Instituciones escolares holguineras realizan homenaje a Fidel
- Por Yanela Ruiz González
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Fotos: Tomadas de perfil de Facbook de Yaima Cruz, jefa de la primera infancia en el sector provincial de Educación, la UCM Mariana Grajales y UHo"Un libro, necesito un libro para una exposición que haremos en la escuela en homenaje a Fidel"- dijo la pequeña de nueve años. Se acercaba el día en que se estremeció una Isla completa con la inesperada noticia, porque siempre se pensó inmortal, por eso de que los buenos, los grandes en su obra nunca mueren.
Justo en este complejo año, bisiesto además, se conmemoran cuatro años de la desaparición física del que nos enseñó a superar las adversidades con la misma resistencia y dignidad que lo llevaron al Moncada, lo trajeron en un yate bautizado con el nombre de Granma, lo condujeron en la Sierra y le permitieron vivir hasta que la naturaleza dispuso y luego permanecer en el «grano de maíz» colocado en Santa Ifigenia.
Hoy las escuelas de mi Holguín amanecieron alegóricas. Aunque no se realizan actividades de grandes concentraciones, en cada grupo, en cada aula, transcurre el homenaje desde bien temprano.

No solo un libro llevan en sus manos, no solo la lectura, el canto, la poesía, la palabra iluminada para abordar la inmensidad de su pensamiento, también llevan el agradecimiento de tener esta Cuba, la que con disimiles dificultades tropieza y se levanta ante cada obstáculo y vuelve a enrumbarse como nos enseñó Fidel.
Qué mejor homenaje que multiplicarse en la acción y el recuerdo de los miles de jóvenes de las batas blancas de la Universidad de Ciencias Médicas Mariana Grajales y de la Universidad de Holguín, donde también iniciaron su jornada con el merecido tributo y buscaron en el canto, la poesía y fecunda oratoria la mejor manera de pensarlo.
Vi a maestros mostrarlo más familiar y cercano a los más pequeños en los círculos infantiles y escuelas primarias. Ellos que no tuvieron el gran privilegio de verlo activo en los diversos escenarios que sustentan esta nación, a la que dedicó la juventud y los estudios de toda la vida, por la que estuvo expuesto a más de 600 atentados y nunca doblegó la moral a pesar de la complejidad de las circunstancias.

Hoy se agitan las banderas, revive en la Sierra y convida al llano a no creer en las farsas que se levantan contra los que quieren seguir una Revolución que le costó mucho sacrificio y lleva la sangre de vidas rasgadas cuando comenzaban a empinarse.
Vuelve al frente de la caravana de los héroes de espaldas aladas para señalar el camino a seguir, como tantas veces lo hizo, con el índice recto, la mirada fija y la cuota de humanismo, para que perdure lo que soñó Martí y él cumplió.
