La Morena de todos los podios

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Martha Sanchez CollageLa Morena del Caribe holguinera, Martha Sánchez Salfrán, era el único oro olímpico y mundial de esta provincia, cuya trayectoria no se había publicado en ¡ahora! Esta entrevista esperó por más de 20 años. Collage: Ana Maidé Hernández
 
Recuerdo como si fuera ayer, aquel alborozado viernes, 6 de octubre de 2000: el pueblo holguinero y autoridades homenajeaban a sus medallistas y campeones olímpicos de Sidney en la plaza Camilo Cienfuegos, que relucía con tantas estrellas brillando al mismo tiempo: Legna, Kindelán, Valodia, Urbia y…uno de aquellos astros tenía cuerpo de linda mulata, quien sonriente y coqueta le decía, una y otra vez, al periodista: “Hoy no puede ser, pronto regreso y le aviso…”

Ella tenía razón, en medio de tanto bullicio y celebraciones no era lo más indicado para una larga conversación. Yo lo sabía; ya antes había intentado y temía que se me escapara otra vez, como sucedió…La entrevista a Martha Sánchez Salfrán siguió pendiente por más de dos décadas, a pesar de algunas gestiones en distintos momentos. Nunca la volví a ver en Holguín y luego viajó por el mundo…

Es Martha la mejor voleibolista de todos los tiempos de esta tierra oriental y la única mujer deportista de esta provincia que, en disciplinas colectivas, acapara todos los más grandes títulos a que podía aspirar: Olímpico, Mundial, Copa del Mundo, Juvenil del Orbe, Panamericano… como parte de un más amplia cosecha de medallas…

Hace poco tiempo logramos localizar a esta famosa cuetense en La Habana. No ha cambiado nada en su carácter y trato afable y sincero. Ocurrente como es su estilo y sin miramientos me espetó: “Si no me habías encontrado fue porque no buscaste bien, ja ja, pero me alegro mucho constatar contigo y que te acuerdes de mí”.

Esta vez sí llevó sus recuerdos hasta el principio y recorrió en la memoria su vida de voleibolista, los triunfos y experiencias inolvidables. Lo hizo escribiendo, pero parecía que hablaba, con simpatía y cariño, en su modo de ser.

Volvió a sus raíces: “Tuve una infancia muy bonita, con mi familia y rodeada de mis amigos de escuela y vecindad. Soy de Cueto, pero nací en Mayarí. Como sabes, Cueto es un municipio pequeño, pero ha dado muy buenos atletas; me siento muy orgullosa de mi pueblo y de las personas que viven en esa localidad. Fui una niña muy tranquila, disciplinada y callada, siempre muy apegada a mi madre”.

Meditó, para organizar sus remembranzas: “El primer deporte que practiqué, en el área especial de Cueto, fue baloncesto, con la entrenadora Griselda, a la edad de 11 años. Estaba cursando el sexto grado en el seminternado Antonio Riera. Siempre, desde pequeña, me gustó el deporte”.

Pero su andar y destino estaban en otra disciplina: “Hay un dicho que dice: lo que es para ti, nadie te lo quita. Mi incursión en el voleibol se lo agradezco a Gelo y Landrove, entrenadores entonces de ese deporte, en Holguín. Ellos fueron a mi casa y me captaron para la Eide”.

Seguramente sonrió al recordar las contradicciones hogareñas que aquel hecho suscitó: “Mi madre no quería, porque decía que yo era muy pequeña y no sabía hacer nada, pero mi padre me pregunta: tu quieres jugar voleibol; yo le contesté que sí, entonces el le dijo a mi mamá, con autoridad: la niña se beca. Al principio fue un poco difícil estar separado de mis padres y con una corta edad…”

Aquella niña mostró agallas y se empinó con extraordinaria rapidez, al revelar atributos para el juego de la malla alta: “Estuve dos años en la Eide, a donde ingresé en1985, atendida por el entrenador Carlos Leyva, pero solo dos cursos más tarde (1987) ya fui para la Espa Nacional y participé en el Mundial de Cadetes y Juegos de la Amistad. Con solo 17 años de edad me promovieron a la Preselección Nacional y con 19 al equipo Cuba. Logramos oro en el Mundial Juvenil, en Campiña y Brasilia, Brasil-1993.

Hace un alto en su recorrido atlético, para mostrar agradecimiento: “En mi carrera deportiva tuve varios entrenadores, a quienes agradezco mucho por todo lo que aportaron a mi educación y perfección como atleta y persona.”

En su primer ciclo olímpico con las Morenas del Caribe, fue para el afamado preparador Eugenio George un lujo tener de jugadora de cambio a una voleibolista como Martha.

Un momento muy especial resultó para esta holguinera llegar al equipo Cuba y verse entre tantas grandes estrellas del voleibol cubano y mundial: “Al principio en el equipo nacional era muy complicado, pues cuando te dan una oportunidad, tienes que hacerlo mejor con respecto a la compañera sustituida, de lo contrario no se sabe cuando te toca de nuevo. Era difícil, pero logré afianzarme y ya en 1996 fui el primer cambio; con esa función jugué en muchos eventos y lo hice muy bien, como en el Gran Prix, Mundial Japón-1998 (oro), Panamericanos de Winnipeg-1999 (plata, antes oro en Mar del Plata-95), Copa Mundial Japón-1999 (oro) y los Olímpicos de Sidney-2000 (oro), a los que fui con gran orgullo de representar a mi país y provincia.

