Todos los derechos para todas las familias
- Por Liset Prego Díaz
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Las familias, cuyos tipos son tan variados como los humanos que la componen , siguen siendo célula, átomo, quarks esencial de la sociedad y sus macroprocesos.
De ella depende la educación, el funcionamiento de la vida cotidiana, de ella nacen los vínculos que nos acercan o distancian, las esencias que rigen nuestros comportamientos.
Desde los debates previos al referendo constitucional la familia y sus diferentes configuraciones debe entenderse como un ente plural, diverso, que escapa a una filiación determinada por la consanguinidad para incluir los dictados de los afectos, el compromiso, el cuidado y la protección a sus miembros, unidos por lazos que no pueden etiquetarse bajo ataduras de parentesco de mayor o menor proximidad, son un tema cimero en las listas de los tops.
Pues hay que ampliar las concepciones. Ricitos de Oro no puede seguir esperando al abrir la puerta de la cabaña a los clásicos tres osos con sus sillas personalizadas, platos de sopa específicos y camas individuales (me pregunto si la mamá y el papá oso estaban divorciados), porque hay casas de osos donde podrán encontrar dos madres, o dos padres ; un abuelo oso, un padrastro junto a una feliz mamá compartiendo un sofá de tres plazas; una madrastra osa , un papá y un nené cerdito, en fin, las combinaciones son infinitas.
Reescribe la felicidad dice un eslogan enarbolado por la campaña del CENESEX en Cuba, que promueve la existencia de todos los derechos para todas las personas.
Eso buscan muchos, hacer valer sus derechos sin que ello implique afectar los de otros. Eso merecen estas familias que pueden haber sido marginadas por la sociedad en una estrecha comprensión de que lo diferente existe, es válido y debe ser respetado.
Esperamos del nuevo código de familia que recoja estas miradas otras, estas estructuras que no responden al canon clásico, estas formas de lo filial con una apariencia diversa.
Lo importante por manido que pueda parecer, será siempre el amor, el respeto la camaradería y la búsqueda de la armonía , pues nadie garantiza que la felicidad esté predestinada para aquellos con las típicas familias llamadas nucleares y funcionales, con un retrato colectivo muy retocado, una casita de muñecas perfecta, pulquérrima, con cerquita de madera y pintada de blanco , un jardín y un perro, lebrel afgano, para más señas.
