Luces, Cámara, ¡Azul!

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Foto: De la autoraManuel Pérez Paredes. Foto: De la autora
 
No es por creernos el ombligo de Cuba (algo prácticamente consustancial a la idiosincrasia holguinera), pero podríamos decir que el proyecto Fábrica de Arte es un invento nuestro que tiene una pequeña sede en La Habana. Alexis Triana se “excedió” con la idea. Hace 25 años creó las Romerías de Mayo y convirtió a Holguín en una “Ciudad de Arte”.
 
La edición 26 tiene tremendo ambiente. Mucho mejor que el del pasado año. Hay público para los conciertos de todos los géneros, las exposiciones, las presentaciones teatrales y danzarias, las proyecciones cinematográficas, las ponencias… Y todo esto no se circunscribe al perímetro de una industria aceitera. Se desarrolla en el corazón de una Ciudad Cubana de los Parques en la que a cada paso te encuentras una propuesta diferente o algún artista famoso.
 
Así ocurrió en la mañana del domingo, cuando periodistas y estudiantes de la Facultad de Medios Audiovisuales de la Universidad de las Artes coincidimos con el cineasta Manuel Pérez Paredes en el Café de la AHS. Allí se encendieron las luces, las cámaras y se dio acción a la conferencia “ICAIC: 60 años de cine y mucho más”, como parte del evento Cámara Azul.
 
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La conferencia devino un diálogo diáfano con nuestro protagonista, tan cercano, sencillo, empático que parece imposible que ostente tamaña trayectoria. Manolito, porque ya podemos decirle así, es fundador del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC); el director del icónico filme sobre la limpia del Escambray El hombre de Maisinicú; el líder del Grupo de Creación que se destacó en películas como La Bella del Alambra, de Enrique Pineda; Alicia en el Pueblo de Maravillas, de Daniel Díaz; Adorables Mentiras, de Gerardo Chijona; Hello Hemingway y Madagascar de Fernando Pérez… Y es, además, Premio Nacional de Cine 2013.
 
Preferimos que los 60 años del ICAIC los resumiera a través de su propia historia. Entonces narró que perteneció al pujante movimiento de cines clubes, florecientes en Cuba en el segundo lustro de la década del 50. Contó de su entrada al ICAIC con tan solo 19 años, la inexperiencia en el séptimo arte y la importancia de aprender en la práctica en el contexto cubano, tan cambiante en los primero cuatro años de la Revolución.
 
Comentó sus peripecias para filmar El hombre de Maisinicú, reveló que su mejor obra es Páginas del diario de Mauricio y compartió con los estudiantes de cine algunas lecciones útiles para desarrollarse en el séptimo arte.
 
Sobre su último proyecto comentó: “He llevado paralelamente mi tarea de realizador con la de asesor. Ahora intento hacer un proyecto sobre la Cuba de hoy en conjunto con Aida Bahr. Lo he dejado reposar un poco y en este momento me parece que debo volverlo a trabajar, porque al cabo de unos meses envejeció. Por eso, prefiero seguir siendo asesor y no vivir la angustia de la creación de un proyecto con el que no acabo de estar contento”.
 
Luego de una hora de diálogo, solo hay tiempo para perpetuarse en una foto al lado de este octogenario Premio Nacional de Cine. Se sale corriendo para el siguiente evento. La misión es apretar la agenda para abarcar las Romerías, cuando Holguín se convierte, más que en una fábrica, en una “Ciudad de Arte”.
Rosana Rivero Ricardo
Author: Rosana Rivero Ricardo
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Rosana Rivero Ricardo. Periodista 25 horas al día. Amante de las lenguas... extranjeras, por supuesto. Escribo de todo, porque “la cultura no tiene momento fijo

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