La Tumba retumba en Bejuco

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Tumba francesa W L 1La Tumba Francesa de Bejuco está considerada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial, por declaración de la UNESCO. Fotos: Wilker López
 
Usted que viene por primera vez aquí y que ha cruzado los 18 pasos de ríos para llegar a Bejuco desde el pueblo de Sagua de Tánamo, y que lo ha visto todo y preguntado todo, de seguro va a escribir largo sobre la Tumba. Hablará con los ojos deslumbrados de esta tradición que es, desde 2003, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial, por declaración de la UNESCO, y que ya tiene casi 205 años.

Por eso, la invito a que venga el día 2 de diciembre y se tropiece con la fiesta gigante que haremos para celebrar el cumpleaños de la Tumba Francesa de Bejuco y le cuente al mundo que esta tradición está viva y pensamos mantenerla por 205 años más.

Seguro hará un poco de historia, para que la gente sepa de dónde venimos. Contará del estallido de la Revolución de los esclavos en Saint Domingue, hoy Haití, en 1791, que arrastró a los franceses al sur del oriente de Cuba. Narrará cómo, después de mucho trabajo, se ubicaron en la Sierra Maestra y luego se regaron por las zonas cercanas, hasta llegar a Bejuco por el 1808.
 
Dirá que fue en alguna de las haciendas de los caficultores franceses, donde tomaron auge las fiestas de tumbas francesas de los esclavos, con danzas al estilo de la corte de los Luises como el minuet, la gavotte y la contradanza, pero acompañadas por el ritmo de los tambores africanos y el canto en un creole africanizado que llamaban “francés”.

Ese fue nuestro origen: las agrupaciones llamadas Sociedades de tumba francesa, que nacieron con el fin aparente de ser de recreo y ayuda mutua. Pero la verdad es que en el fondo eran un símbolo de resistencia de ese grupo que, además de su raza, tenía el sello de lo francés.
 
Tumba francesa W.L 2Este 2 de diciembre será el cumpleaños 205 de la Tumba Francesa de Bejuco.

De seguro hablará de Candelaria Nobles Robles, una esclava muy linda, hija de un francés y una guineana, que llegó a Bejuco durante la Guerra Grande, con sus ocho hijos a cuestas, tras fugarse de la hacienda de Adolfo Videaux.

Escribirá, tal vez, todo lo que le contó Elivania Lamot Lara, tataranieta de Candelaria. Ella es la coordinadora de la Tumba Francesa de Bejuco, y no solo por el parentesco, porque aquí casi todos somos bisnietos, tataranietos y ya se están incorporando hasta los choznos de la Nobles. La mayoría somos campesinos, caficultores, como nuestros ancestros tumberos. Solo hay una económica y una fisoterapeuta de profesión. Y está Elivania que sí estudió y se preparó en Santiago de Cuba. Es maestra. Hizo una tesis de maestría para llevar la tradición de la Tumba Francesa, desde el punto de vista histórico, a las escuelas de Sagua.

Ella le contó de cuando no se conocía de la Tumba Francesa de Bejuco. Solo se hablaba de La Caridad de Oriente, de Santiago de Cuba y La Pompadour Santa Catalina de Ricci, de Guantánamo.
 
Fue en 1978 cuando se supo de esta tercera Tumba. En esa fecha llegó a aquí Haydée Toirac, especialista en cultura popular tradicional, para hacer el Atlas Etnográfico de Cuba. Entonces le dijo al mundo de la existencia de esta tercera Tumba, la única que aún hoy se conserva en su entorno original y rural.

Se conoció que fuimos los descendientes de Candelaria, quienes nos quedamos en Bejuco y conservamos la tradición después de que se abolió la esclavitud en 1886.
 
Tumba francesa W.L 3Fotos tomadas durante la presentación de la Tumba Francesa de Bejuco como parte de las actvidades de la XXV Fiesta de la Cultura Iberoamericana.
 
