Prensa Latina: 60 años a contracorriente

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“Un baño de sangre”. Así calificaron algunos medios de prensa extranjeros la decisión del Gobierno Revolucionario de juzgar a los más notorios y sanguinarios esbirros de la dictadura batistiana, en 1959.
 
Esa avalancha de informaciones la iniciaron las agencias norteamericanas Associated Press (AP) y United Press International (UPI); la Sociedad Interamericana de Prensa y el propio Gobierno estadounidense, cuando fueron juzgados unos 400 sicarios del Ejército de Batista, los que en siete años habían provocado la muerte de más de 20 mil civiles cubanos.
 
De ellos fueron sancionados con la pena de muerte los casos en los que no había duda de su culpabilidad en los asesinatos y torturas de campesinos, obreros y estudiantes.
 
Esto provocó el comienzo de la primera gran campaña de propaganda anticubana. Se divulgó a otros países latinoamericanos y europeos la existencia de “matanzas” y “baños de sangre” a opositores políticos en Cuba. Inmediatamente, el Gobierno cubano respondió con la Operación Verdad. Para cuya realización, un grupo de periodistas cubanos invitaron a colegas de Estados Unidos y América Latina para que comprobaran lo que sucedía en la Isla en los primeros días de la Revolución. Como resultado, más de 200 reporteros participaron en esta convocatoria.
 
Tras la conclusión de la Operación Verdad, uno de sus organizadores y participantes, el argentino Jorge Ricardo Masetti, atendiendo a un llamado de Fidel Castro y un proyecto de Ernesto Che Guevara, expresado desde la Sierra Maestra, comenzó a trabajar en la fundación de Prensa Latina (PL), agencia internacional para dar a conocer la realidad de América Latina.
 
Así, el 16 de junio de 1959 iniciaban los despachos cablegráficos de una agencia de prensa encaminada a enfrentar la dependencia y subordinación informativa, que además, se proponía transformar la colonización mediática a la que estaban sujetos los pueblos latinoamericanos y del tercer mundo.
 
Masetti, quien había llegado a Cuba en 1958 atraído por los ideales revolucionarios de los barbudos y la lucha del pueblo cubano por su liberación, fungió como primer director y contó con la encomiable ayuda del Che, en los iniciales pasos de PL.
 
En algunas entrevistas a fundadores de la agencia, éstos recuerdan las visitas casi diarias del Comandante guerrillero, de su apoyo imprescindible e impulsor, una presencia que aún está en Prensa Latina, junto a la de Masetti.
 
Los primeros años del medio de prensa estuvieron matizados por fuertes complicaciones relacionadas con el contexto internacional de aquel momento. Aun así, en los siguientes 12 meses de conformación, logró asentar 26 corresponsalías en otros países, fundamentalmente, latinoamericanos. Sin embargo, a causa de la hostilidad de algunos gobiernos las oficinas se redujeron a 10.
 
Un ejemplo de esa agresividad y constantes ataques a PL fue la detención y secuestro de su director en la Conferencia de Cancilleres en Costa Rica, en agosto de 1960.
 
Precisamente, Masetti al referirse al carácter y valores de la agencia expresó en el Congreso Latinoamericano de Juventudes, realizado en ese mismo año: “Nosotros somos objetivos, pero no imparciales. Consideramos que es una cobardía ser imparcial, porque no se puede ser imparcial entre el bien y el mal (…)”.
 
Con esa convicción, que cada uno de sus trabajadores lleva en el alma y la mente, hoy PL ha consolidado su presencia en más de 30 naciones, la mayoría de América Latina y, además, dispone de corresponsales nacionales en ocho provincias de Cuba.
 
Diariamente transmite unos 400 despachos informativos, los que reflejan la realidad latinoamericana y contrarrestan la versión de aquellos grandes medios, que una vez, en el pasado, propiciaron la necesidad de su surgimiento.
 
Este domingo de 16 junio, cuando se conmemora su aniversario 60, quienes laboran hoy allí reafirman el compromiso con la verdad y la memoria de quienes impregnaron el sentimiento y la urgencia de ir a contracorriente en mundo cada vez más globalizado y unilateral.
 

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