¡Qué orgullo! ¡Qué ejemplo!
- Por Calixto González Betancourt
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Hasta hace poco la palabra pandemia (epidemia mundial) significaba para mí algo como una calamidad de otros siglos, de novelas, filmes y hasta de ciencia ficción, pero el Covid-19, que ha puesto en crisis sanitaria a nuestro planeta, nos ha situado en una cruda verdad, que de momento parece pesadilla.
Duele ver los terribles momentos por lo que están pasando otros pueblos del mundo, por causa de esa enfermedad.
Pero los cubanos nos sentimos reguardados ante esa realidad, debido a nuestra Revolución y sus dirigentes. Pues aquí lo primero es el ser humano, y se han tomado las medidas que van correspondiendo, como se dijo este viernes en la Mesa Redonda.
Pero los cubanos nos sentimos reguardados ante esa realidad, debido a nuestra Revolución y sus dirigentes. Pues aquí lo primero es el ser humano, y se han tomado las medidas que van correspondiendo, como se dijo este viernes en la Mesa Redonda.
Y sin egoísmo, ni individualismo, por eso ya se ayudan a otros países a combatir el mal. La solidaridad de Cuba no tiene parangón en la historia de la humanidad: ¡qué orgullo!
Lo hace una pequeña nación en extensión territorial y población, pero enorme en dignidad y nobleza. Lo hace un país afectado por un bloqueo genocida, que le asesta la nación imperial más poderosa del mundo, pero que no se rinde: ¡qué ejemplo!
Ahora a cada uno de nosotros, que vivimos en la tierra de Martí y Fidel, nos pertenece seguir cumpliendo estrictamente, con elevada responsabilidad, todo lo orientado, como expresó el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y otros dirigentes. Hacer lo que nos toca para proteger a los demás y protegernos.Igual que en otras tantas batallas y retos, saldremos otra vez victoriosos.
Comentarios
Esa carta es la gratificacion que mas valor le damos. Como valor agregado, ypara que llegue a esta increible , formidable mujer que nos escribe, expongo que: Fruto del imprescindible planteamiento que acotaré, dos palabras inundan mi pecho: gratitud y orgullo por mi Cuba bella, por la alta dirección del país, por nuestro noble pueblo, por ser ejemplo de solidaridad y humanismo, X ser Cubano. Referido a la autorización de atraque de la nave Británica con enfermos del nuevo coronavirus , --acto de solidaridad y humanismo-- que forma parte del sello imperecedero de la Isla Mayor; los que viven del negocio de la contrarrevolución en los Estados Unidos; los gusanillos, los mercenarios, están inundando las redes sociales de falsedades, de inventos, de imaginaciones intencionadas para tratar de afectar la bien ganada imagen de la sociedad cubana, bajo la presidencia de Miguel Diaz-Canel, nuestro presidente continuador. Dicen que Cuba cobrará varios millones de dólares al Gobierno Británico, por las operaciones de atraque y servicios aéreo puertarios y aerotrasnportables ; también que Cuba está logrando un gran negocio con el coronavirus por la venta de medicinas para la atención a pacientes con el covid 19. Cada día son menos creíble. En cada momento se desprestigian más con sus mentiras. Nunca podrán con Cuba y con los Cubanos. No soy ni funcionario, ni trabajo en ninguna de las dependencias que tienen que ver con el asunto; solamente intuición revolucionaria por convicción, me obliga exponer, que nuestro país cobrará los elementales servicios de uso del puerto, reaprovisionamiento, quizá desinfestacción y otros servicios al barco de marra; y la trasportación de los pasajeros al aeropuerto y otros. Sepan que somos un país bloqueado por la potencia imperialista que les paga a ustedes por tributar esas falacias; erogamos para enfrentar la letal enfermedad, lo que tenemos y lo que no tenemos. Los medicamentos tenemos que cobrarlos, ---sopena que algunos con determinado país pudieran ser exento de pago,-- a los precios pactados. ¿De qué forma compraríamos los insumos y tecnología para producirlo? Si de premio se trata, que vale más que los millones de pesos que dicen, por este acto humanitario cubano, orgullosamente es el que sito: ‘’El canciller del Reino Unido, Dominic Raab, agradeció al gobierno de Cuba por permitir el atraque de un crucero británico afectado por la Covid-19, y ayudar en la repatriación de sus pasajeros y tripulantes. Hablé dos veces durante el fin de semana con el ministro cubano de Relaciones Exteriores, y estamos muy agradecidos al gobierno cubano por permitir de forma rápida esta operación, y por su estrecha cooperación para asegurar que sea un éxito’’ Los profundos Twitter de los pasajeros agradecidos por el gesto cubano; el impacto internacional, forma parte del pago moral que hemos ganado. ¡!!!QUE ES EL QUE MAS VALOR LE DAMOS ¡!! #SomosSolidaridad #SomosHUmanidad #SomosCuba #SOMOSCONTINUIDD
Mil y más médicos y otro personal de la salud pudiera en un tiempo récord viaja a los Estados Unidos a socorrer a un pueblo en tremendo peligro fruto de la Eovid 19.
Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de Norte América prefiere que miles de sus conciudadanos sufran el nuevo coronavirus y que mueran sin la debida atención ,--como terco al fin--, no quiere reconocer la calidad de nuestros profesionales de la salud y tampoco de su eficiente sistema.
Estados Unidos es el tercer país más afectado por el coronavirus en el mundo después de China e Italia, y la Organización Mundial de la Salud, observa una aceleración muy grande en los casos de la Covid-19 en ese país y la portavoz de la OMS, Margaret Harris, advierte de que se puede convertir en el epicentro de la pandemia
COMPARTO INTERSANTE MATERIAL:
TRUMP: ¿Y EL MURO PARA EL CORONAVIRUS?
Según Voltaire Medina Orellana
Lleva algún tiempo Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de Norte América, tratando de construir muros para, según él, impedir que el territorio del paraíso que gobierna sea afectado por cualquier plaga que tratare de pisar las orillas del mismo. Esas plagas pueden ser inmigrantes mejicanos, viajeros musulmanes, pobres hondureños, desesperados guatemaltecos, negros africanos, latinoamericanos indocumentados o niños en compañía de sus padres tercermundistas.
Para cumplir su sueño murallista, Trump le ha arrancado miles de millones de dólares a algunos programas de la órbita presupuestaria de la gran potencia, incluyendo recursos destinados a la protección de la salud de los habitantes estadounidenses. El monumento al egoísmo, al discrimen, a la marginación y a la prepotencia yanqui, concebido por la soberbia de un magnate, jerarca ocasional del imperio, parece tomar forma pero sin asegurar que cumplirá sus fines. Algunos, sin precisar nacionalidades, caerán ante su incomprendida existencia, sin resolverse el problema de fondo.
Aquel muro no detendrá todos los males causados por las injusticias, la agresiva explotación de las riquezas del mundo, el establecimiento de regímenes dictatoriales en varios continentes con el auspicio de las grandes potencias occidentales, las precarias condiciones de desarrollo que marcan el retraso de pequeños países, la desigualdad social, la violencia generada por los gobiernos neoliberales, las debilidades en la producción de alimentos de grandes comunidades, la contaminación ambiental, la destrucción de los mares, la extracción irracional de minerales, es decir, todas las formas que el capitalismo ha cultivado para, de manera rampante, esquilmar a las naciones del universo. Por lo mismo, el muro no podrá detener el hambre, el analfabetismo, la desnutrición, la miseria, las enfermedades y ni la Covid 19. Será un muro fantasma levantado frente a las desgracias del mundo.
En esta hora con más de 15.000 contagiados de coronavirus en Estados Unidos, el muro no atiende a nadie, no asume el dolor de los demás, ni expide una receta salvadora. Es una muralla, orgullosa y silente, símbolo del poder y nada más.
Después de unos meses, es posible que veinte mil seres humanos habrán fallecido tras los efectos de la pandemia. Todas, valiosas vidas. Pero son mucho menos que el millón de iraquíes que cayeron después de la invasión norteamericana por la reconquista del petróleo de ese país. Mucho menos que los trescientos cincuenta mil muertos en la guerra civil colombiana, sostenida por Estados Unidos durante 50 años. Son mucho menos que ochocientos mil sirios que entregaron su vida por su Patria ante la agresión norteamericana, disfrazada como acción de islamitas radicales. Es mucho menos que las vidas perdidas en Libia, por intereses petroleros de los señores yanquis, y en Palestina, por la heroicidad de un pueblo opuesto a la perversa misión israelí, con respaldo norteamericano, de desalojar a los legítimos dueños de su tierra de tenencia milenaria. Y solo estoy citando los hechos recientes.
En esta hora crucial de la humanidad, donde la Covid 19, es el terror de miles, se ha evidenciado que los sistemas de salud de países capitalistas considerados grandes y poderosos han fracasado ante la presencia de la pandemia. Nadie puede sentirse feliz por esta negligencia. Pero es cierto, que dos países, de régimen socialista, Cuba y China, al mismo tiempo que atienden sus realidades internas y el mal que molesta nuestra atención, son capaces de concurrir en ayuda de los pueblos del mundo para detener a la pandemia, pero sin construir muros. Para ello solo ha sido necesario una solidaridad que parte de la noción martiana de que Patria es humanidad. El socialismo no sabe de otros deberes: la vocación por una vida digna y la salud pública como medio de conservación, en un medio sano, de la sociedad en su conjunto. Quien no asuma esos deberes no podrá luchar contra las plagas, sin importar su nombre. Y sin importar si es o no una potencia