Quizás quiera poner algo de los tambores. La verdad que no sabemos cuán viejos son, pero decía el padre de Elivania, que ahora tendría unos 90 años, que cuando él nació, esas tumbas existían. Nosotros solo le hemos cambiado los cueros. En el Museo de Sagua está un tambor catá que lo tocó Santana Robles, un tío abuelo de Elivania.

Usted también preguntó de los trajes. El de las mujeres lo hacemos por un vestido original que tiene una tumbera. Era de la bisabuela de Elivania. Se lo regaló su ama francesa para que lo usara el día que autorizaban los bailes. Dicen que los amos franceses eran más suaves que los españoles.

No se olvide, antes de irse, de entrevistar a Mireya Robles Robles. Ella tiene 70 años recién cumplidos, pero no le pesan en el pecho. ¿Se fijó como baila en la Tumba por casi una hora en zapatos de tacón fino? A ella siempre le han gustado los tacones, pero, sobre todo, bailar. Aprendió mirando. Aunque hubo uno mayor, que se llamaba Esmeraldo –creo- que le decía: “Mulatica, baila así”, y le iba enseñando algunas cosas.

Mireya lleva más de 20 años con nosotros. Y eso que no vive en Bejuco. Es de Naranjo Dulce y tiene que cruzar seis tramos de río a pie o a caballo para llegar a los ensayos y a nuestras actividades. Pero a ella le encanta esto.
 
Tumba francesa W.L 4Elivania, al centro, interpreta los cantos tradionales en creole.

Nosotros avisamos de los ensayos por Radio Ecos de Sagua. La verdad que no es fácil, porque todo el mundo trabaja, pero siempre encontramos un tiempecito para mantener la tradición.

Pero mire, si quiere una familia completa de tumberos vea a Ramón Revé Moracén. Él también es tataranieto de Candelaria. Tiene 43 años en el grupo tocando y bailando y llevando en el pecho el orgullo de mantener en Bejuco una tradición que está en su sangre.

Cuando estaba en la barriga de su mamá ya escuchaba los sonidos de la Tumba. Desde chamaquito miraba cómo se tocaba y se bailaba. Porque eso sí, aquí no hay escuela. Los mayores te transmiten lo que saben. Así aprendió Ramón y así lo han hecho también sus hijos y nietos.

Ese que usted ve ahí, es el hijo de él. Se llama Alden Knight Revé y también es campesino cafetalero. Está en esto desde chiquitico. Imagínese, en su casa se guardan los tambores. Entró a la edad de 16 y lo pusimos de bailarín. De la escuela venía directo para los ensayos. Es joven, pero ya tiene cuatro hijos de dos, tres, cinco y trece años. Son pequeños aún, pero en los tiempos libres les inculca la tradición para cuando le toque entrar a esa otra generación.

¡Ah!, y hay otra historia. Dicen que Candelaria está enterrada en una de las laderas de Bejuco, y que allí nació espontáneamente, dos años después de su muerte, un árbol de yana.

Me imagino que escribirá de todo esto y quizás pueda seguirnos la pista hasta la Casa de África, en La Habana. Queremos ir allá el día 6 de enero de 2020, para celebrar el Día de África y nuestros dos siglos y cinco años, que no es poco. Pero vuelva el día 2 de diciembre, para que vea cómo La Tumba retumba en Bejuco.
 
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Rosana Rivero Ricardo
Author: Rosana Rivero Ricardo
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Rosana Rivero Ricardo. Periodista 25 horas al día. Amante de las lenguas... extranjeras, por supuesto. Escribo de todo, porque “la cultura no tiene momento fijo

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Comentarios  

# Alexander 06-07-2021 00:09
Hola me gustaría aprender más sobre las tradiciones africanas en holquin cultura religión y asentamiento gracias muy interesante no sabía de la tumba francesa
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# Rosana Rivero 07-07-2021 12:01
Hola. Cuando mejoren las condiciones higiénico sanitarias debido a la Covid, puede acudir al centro de información de la Casa de Iberoamérica en la ciudad de Holguin. Ahí se encuentra buena parte de la información que solicita. Gracias por leernos. Saludos.
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