135 años de los Versos Sencillos
- Por Alionuska Vilche Blanco
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El 13 de diciembre de 1890, en una reunión con varios amigos, donde se rendía tributo al poeta cubano Francisco Chacón, José Martí leyó por primera vez sus Versos Sencillos, un conjunto de poemas que más tarde se convertirían en una de las obras más emblemáticas de la literatura cubana.
Aquella velada fue el inicio de un camino que culminó en octubre de 1891 con la salida del libro, que sería la última publicación de Martí antes de morir luchando por la independencia de Cuba en 1895. La obra, compuesta por 46 poemas en su mayoría cuartetas, transmite con aparente sencillez sus sentimientos sobre la amistad, la justicia, la naturaleza, el amor y la patria.
Sin embargo, detrás de esa sencillez había un contexto vital y político marcado por la angustia. Martí escribió gran parte de los versos en el invierno de 1889-1890, mientras se desarrollaba en Washington la Conferencia Panamericana, que él percibía como una amenaza a la soberanía de “nuestra América”. En medio de esa crisis espiritual y con una salud endeble, encontró en la poesía un refugio y una forma de sublimar su compromiso político.
Los Versos Sencillos, publicados en 1891 en Nueva York, son profundamente autobiográficos. Evocan su infancia, su primera deportación a España y el amor por Zaragoza, tierra de sus padres; recuerdan la Guerra de los Diez Años y revelan sus primeros amores juveniles. También aparece el tema de la mujer, con figuras como María Mantilla y María García Granados. No en vano, al enviar un ejemplar del libro a su madre, le confesó: “Lea este libro de versos, es pequeño, es mi vida”.
La recepción de la obra fue inmediata, críticos y lectores destacaron la limpieza de estilo y la transparencia emocional, reconociendo en ella la expresión más plena de la madurez poética y revolucionaria del autor. La sencillez de la forma no era ingenuidad, sino un recurso consciente para comunicar verdades universales. Como señaló Cintio Vitier, en estos versos se encuentra el centro de la dialéctica martiana.
Con el tiempo, fragmentos de estos poemas trascendieron las páginas del libro y se integraron en la memoria popular al ser citados en innumerables contextos y musicalizados. El músico cubano Julián Orbón adaptó algunos versos a la célebre canción “Guantanamera”, cuya música original se atribuye a Joseíto Fernández. La canción se convirtió en una de las piezas más difundidas de la música cubana y mundial, interpretada por Celia Cruz, José Feliciano, Julio Iglesias, Pete Seeger, Joan Báez, Luciano Pavarotti y muchos otros.
Asimismo, los Versos Sencillos han sido retomados en citas y fragmentos que se han insertado en muy diversos escenarios culturales, políticos y sociales, demostrando su vigencia. Celebrar hoy los 135 años de aquella lectura de 1890 significa evocar no solo el nacimiento de un libro fundamental, sino también rendir homenaje a José Martí, quien supo unir sensibilidad estética y compromiso social en versos que, más de un siglo después, continúan iluminando la palabra y la memoria de los pueblos. Como dijera Gabriela Mistral, la obra martiana es “una mina sin acabamiento”, y en los Versos Sencillos esa definición alcanza su plenitud.
