este desenlace emociona sobremanera a Dania, quien lo asume como una victoria por partida triple.

“Cuando se habla de mujer, la visualizo desde que nace hasta que muere, aunque por etapas se clasifique en niña, joven, anciana”, dice.

De sus 34 años como fiscal, ha dedicado 27 al trabajo con menores de edad, hogares de menores, niños con problemas de conducta, mujeres, etc. Posee una memoria prodigiosa, una especie de archivo que recoge nombres, apellidos, direcciones y árboles genealógicos de cada niño, niña o adolescente (NNA) atendido, seguramente por el poderoso abono de su interés.

Bien conocen las suelas de sus zapatos de lomas, fango y rincones en condiciones de vulnerabilidad. Bien sabe su carpeta de las acciones que ha propuesto en pos de cambiar ocres escenarios, que empañan nuestro proyecto social. Casos aislados, pero que aún existen y se intentan transformar.

Velando la legalidad

“La Fiscalía no siempre tiene la solución para los problemas de NNA y mujeres, pero tratamos de darles herramientas, orientarlos para que busquen una solución. Cada vez que analizamos una reclamación donde una mujer se queja, revisamos si tiene algún derecho vulnerado. Como el órgano ha puesto intencionalidad en trabajar directamente con las víctimas, ya sean de hechos delictivos o cualquier forma de maltrato, se incluye en ello a las mujeres”, explica Dania.

“Casi siempre los delitos contra el normal desarrollo de las relaciones sexuales, contra la niñez y la juventud van, mayormente, contra el sexo femenino. Y no hablaría tanto de niñas violentadas como de las que padecen algún acoso; el paso de la mano, palabras obscenas; son los que ocurren con más frecuencia. A veces es difícil, porque la familia no quiere denunciar.

“La mujer cubana ha aprendido a defenderse, son menos los casos, pero están. Vienen casi siempre por problemas de comunicación en el seno familiar, porque no hay acuerdos internos y sí agresión verbal o psicológica; es lo más frecuente.

“Hemos chocado con cosas crudas, pero, por suerte, en la mayoría se han detectado los autores, procesado y dado el castigo que merecen”.

Pese a haber transitado por esferas como penal, luego civil, y verificaciones fiscales, su actual trabajo, hoy enmarcado en el Departamento de Protección a la Familia y Asuntos Jurisdiccionales, la “atrapó”.

“Pocos conocen esta parte de la Fiscalía, que busca la luz dentro de la familia cuando no se ha podido encontrar, la relación entre hijos y padres… los NNA son el futuro, si están torcidos y no se arreglan, el futuro también lo estará.

¿Insatisfacciones?

Dania fiscal mujer 2

“Por lo general no tiene que ver de manera directa con el trabajo, porque va más allá de nuestro alcance; pero sí, ver que una muchacha que recibió toda la ayuda en un Hogar para Niños sin Amparo Familiar, donde se convirtiera en una persona de bien, con una carrera, y que luego el Estado le proporcionara una casa; retrocediera siendo adulta, precisamente por ir tras el medio social que tanto le desfavoreció. Que en la búsqueda de sus orígenes se perdiera entre el alcohol, la ilegalidad y los vicios, duele. 

“Afortunadamente, tenemos muchos casos que son todo lo contrario. He visto crecer niños y niñas huérfanos y convertirse en hombres de bien, igual con pequeños de la escuela de conducta. Personas que al cabo de los años te encuentran y dan las gracias en plena calle. Ahí está también el trabajo de la Fiscalía y la Federación.

“He participado en tareas con las casas de orientación a la Familia, acciones de capacitación con las trabajadoras sociales de la FMC de toda la provincia, las organizadoras. Siempre con la satisfacción de ser mujer y federada, juntas por el mismo camino desde su puesto de trabajo.

“Nuestra organización femenina es muy amplia, porque las casas que han constituido atienden a toda la familia, que incluye, mamá, papá, abuelito, niños…”

Código de las familias, por la calidad de vida de las mujeres

“De aprobarse, entre los múltiples derechos que plasma, está el de la mujer adulta mayor; porque esta, cuando se jubila, llega a su casa y se convierte en buscadora de mandados, bajo el esquema bodega-pan-nietos. Y entre lavar la ropa de todos y cocinar, se queda sin tiempo ni para arreglarse las uñas.

“El país no quiere que la mujer se convierta en eso, y no es que no ayude o no tienda la mano a los demás, sino que también se preocupe de su salud, bienestar físico, presencia personal, e incluso, de poder ser útil a la sociedad de otras maneras. El Proyecto obliga más a los hijos a dar atención, alimento, visto este último no solo como comida, sino ropa, calzado, en todo lo que necesite”.

La casa y los casos

“En este trabajo no se descansa, aunque los documentos queden en la oficina, del pensamiento no salen los casos. Si un viernes en la tarde se presenta alguien con una queja, ¿cómo dejar pasar el fin de semana? ¿Cómo dormir tranquila, pensando que hay un niño, niña o mujer cuya situación se le puede agravar en 24 horas?

“Por eso nuestra familia debe comprender bastante, cuando llegamos a casa y seguimos conectadas al teléfono, llamando a todo el que pueda ayudar a esa persona afectada. Hay que tener sentido de pertenencia y humanidad, adoptar las medidas de inmediato, lo que significa que no hay horario”.

Fundadora de la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia del municipio de Gibara, territorio que la vio nacer, su nombre integra el libro las Lucías de hoy, y el catálogo de galardonadas con la distinción 23 de agosto.

Reconocida por sus años dedicados a la Fiscalía; acreedora de la Orden Ignacio Agramonte; hija, madre, abuela… Dania, durante mucho tiempo, fue organizadora y delegada de la FMC en su zona de residencia.

“Tía”, como le llaman todos los peques de los hogares, entrelaza el carácter firme con la ternura; con el primero logra marcar el rumbo, con el segundo, suaviza el viaje. Sus ojos hablan, sobre todo cuando las historias de sus niños lloviznan en ellos.

En esta sociedad de tantos logros alcanzados por las féminas, ella, como especialista en Derecho Civil y de Familia, enfrenta los rezagos que impiden avanzar a sus muchachos y muchachas. En esa protección que brinda el Estado para el empoderamiento de la mujer se erige el Plan de adelanto para las mujeres en Cuba; las novedades de la maternidad, el proyecto de Código de las Familias, y otros amparos legales.

“La Federación ha contribuido a ayudar a la mujer a saber que tiene derechos y que hay que respetarlos. Nos vemos, en diferentes escenarios, luchando por lo mismo, porque la mujer se abra camino como quería Vilma, porque seamos formadoras de nuestro propio destino”.

 

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