El oro de Sidney fue el más sentido: “Disfrutamos muchos triunfos, pero el logrado en los Juegos Olímpicos de Sidney no tuvo parangón. Tuvimos que reponernos en el dramático partido por el oro. Cuando ganamos fue hermoso, era una medalla esperada por nuestro pueblo, muy sacrificada. Para mi llegar a lo alto del Olimpo resultó un momento inolvidable. Y ver aquella alegría de mis compañeras, llorábamos de felicidad.

Así era Martha en el escenario de juego: “Fui atacadora auxiliar y atacadora receptora; cubría mucho terreno y una jugadora muy técnica, no tuve una gran saltabilidad, pero muchas habilidades en el ataque; me las enseñó Antonio Perdono, entrenador que siempre lo recordaré”.

Rememora anécdotas: “Cuando jugué de líbero, por primera vez, estaba super nerviosa, pero mis compañeras me animaron mucho, porque el líbero no ataca y solo recibe y defiende, y me tocaba el tercer golpe desde atrás y por poco ataco ¡madre mía!, pero reaccioné y rápidamente envié el balón por abajo hacia el otro terreno.

“Eran muy exigentes con nosotras. Llegamos hacer las famosas Morenas del Caribe, con mucha entrega y sacrificio. Nuestra vida se resumía hotel- cancha, cancha- descanso y al otro día lo mismo .Teníamos poco tiempo para fiestas, playas y estar con la familia, sin embargo, había un gran colectivismo en el equipo, inspiración y deseos de triunfar siempre.

Luego de Sidney vino otra época: “Ya como jugadora regular, después del año 2000, comenzó una nueva era, con un equipo muy renovado. Era responsabilidad muy grande el ser regular y con varias jóvenes en el plantel, pero trabajamos duro; fui atleta- entrenadora, lo que hice con mucho agrado. Al final se vio el resultado, con nuestro bronce olímpico en Atenas-2004, que tuvo sabor a oro. También, plata en los Panamericanos de Santo Domingo-2003 y quinta en el Mundial de Bremen y Berlín, Alemania-2002”.

Posteriormente: “Yo me fui del equipo Cuba después de Atenas. Seguí jugando en ligas, en Rusia y España (2004-2005) por contratos oficiales con Cuba. Después sufrí una rotura total del Talón de Aquiles, lo cual me obligó a una larga pausa en el voleibol, hasta el 2009. Seguidamente me reacondicioné en Italia y competí por mi cuenta en Italia y Azerbaiyán, entre el 2009 y 2012, hasta que dejé de jugar. En el 2014 pasé un curso de entrenadora en Guatemala. En Cuba no me hicieron ceremonia de retiro, sin embargo aquí he hecho varias cosas más en estos años: Soy Licenciada en Cultura Física, logré el nivel internacional de entrenadora FIVB (Federación Internacional de Voleibol).
 
He trabajado con las categorías inferiores de los equipos cubanos masculinos de voly .Y también con el sub -18 del voleibol femenino, junto con mi amiga Regla Torres. En estos momento sigo contribuyendo con el movimiento deportivo cubano y estoy en la espera que pase la pandemia de la Covid-1, para hacer una maestría de Metodología de la Investigación en el Entrenamiento Deportivo de la alta Competición.
 
Fue la deportista del año en disciplinas colectivas de Holguín en 1998, 2000 y 2002. Entre los diez más destacados en 1996, 1997,1999, 2001,2003, 2004 y 2005. Martha se retrata: “Soy una mujer de carácter, simpática, servicial, alegre, trabajadora y ama a su familia y amigos; es una persona muy fiel a los suyos y su país. Me gustan las fiestas, leer, la buena comida, caminar por la playa .Soy casada, pero no tengo hijos; me centro en mis seres queridos y amistades. Igual que yo, casi toda mi familia residen actualmente en la Habana; pienso ir pronto a Holguín, donde tengo una tía y a Cueto a ver a amigos de infancia. Amo a mi pueblo y mi provincia. Y siempre los tengo presente”.
 
Calixto González Betancourt
Author: Calixto González Betancourt
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Master en Comunicación Social, Licenciado en Periodismo. Especializado en temáticas deportivas. Responsable de la Columna “En esta Serie” por más de 30 años.

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Comentarios  

# Silvia 18-08-2020 22:56
Martha es un persona como pocas. Jugo con mi hija en Azerbaiyán. Gracias Martita, fuiste fundamental, para Lucia. Cuando todo se ponía feo. Vos le decías Relajate y coopera. Gracias
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# Karina 19-08-2020 13:28
Felicidades Martica por todos tus logros... nos enorgulleces! Excelente entrevista! Gracias!
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